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Revista de Folklore número

122



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OTRA VERSIÓN PALENTINA DEL ROMANCE “EL SACRÍLEGO”

DE LA FUENTE GONZALEZ, Miguel Ángel

Publicado en el año 1991 en la Revista de Folklore número 122 - sumario >



A Margit F. Y a Mercedes D. R
¡Tiempos aquellos!

Circunstancias de la recogida del romance,

La nueva versión palentina, que hoy hacemos pública, del romance titulado «El cura sacrílego» (nº. 0083 del Catálogo General del Romancero) nos la cantó, en el verano de 1981, doña Victorina Merino Montero, de 85 años, natural de Cervera de Pisuerga. Según nos dijo, este romance, y algunos otros, los aprendió de un pastor santanderino.

Su grabación se hizo en una sola tarde, junto con otros romances; todos se transcribieron inmediatamente y se consultaron con ella las dudas que surgieron.

2.

Versiones de «El cura sacrílego»

Del romance que nos ocupa existen versiones publicadas bajo diferentes títulos. Aquí nos limitaremos a once, de Palencia y límites, y para referirnos a ellas utilizaremos las siglas que damos en la relación que sigue.

Versiones palentinas:

-(P-sc)-

SAN CEBRIAN DE CAMPOS (Palencia): «El cura y su penitencia». Díaz, I. (1), y Díaz, L., Cancionero de Palencia, II, Instituto Tello Téllez de Meneses. Palencia, 1983, págs. 1920.

Versiones santanderinas :

-(S-pid)-

PIDO (Camaleño), «El sacrílego».

-(S-fra)-

FRAMA (Cabezón de Liébana), «El sacrílego».

-(S-sal)-

SALCEDA (Polaciones), «El sacrílego».

-(S-cam)-

CAMPO DEL EBRO (Valderredibles), «El sacrílego». Cossío, J. M., y Maza Solano, T. : Romancero popular de la Montaña, Soc. M. Pelayo. Santander, 1933, págs. 453-460.

-(S-lue)-

LUENA (Santander), «El sacrílego». Alonso Cortés, N.: «Romances tradicionales», Revue Hispanique. París, 1920.

Versiones burgalesas:

-(BU-rev)-

REVILLA VALLEJERA (Burgos), «El sacrilego». Alonso Cortés, N.: Romances populares de Castilla. Valladolid, 1906.

Versiones vallisoletanas:

-(VA-x)-

LA OVERUELA (Valladolid), «El cura y su penitencia» Díaz, J.: Cancionero de romances, Movie Play. Madrid, 1977.

-(V A-ove)-

LA OVERUELA, «El cura y su penitencia». Díaz, J., et al.: Catálogo Folklórico de la Provincia de Valladolid, Inst. Cultural Simancas. Valladolid, 1978, vol. I, págs. 105-109.

Versiones leonesas:

-(LE-cas)-

CASASUERTES (Burón), «El cura penitente».

-(LE-man)-

MANZANEDA DE TORIO (Garrafe de Torío), «El cura penitente». Salazar, F., et al.: Voces nuevas en el romancero de Castilla y León. Gredos. Madrid, 1982, págs. 171-172.

3

Las partes del romance

Siguiendo el desarollo argumental, podemos distinguir, en nuestro romance, las siguientes partes:

1. El enamoramiento.

2. La orfandad de Pepita.

3. El rapto

4. La convivencia.

5. Consumación y muerte.

6. Petición de ayuda a los vecinos.

7. La voz del cielo que impide la celebración de la misa.

8. Petición de la penitencia.

9. Perdón en el momento crítico.

Siguiendo este orden, y comparándola con las versiones citadas, iremos viendo detalladamente las particularidades de nuestra versión, a la que nos referiremos como (P-cer).

3. 1. El enamoramiento (versos 1-4).

Casi todas las versiones se inician con la presentación del protagonista, el sacerdote.

Dentro .de la tipología popular se diferencian «el cura que dice misa», del que no la dice, el religioso. Por ello, creemos que el primer verso, originariamente, debió de ser el que conservan (BU) y (VA-x):

«Un cura que dice misa»

Leves variantes son: «El cura que dice misa» (S-sal), «Un cura que canta misa» (VA-ov), «Un sacerdote de misa» (S-fra).

