Revista de Folklore • 500 números

Fundación Joaquín Díaz

Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >

Búsqueda por: autor, título, año o número de revista *
* Es válido cualquier término del nombre/apellido del autor, del título del artículo y del número de revista o año.

Revista de Folklore número

379



Esta visualización es solo del texto del artículo.
Puede leer el artículo completo descargando la revista en formato PDF

«Pide lo que quieras, él te lo concede». La devoción popular al niño Ricardo Espiell en un cementerio de Lima

CHAVEZ HUALPA, Fabiola Yvonne

Publicado en el año 2013 en la Revista de Folklore número 379 - sumario >



INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se focaliza en la devoción popular que se viene desarrollando cada vez más ampliamente alrededor de un niño muerto a finales del siglo xix: Ricardo Melquiades Espiell Barrionuevo, cuya tumba se encuentra en el cementerio más antiguo de la ciudad de Lima, el «Presbítero Matías Maestro».

Expondré cómo los seguidores de Ricardito (como lo llaman todos sus devotos) muchas veces han reformulado los poquísimos datos biográficos de este párvulo incorporando elementos que ellos juzgan fidedignos, los cuales acrecientan la fe en sus dones curativos y capacidad de brindar soluciones a situaciones difíciles.

Si bien se trata de un niño interpretado, dentro del imaginario popular, como perteneciente a otra clase social («el papá de Ricardito ha trabajado con los Prado[1], yo pienso que era cónsul») y racial (blanconcito), la gran mayoría de sus devotos provienen de estratos sociales bajos en donde el gran crecimiento económico que el Perú está experimentando actualmente[2] los tiene ajenos. Sin embargo, este blanconcito está de su lado: escucha las penas y dificultades que los agobian. Vienen a pedirle que los ayude con lágrimas en los ojos, fruto de la impotencia y desesperación ante una situación que es vivida como sin salida.

La devoción a Ricardito se puede leer en términos de un culto sincrético andino-católico, en donde este angelito actúa dentro de los cánones del sacro autóctono andino: positivo y negativo a la vez, de acuerdo a cómo se le trate: «Hay que respetarlo, hay que respetarlo y no prometer, porque yo puedo decir mañana “te traigo flores” y yo no puedo y te puede pasar algo, te castiga». Uno puede ser mentiroso, borracho, le puede sacar la vuelta a su pareja (expresión popular que connota traición amorosa), pero a Ricardito hay que cumplirle.

La religiosidad popular, a lo largo de todos los Andes, es rica en ejemplos de la relación de reciprocidad (una de las normas que aún está vigente en las relaciones sociales entre miembros de una comunidad) que se establece entre un santo/a y sus devotos. Y lo que ocurre con Ricardo Espiell no se aleja de estas estructuras de pensamiento.

El unísono encontrado en los devotos es la gran convicción de que su pedido ha sido acogido y será satisfecho. No hay duda, puede tardarse pero: «Ricardito te ayudará, pero tú también no lo debes olvidar, porque él también puede dejarte de lado un poco».

Las peticiones van desde las más solicitadas, como son los problemas en la salud y en el amor, hasta obtener un trabajo, problemas judiciales, viajes al extranjero, ayuda en los estudios (como salir con altas calificaciones en los exámenes en el colegio, ingresar en la universidad o alguna escuela de estudios superiores), etc. Se le asocia una predilección por los niños pero, sin embargo, como atestiguan las declaraciones de los visitantes a Ricardo: «Pide lo que quieras... él te lo concede». Es una frase frecuente finalizada con la advertencia de que todo gira alrededor de un elemento principal: la fe.

Entrevistando a un joven de nombre Roy que venía a pedirle que nuevamente le ayude en el trabajo, ante mi pregunta: «¿Tienes la esperanza que te cumplirá?», él me respondió: «Esperanza no, tengo fe» (inf. 3).

La inmensa emoción que los devotos transmiten ante la imagen del niño milagroso se evidencia con las muestras de afecto como si se tratase de una persona viva: lo abrazan, lo acarician por todo el cuerpo, le toman de la mano mientras le cuentan en silencio sus angustias y temores que tal vez no serían capaces de revelárselos a otra persona.

Un trabajador del cementerio, cuya apariencia podría inducir a pensar una escasa cultura, es poseedor de un nítido concepto de fe:

«Porque muchas veces hay personas que porque le cuentan, vienen y lo miran y... esto... le ponen flores, todo pero ¡no le tienen fe! La fe es lo que, lo que hace el milagro. En el momento que vienen con fe: “Ricardito, Ricardito, tú tienes que ayudarme”, vienen con fe, vienen con esa convicción que Ricardito te va ayudar, te va a hacer el milagro; entonces ¿qué es lo que pasa? Ya pe’ ¡Ricardito les hace el milagro, pe’! Parece mentira: las cosas les salen bien...» (inf. 4).