Sin embargo, las variantes más importantes se refieren:

1. Al tiempo del verbo «decir», que puede alterarse.

2. A la estructura de la proposición de relativo, que en algunas versiones ha sido eliminado. Así, en (S-pid) lo sustituye un complemento circunstancial de tiempo.

(P-cer): Un cura que dijo misa / ...se enamoró...

(P-sc) (LE-man): El/un cura decía misa / ...se enamoró...

(S-lue): Un cura diciendo misa / se enamoro...

(BU) (VA-x): Un cura que dice misa / ...enamoró...

(S-pid) : Un domingo en la mañana / ...se enamoró...

Con estas variaciones se persiguen, en nuestra opinión, dos fines diferentes:

1. Acomodar el tiempo verbal al pasado, tiempo del relato.

2. La búsqueda de la coherencia sintáctica de la oración:

(S-lue): «... diciendo misa... se enamoró...»

(S..pid): «Un domingo en la mañana... se enamoró...»

Solamente en dos casos el carácter moral o recriminatorio sustituye a la presentación del sacerdote:

(LE-cas): «Un sacerdote es mal cura / y el sacerdote, el traidor».

(S-cam): «Los curas no se enamoran, / pero
aquel se enamoró».

Resulta interesante observar cómo se denomina al cura; ciñéndonos ya a nuestra versión, tenemos: «el traidor» (vv 14 y 30); «cura» (vv. 43 y 67); «cura traidor» (vv. 44 y 68). El calificativo de «traidor», casi no es necesario señalarlo, nos remite a los romances épicos. El adjetivo «sacrílego» de algunos títulos (véanse las referencias del apartado 2) no pertenece al texto oral, y es obra, sin duda, de recopiladores o estudiosos.

Tenemos también variantes de «de las ánimas pastor», «de las ánimas traidor» (S-lue), de la religión pastor» (LE-man) y hasta «en la iglesia del Pastor» (V A-x).

En todas las versiones, sin embargo, encontraremos: «Se enamoró de una niña / desde que la bautizó».

Creemos existe una triple posibilidad de interpretación:

1)La literal.

2) Como hipérbole: sería una expresión de la corta edad de Pepita; es decir, «casi» desde que la bautizó.

3) «Bautizó» podría estar en vez de «conoció», por ser un verbo más específico del léxico sacerdota:l.

4.2. Orfandad (versos 5-8).

Nos la presenta así:

Mientras sus padres vivieron / no la pudo lograr, no; desque sus padres murieron / huerfanita se quedó. (P-cer).

Obsérvese la siguiente construcción:

mientras vivieron...no
cuando murieron.....sí

Sin embargo, se produce una ruptura que en determinadas circunstancias podría tener efectos cómicos, de juego de engaño-desengaño. Piénsese en una recitación o interpretación musical en que se hiciera una pausa:

Mientras sus padres vivieron, no la pudo lograr, no; cuando sus padres murieron..., ¡huerfanita se quedó!

Esta intención picaresca no desentonaría con el asunto escandaloso; pero la motivación de tal ruptura se encuentra, seguramente, en la eliminación de algunos versos intermedios y una posterior reestructuración, lo que podemos deducir de versiones como (BU-rev):

Mientras sus padres vivieron / no la pudo gozar, no. Ya se le murió su padre / con su madre se quedó; ya se le murió su madre / huerfanita se quedó.

O de la versión (VA-ov):

Mientras vivieron sus padres / bien tranquila la dejó; ya se murieron sus padres / y a su casa la llevó.

Observamos las variantes de «lograr» (5 versiones), «gozar» (3 versiones) y ausencia en cuatro.

3.3. El rapto (versos 9-22).

En esta sección hay tres momentos:

A) Pepita se está peinando.

B) Pasa el cura y la requiere.

C) Pepita no sabe negarse.

D) El cura la lleva a su casa, donde la encierra.

Los cuatro momentos aparecen reflejados en nuestro romance, lo que no acontece en todas las versiones consultadas. Así, en (P-sc) faltan los tres primeros. Veamos algunos detalles.

A) La referencia a la materia prima del peine sólo aparece en las versiones santanderinas y en la nuestra, aunque no se .da una total coincidencia:

con peine de oro en la mano, / que el de plata no lo halló.

«con peines de plata finos, / que de oro no los halló» (S-lue).

«los peines eran de plata, / de acero el escarpidor» (S-pid).