Varios de los trabajadores del cementerio son devotos de Ricardito

I. EL CEMENTERIO PRESBÍTERO MATÍAS MAESTRO

Inaugurado bajo el gobierno del virrey José Fernando de Abascal[3] el 31 de mayo de 1808, fue construido a las afueras de la ciudad de Lima con el nombre de «Cementerio General».

Declarado Monumento Nacional el 28 de diciembre de 1972; desde el 9 de junio del año 1999 es museo, que en sus 20 hectáreas alberga las tumbas de personajes importantes de la historia peruana: presidentes, literatos, héroes de la Guerra del Pacífico. Ejecutado por el arquitecto y escultor Matías Presbítero —que era protegido por el Arzobispo Gonzáles de la Reguera— posee una inmensa riqueza escultórica.

El Presbítero Matías Maestro se encuentra bajo la jurisdicción de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, quien lo está promocionando a través de diversas actividades que organiza como los tours nocturnos, o conjuntamente con otras instituciones como presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil durante la Semana Santa o puestas en escena de obras como Don Juan Tenorio.

La difusión a través de los medios de comunicación en programas culturales, informativos o de diversión han hecho que visitantes de todo tipo se acerquen al cementerio Presbítero Maestro.

II. ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA: LA VIDA DE RICARDO ESPIELL

A. Datos históricos

El único estudio científico sobre la vida de la familia de Ricardo Espiell ha sido expuesto por la doctora en Historia Nanda Leonardini. La autora afirma que el apellido Spiel era de unos ingleses que poseían una hacienda ganadera en Puno y, como era costumbre de entonces, los indios que trabajaban en la hacienda tomaban el apellido del patrón. Algunos de estos migraron a la capital, estableciéndose en Lima y el Callao, y fue ahí donde modificaron el apellido por Espiell.

El padre de Ricardito, Ricardo Martín Espiell, fue abogado; posteriormente fue elegido diputado por Puno en 1866. Aparece como fundador de la Compañía de Bomberos. Durante la guerra entre Perú y Chile (Guerra del Pacífico, 1879-1883) fue parte de la tripulación de la corbeta Unión. Trabajó al lado de los presidentes del Perú Manuel Pardo (1872-1876) y Francisco García Calderón (1881). Colaborador de unos de los diarios más importantes, El Comercio, murió de neumonía a la edad de 44 años, el 8 de agosto de 1887, cuando Ricardito tenía 8 meses de vida. Sobre la madre de Ricardito casi no se sabe nada.

Ricardo Melquiades Espiell Barrionuevo, ahijado de Andrés Avelino Cáceres[4], transcurrió sus breves años de vida en el puerto del Callao, desde su nacimiento el 10 de diciembre de 1886 hasta su muerte el 1 de marzo de 1893 (a los 6 años de edad, dos meses y 18 días). El diagnóstico fue malaria. Sepultado en el cementerio Baquíjano del Callao en un nicho temporal, fue trasladado posteriomente al Cementerio Presbítero Matías Maestro al lado de su padre, gracias a sus amigos, desde noviembre de 1899. La estatua de Ricardito es a tamaño natural, labrada en mármol de Carrara.

Se puede ingresar por la puerta número 4: al frente se aprecia la escultura de un Cristo yacente, en un altar en cuya parte superior está escrito: «Museo Presbítero Maestro». A pocos metros del ingreso en la parte derecha, se encuentra la tumba del gran escritor Ricardo Palma (1833-1919), conocido sobre todo por las Tradiciones peruanas; en la misma recta impacta una hermosa escultura del mausoleo del presidente General Luis Sánchez Cerro (1889-1933): la Madre Patria que sostiene entre sus brazos al peruano valeroso vilmente asesinado. La composición recuerda a La Piedad de Miguel Ángel.

Seguidamente, comienzan los pabellones con «San Demetrio», «El Buen Pastor», delante del cual se halla la tumba de Ricardito Espiell y su padre. Pero también se puede acceder por la puerta número 5: esta ruta es poblada de pabellones con fallecidos, la mayoría olvidados por sus descendientes. Pasando entre ellos, llegamos a la vereda principal que conduce a Ricardito. Entonces divisamos una tumba imponente, la de Vicente Rocafuerte, un expresidente ecuatoriano[5]. Si bien sus restos fueron repatriados, la tumba habla silenciosamente de su temporal estadía en tierras peruanas.

Lleno de flores coloridas y fresquísimas, rodeado por varios jarrones que han sido parte de los regalos, Ricardito nunca está solo... rey del cementerio como lo evidencia la corona de cartón dorado que sus seguidores le han puesto sobre la cabeza y que la llovizna menuda y contínua de los húmedos inviernos de Lima no ha logrado dañar. Una humedad que sí corroe el hierro de las puertas del cementerio, pero que parece respetar la jerarquía celestial.