«con peine de plata fina, / que de oro no le halló» (S-cam).

«peina con peines de plata, / que de oro no los halló» (S-fra).

«con los sus peines de plata, / que los de oro no encontró» (S-sal).

En una versión leonesa (LE-cas) encontramos:

«con un peine entre sus manos, / que relumbra más que un sol».

B) La solicitud de amor, aunque similar, no coincide;

-Dame de tu amor, Pepita, / Pepita, dame tu amor. (P-cer).

Señalemos, además, que la fórmula «dar (de) amor» aparece en todas las santanderinas, en (BU-rev) y (LE-man).

La más innovadora es, sin duda, la versión (LE-cas);

«le pidiera sus cabellos, / -esos no se los doy yo-.

«Le pidiera sus colores / y esos no se los negó.»

C) El no rechazo por parte de Pepita suele relacionarse con su corta edad: «como jovencita» (P-cer), (S-cam) y (S-fra); «como era joven» (BU-rev) y (LE-man); «como era niña»-(S-pid); «como pequeña» (S-sal).

D) Nueve de los romances, con ligeras variantes, se refieren al encierro «
Nuestra versión:

y la ha encerrado en un cuarto, / el más oscuro que halló.

3.4. La convivencia en reclusi6n (versos 23-28)

Comparada con las otras versiones, la nuestra es la más extensa y la más rica en detalles. Además, es la única, junto con (S-can) que concreta la duración del encierro (7 años) y reitera, al concluir, el detalle del aislamiento del exterior y la oscuridad.

3.5. Consumación y muerte (versos 29-32).

Esta sección pudo tener tres partes:

a) Una noche duerme finalmente con ella.

b) Se despierta y la llama, sin que haya
respuesta.

(Este detalle falta en nuestra versión. Sólo aparece en S-lue, S-fra y P-sc.)

c) La toca y se da cuenta de que está muerta.

Observemos la localización temporal de los hechos:

Víspera de Jueves Santo / con ella durmió el traidor (P-cer).

«El día de Viernes Santo» (S.:lue), «El/un día de Jueves Santo» (S-pid), (S-cam) y (VA-X), «La noche de Jueves Santo» (S-fra), «La noche de Navidad» (P-sc). Falta la referencia en (BU-rev), (VA-ov), (LE-cas) y en (LE-man).

Como puede verse, coinciden en la Semana Santa las diversas versiones excepto la palentina del sur (P-sc).

3.6. Llamada a los vecinos (versos 33-38).

En esta parte conviene distinguir dos aspectos:

a) La invocación a los vecinos.

b) Petición de que saquen el cadáver de su casa.

En nuestra versión y en (S-fra) se ha omitido el segundo apartado (el motivo de la llamada a los vecinos), lo que produce una laguna importante, por quedar así sin justificación. Pensemos, por ejemplo, en la versión (S-pid), donde se ruega, además de que le saquen el cadáver de la casa, discreción y que no la entierren en lugar sagrado. La sección completa falta en (VA-ov) y (LE-cas).

La explicación del motivo de la llamada en las diferentes versiones tiene extensiones muy variadas:

-2 versos en 6 versiones: (P-sc), (S-lue), (BU-rev), (S-cam), (VA-x) y (LE-man).

-4 versos: (S-sal).

-6 versos: (S-pid).

En nues'tra versión debió de desarrollarse en una cuarteta, como en (S-sal), o en una cuarteta con incremento de dos versos, como en (S-pid); pero no con dos nuevos versos, ya que la melodía, ante un nuevo incremento de dos, reaccionaría dividiendo los 8 versos en 2 cuartetas, con lo que el paralelismo de los versos 35-36 con 37-38 quedaría a caballo entre dos estrofas:

Vecinos, los mis vecinos, / los que más quería yo;
los que me deben dinero, / ya os lo perdono yo.
los que no me lo debéis, / ya os lo daría yo,
* que me saquéis este cuerpo / que en mi casa falleció*.

Claro que desconocemos la división estrófica y melódica de versiones como (S-lue) y (P-sc), por ejemplo, donde existe la posibilidad que rechazamos para nuestra versión.

3.7. La voz del cielo (versos 39-46).

En este apartado tres son los detalles importantes:

a) La mención del día de los hechos.

b) El momento de oir la voz.

c) Las palabras recriminadoras.

a) Respecto al día, nuestra versión es la más específica: El día de Jueves Santo (P-cer).

Las otras versiones lo relacionan con la fecha anterior. «A ese otro día siguiente» (P-sc), por ejemplo, y similar en las restantes, excepto (S-cam) y las leonesas, donde existe laguna.

b) El momento de oir la voz.

Nuestra versión coincide con tres santanderinas con alguna variante. Otras versiones, sin embargo, escogen un momento más dramático:

y estándose revistiendo / ...oyó. ..(P-cer).

«fue a decir misa el traidor. ..» (S.fra).

«al decir Señor, pequé...» (P-sc) (VA-ov).

«Tres veces empezó la misa / y ninguna la acabó» (BU).

«y al tiempo ,de alzar el cáliz. ..» (VA-x).

Detente, cura traidor (P-cer).

«Quítate, perro traidor» (BU-rev).

3.8. La petición de penitencia (versos 47-66).

En nuestra versión se suprimen unos episodios intermedios, que sí aparecen en otras:

1. El viaje a Roma.

2. La confesión en el camino.

Como efecto de estas supresiones, la petición de penitencia se puede interpretar como suceso inmediato y hecho directamente a la voz

Normalmente se anuncian tres penitencias del cielo a Dios

De las cuales se rechazan las dos primeras y se escoge al tercera, que implica la pérdida de la vida. Se exceptúa (BU-Rev), que finaliza aquí; hay laguna en (LE-man); por otra parte, (VA-ov) y (P-sc) sólo recogen dos penitencias

Penitencia primera:

Una, que barra las calles, / desde Madrid a León (P-cer).

Que barra todas las calles desde Madrid a León y que las quede tan limpias como el lucero del sol (S-lue)

Similares son (S-pid), (S-cam) y (S-fra). Pero sin los dos versos finales y, además, con variaciones toponímicas tenemos: «desde Palencia a León» (S-sal), «desde Madrid a Aragón» (P-sc), «de Santander a León» (LE-cas).

La versión más terrorífica sería (VA-x):

«Que te arrastren cuatro potros / desde Roma hasta Aragón.»

Segunda penitencia :

una que barra las calles / desde Madrid a León,

y las pongas que relumbren / como la luna y el sol.

(S-lue): «Que te metas en un cirio / y ardas por espabilón.»

(Similar en S-pid, S-cam, S-fra, Va-ov, LE-cas.)

(VA-x): «Que te suban a una torre / y te pongan por reloj.»

Como puede observarse, en nuestra versión aparece, como segunda penitencia, la primera de las versiones santanderinas, y comienza también por el numeral «una». Así se reserva el fuego para la tercera y definitiva penitencia.

Observamos que en la versión (S-sal) hay un trueque de la segunda penitencia (el pabilo) por la tercera (el horno).

Tercera penitencia:

y es que se meta en un horno / cuando esté al mejor ardor.

Similar, con ligeras variantes «mejor» / «mayor ardor», en (P-sc), (S-lue), (S-pid), (S-cam), (S-fra), (VA-ov), (LE-cas) y (S-sal), hecho el re. ordenamiento ya mencionado.

Nuevamente destaca (VA-x):

«Que te metan en un horno / hasta que te hagas carbón.»

Aunque en todas las versiones se rechazan las dos primeras penitencias, en (S-pid)) se cumplen sucesivamente, con lo que el efecto de «crescendo» es mayor

Un detalle curioso, común a tres de las cuatro versiones santanderinas, y que la nuestra no recoge, es la aparición de ciertos vocativos («mi vida, mi amor»), extraños para dirigirse al confesor, y que se dan en el momento de rechazar las dos primeras penitencias. Por ejemplo:

«Esa no es grande, mi vida; / ésa no es grande, mi amor; ésa no es grande, mi vida; / mayor la merezco yo.» (S-pid).

3.9. El perdón (versos 67-72).

Normalmente, las versiones coinciden en repetir en sentido positivo la voz que se oyó en el momento en que se le prohibió la celebración ,de la misa.

Hay que advertir que las dos versiones leonesas se apartan en su desenlace del resto, y que (S-sal) nos sorprende con la salvación del cura y la condenación de Pepita.