B. Reconstrucción por parte de los devotos

En general, los devotos de Ricardito saben poco de la vida de su protector. Algunos datos han sido recogidos por los reportajes televisivos que se han hecho respecto al tema. Otros, en la mayoría de las veces, son conocidos en las conversaciones que se entablan delante de la tumba de Ricardito o narrados por otros devotos.

Se pueden establecer una serie de temas que se repiten en las diferentes versiones de la vida de Ricardito:

1. Procedencia de la familia:

Al parecer, se ha difundido la idea de que se trata de una familia de migrantes italianos y, si bien la única foto que circula de él es en blanco y negro (tomada por Eugenio Courret), se le atribuyen rasgos raciales occidentales, como por ejemplo ojos claros: es un blanconcito.

O como fue visto en una reencarnación (ver caso 9 abajo):

El chiquito era gordito, blanconcito, medio crespito y sus ojos lindos marrones (...) parece que se ha reencarnado a él, en ese momento le ha acompañado a mi hijo en todo momento (...), pero este niño era bien guapo, y yo cuando le vi sus ojitos bien marrones, pestañas onduladitas (inf. 11).

Se ve que es descendiente de italianos porque tiene ojos azules, pelo rubio, ahí se nota y pues el apellido, es Espiell. Espiell es este italiano, italiano es el nombre (inf. 8).

Creo que es europeo, sus padres trabajaban en el barco (inf. 12).

Lo que sé es que sus padres tuvieron un accidente cuando venían de Italia en el Callao, en la embarcación tuvieron un accidente (...). Estuvo con algunos familiares de sus padres, (...) creo que murió de una enfermedad, de una epidemia que había por aquellos entonces; (...) la devoción se acrecienta, dice que con tocarle la manito y fue curada es la propia fe (inf. 19).

Pertenecía a una clase socio-económica media-alta, si bien después de que murió el padre la situación cambió radicalmente:

Bueno, el papá de Ricardito ha trabajado con los Prado; yo pienso que era cónsul (inf. 7).

2. Curaba mediante imposición de manos:

Este es un elemento totalmente atribuído por los devotos de Ricardito, ya que en los datos biográficos que se tienen sobre su corta vida no hay evidencia de ninguna narración sobre la posesión de dones terapéuticos por parte de Ricardito:

Era un niñito milagroso que curaba con su mano, sí. Y a sus amiguitos les ponía la mano y los sanaba (inf. 18).

Dicen que su manita tenía bastante don, ¡tenía! Siempre cuando uno se sentía mal, cuando a una persona le dolía la cabeza o le pedían algo, él te hacía el milagro (inf. 5).

Hacía la sanación con su manito. Él se alegra y escucha sus oraciones. Nosotros somos de la cofradía de la Virgen del Carmen, yo no lo conocía, venía por mi papá (...). Mucho le gusta ayudar a los niños (...). Me comentaron que era un niño muy sabio, muy inteligente, humilde, siempre le gustaba ayudar a los demás, y cualquier problema que sus amiguitos tenían en cuanto enfermedades, en cuanto notas[6], los ayudaba ¿no? Solamente colocando su manito... ya solucionaba. Todo el grupo de sus amiguitos... cómo se llama... hicieron este altar. Y sobre todo él es muy amante de los niños, le gusta ayudar, por ejemplo hay niñitos que están enfermitos, tienen leucemia, y bueno, con la voluntad de Dios y con él que siempre intercede... ruega por todos nosotros por nuestras necesidades (...). No me acuerdo bien pero parece que murió de una enfermedad de un momento a otro, pero ¡muy querido, ah! Se sintió mucho (...), en marzo siempre le hacen su misa, su reportaje (...). Me impactó, tu corazón es como se acelera, una alegría como diciendo: «Vuelve otra vez» (inf. 9).

3. Su muerte

Corren diferentes versiones sobre la muerte tan prematura de Ricardito: la más difundida es por enfermedad, pero también se cree que fue víctima de «daño»[7]:

¿La verdad? Muchos dicen que se cayó, otros dicen que le dieron algo en la comida, otros dicen que lo envenenaron, otros que se cayó, no se sabe realmente la verdad (...), otros dicen que se cayó, se rompió la cabeza, otros dicen que una señora lo llevó a su casa, le invitó y se murió, lo mataron dicen, no se sabe en realidad (inf. 5).

4. Apariciones

Son numerosos los devotos que cuentan haber visto a Ricardito, vestido de marinero como se aprecia en su estatua.