4. CARACTERISTICAS FORMALES.

4.1. Diálogo y acción.

Normalmente, todo romance se encuentra integrado por partes narrativas y dialogadas. Las proporciones entre ambas varían, y pueden ir desde el 50 % hasta un 25 % de narración y 75 % de diálogo, en la tradición moderna (2).

En nuestra versión, de 72 versos, encontramos un exacto 50 % de diálogo y relato (36 versos para cada uno). Sin embargo, pueden distinguirse dos partes bien diferenciadas:

1.ª parte: Hasta el momento en que muere Pepita (v. 32).

Son 32 versos: 30 de narración y 2 de diálogo, que corresponden a la declaración amorosa. Como ya dijimos, en alguna versión hay un verso más de diálogo, cuando el cura llama a Pepita la noche de su muerte.

2.ª parte: Desde la llamada a los vecinos hasta el final.

Consta de 40 versos: 6 narrativos y 34 de diálogo. Las cifras se han vuelto ahora a favor de la parte dialogada, que tiene lugar en 4 momentos; aunque realmente el único diálogo sea la imposición de penitencias, que, además, con sus veinte versos, es la parte más extensa del romance.

Un dato curioso: Pepita nunca habla, excepto en (LE-cas) verso 12; todas las demás intervenciones son masculinas.

4.2. La división estrófica.

Como es sabido, se ha discutido mucho sobre la estructura métrica del romance. Las dos teorías son: .

a) La serie indefinida de versos, o tirada.

b) La división en cuartetas.

En nuestra versión, texto y estructura melódica determinan claramente la división estrófica en cuartetas, aunque, como sucede en otros casos, se da a veces la adición de dos versos más. Concretamente tenemos 16 estrofas, que corresponden a 9 cuartetas y 6 cuartetas con incremento.

Los agrupamientos de 4 y 6 versos, reflejados en la transcripción del texto y la melodía (véanse anexos I y II), se distribuyen, de acuerdo con las 9 partes en que hemos dividido el romance, de la siguiente manera:

4 / 4 / 4-6-4 / 6 / 4 / 6 / 4-4 / 4-4-6-6 / 6.

4.3,

El estilo.

Nos detendremos en las repeticiones, antítesis, enumeraciones y otros, recursos que, según M. Díaz Roig (3), sirven para identificar al romance como género, y están presentes tanto en el poeta en el momento de la creación como en el receptor en el momento de la captación.

A) Las repeticiones.

De acuerdo con el material repetido, tenemos repetición de palabras, sintagmas, versos y estrofas.

En la repetición de palabras, con el fin de completar el número de sílabas del verso, tenemos algunos casos:

no la pudo lograr, no (v. 6).

Vecinos, los mis vecinos (v. 33).

Detente, cura, detente, / detente, cura traidor (vv. 43-44 y 69-70).

Repetición de oraciones completas, en quiasmo:

Dame de tu amor, Pepita; / Pepita, dame tu amor (vv. 15-6).

Repetición de un verso a cierta distancia, motivada por tratarse de una situación similar:

una voz del cielo oyó (v. 41 y 68).

Con cierto carácter de formulismo y de encadenamiento, se repite el rechazo de la penitencia y la imposición de otra más rigurosa:

Esa penitencia es corta / pa'la que merezco yo (vv. 53-54 y 61-62).

Si esa penitencia es corta, / yo le echaré otra mayor (vv. 55-56 y 63-64).

También se repiten, aunque con incremento, las dos primeras penitencias:

Una que barra las calles / desde Madrid a León (vv. 49-50).

Una que barra las calles / desde Madrid a León
y las ponga que relumbren / como la luna y el sol (vv. 57-60).

Nótese que incluso se repite el encabezamiento «Una». En las otras versiones cada penitencia va introducida por «que».

Con la variante positivo/negativo, tenemos repetida la cuarteta de la voz del cielo: vv. 436 y 69-72.

B) Las antítesis.

En la invocación a los vecinos existe, además, cierto paralelismo, común en casi todas las versiones:

Los que me debéis dinero, / ya os lo perdono yo
los que no me lo debéis / ya os lo daría yo

C) Las enumeraciones.

Sólo encontramos dos. La de las actividades durante el encierro (vv. 23-28), con encabezamiento anafórico:

Allí le dice la misa, / allí le dice el sermón, allí también la confiesa / y le da la comunión
y allí la tiene siete años / sin ver la luna ni el sol.

También podemos considerar enumeración la imposición de las tres penitencias, ya mencionadas.

4.4. Formulismos y tópicos

Observesé la localización temporal, untanto mítica, de los acontecimientos:

El día de San Fernando (v. 9) tiene lugar el rapto

-Vísperas de Jueves Santo (v. 29), la consumación y muerte.

-El día de Jueves Santo (v. 39) oye la voz del cielo.

Otro formulismo sería la mención de la luna y el sol:

sin ver la luna ni el sol (v. 28).

como la luna y el sol (v. 60).

Respecto a los tópicos numéricos, sólo podemos señalar los siete años de encierro y las tres penitencias.

5

CONCLUSIONES

Esta segunda y nueva versión palentina de «El cura sacrílego» presenta, por tanto, al compararla con versiones limítrofes, las siguientes características :

-Una extensión aceptable: 72 versos, frente a los 88 de (S-pid) y los 28 de (VA-ov). En esto se hermana con las versiones santanderinas, que no bajan de los 70 versos. Las leonesas, vallisoletanas y burgalesa consultadas son más cortas y omiten bastantes detalles, aunque sean innovadoras en otros.

-Bastante completa y coherente, ya que carece de lagunas importantes, excepto la señalada en el apartado 3.6.

-Sin grandes innovaciones, sigue bastante de cerca a las versiones santanderinas, lo que está de acuerdo con su ya mencionado origen montañés.

____________

(1) Para la bibliografía hemos seguido a Joaquín Díaz, a quien agradecemos el habernos facilitado fotocopia de parte de los materiales, base de! presente trabajo,

(2) Cfr. Díaz Roig, M, : El romancero viejo. Cátedra, Madrid, 1985, pág. 24.

(3) Cfr. Díaz Roig, M.: Op. cit., pág. 31.

ANEXO I

«EL CURA SACRILEGO»

Un cura que dijo misa,
de las ánimas pastor ,
se enamoró de una niña
4 desde que la bautizó.

Mientras sus padres vivieron
no la pudo lograr, no;
desque sus padres murieron,
8huerfanita se quedó.

El día de San Fernando,
se salió a peinarse al sol
con peine de oro en la mano,
12 que el de plata no lo halló.

Cuando se estaba peinando,
pasó por allí el traidor:
-Dame de tu amor, Pepita;
16 Pepita, dame tu amor.
Ella, como jovencita,
no supo decir que no.

La agarrara de la mano,
20 a su casa la llevó
y la ha encerrado en un cuarto,
el más oscuro que halló.

Allí la dice la misa,
24 allí la dice el sermón,
allí también la confiesa
y la da la comunión,
y allí la tiene siete años
28 sin ver la luna ni el sol.

Víspera de Jueves Santo,
con ella durmió el traidor;
pasó la mano po'l rostro,
32 muerta fría la encontró.

-Vecinos, los mis vecinos,
los que más quería yo;
los que me debéis dinero,
36 ya os lo perdono yo;
los que no me lo debéis,
ya os lo daría yo.

El día de Jueves Santo
40 a decir misa marchó
y, estándose revistiendo,
una voz del cielo oyó:

-Detente, cura, detente;
44 detente, cura traidor ,
que no puedes decir misa
ni recibir al Señor .

-Echeme la penitencia,
48 buena la merezco yo.
-Le echaré tres penitencias,
usted coja la mejor.

Una, que barra las calles
52 desde Madrid a León.
-Esa penitencia es corta
pa'la que merezco yo.

-Si esa penitencia es corta,
56 yo le echaré otra mayor:
una que barra las calles
desde Madrid a León
y las ponga que relumbren
60 como la luna y el sol.

-Esa penitencia es corta
pa'la que merezco yo.
-Si esa penitencia es corta
64 yo le echaré otra mejor,
y es que se meta en un horno
cuando esté al mejor ardor.

Cuando se estaba metiendo,
68 una voz del cielo oyó:
-Detente, cura, detente;
detente, cura traidor I
que ya puedes decir misa
72 y recibir al Señor.

Cantó doña Victorina Merino Montera (85 años), de Cervera de Pisuerga. Verano de 1981



OTRA VERSIÓN PALENTINA DEL ROMANCE “EL SACRÍLEGO”

DE LA FUENTE GONZALEZ, Miguel Ángel

Publicado en el año 1991 en la Revista de Folklore número 122.

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