La primera vez que escuché a una devota de Ricardito, estaba contando a las personas reunidas delante de la tumba de Ricardito que él se le había aparecido en una sala de hospital donde estaba internado su hijito. Lo vieron corriendo por la sala, vestido igualito a la estatua: de marinerito. Y ella atribuía la curación de su hijito a la benéfica aparición de Ricardito (inf. 21).

Una señora, pero ya de edad, vino a visitar un familiar suyo (...) y sucede que ya a la tarde y como quien dice no había mucho público y se comenzó a llegar el anochecer, tanto fue ella su atención a la visita de su difunto que la noche se le apareció, le cerraron las puertas (...), ella quería buscar la salida (...) pero cada vez que buscaba la salida comenzó digamos a perderse un poco más (...), más y más se perdía (...) vio una lucecita[8] y ella comenzó a seguirla, persiguió la lucecita (...), y como de repente la lucecita se incrementaba más de tamaño, se incrementaba, más, más, más, y ya se aparecía la forma de una persona humana, entonces ella avanza, seguía, seguía avanzando un poquito más y la lucecita daba la forma de una persona (...). Según ella era la apariencia de un niño, pero vio la parte de la espalda, entonces se acercaba más, más a la lucecita, y como de repente ya miraba todo el contorno pero por la parte de la espalda no más, (...) ella se acercaba más y más y la personita, la luz que ella visualizaba, comenzó a girar. Gira y se muestra frente a frente a ella y ella nota que es la cara del niñito diciéndole que la salida está ahí y justo era la puerta y era el niño Ricardito, el niño milagroso (inf. 14).

Cuando pasan con bicicleta por acá escuchan voces de niños riéndose. Sobre todo los días primeros[9] que hay mucha gente, los vigilantes en bicicleta escuchan que se está riendo, como molestando (...) en la noche (...) todos los días que hay vigilancia, todas las noches, y a veces pasan los vigilantes y escuchan la voz de un niño pe’ y el único niño que hay por acá es Ricardo. Dicen que se para riendo (...), jala la ropa, palomilla[10] (inf. 15).

La señora Margarita cree firmemente que Ricardito se manifestó en la persona de un niño cercano a su sobrino (ver abajo caso 9) debido a que su hermana se llevó la corona de cartón que adornaba la estatua de Ricardito en el cementerio y que por tal motivo «él» los acompañó hasta que le sea devuelta su coronita:

Mi hermana se lo llevó la corona, porque su hijito bailaba marinera y mi sobrino tiene una gran fe y delante de él yo le hablé y se le cumplió: ganó el tercer puesto en marinera peruana (...). Sí, la coronita, pero después nosotros la regresamos (...). Y eso era porque ella se había llevado la corona para que su hijo ganara. Y parece que Ricardito se le ha impregnado ahí como diciendo: «Te has llevado mi corona, voy a cuidarla». Hasta que mi hermana vino, lo dejó la corona acá, lo trajo la corona (...). Pero si tenemos escalofríos que es un niñito que sí salva, hace milagros (inf. 12).

En este caso Ricardito, con su aparición, evita que un militar y su batallón caigan en una emboscada de los narcoterroristas, haciendo que se detengan y salvándoles la vida a todos ellos:

Yo he preguntado a muchos devotos, pero el caso que me llamó la atención fue de un militar del VRAE[11]; él me comentó que había pasado por acá [delante de la tumba de Ricardito] pero no le tomó importancia. Estando en el VRAE con su batallón, ve un niñito correr: no le dio importancia. Nuevamente lo ve correr adelante de él, entonces su batallón paró y se puso a pensar dónde había visto ese niñito vestido de marinerito y con botitas. Entonces, al parar, él sintió que por la ruta donde él tenía que pasar, a algunos metros, se producía una explosión. Entonces el militar viene siempre cada diez de diciembre y no trae cualquier cosa: trae su Sublime, su Cua-Cua[12] y lo reparte a los niños (inf. 1).

5. Sueños

La siguiente narración es de una joven madre de familia natural de Huacho pero que radica en Lima hace tiempo. Ella y su hijo de unos diez años sufrían de fuertes dolores de cabeza; los doctores les ordenaron que se hicieran tomografías para determinar el origen de este malestar. Ella suplicaba a Ricardo que los ayudase y en medio de esta situación angustiosa lo soñó una noche:

Estaba muy enferma, tenía dolores muy fuertes en la cabeza (...), mi hijito también padecía de la cabeza (...). Ricardito se me apareció en sueños, en un jardín (...) con flores y él se me acercó y me tomó la mano y me dijo: «No tengas miedo, te voy a ayudar» (...). Yo siempre me hago la tomografía, a mi hijo también se la hago (inf. 16).

Actualmente ella y su hijo se hacen periódicamente una tomografía para controlarse y continúan a pedir a Ricardito que no los desampare en este trance.

6. Muestras de devoción

Las prácticas más frecuentes son:

A. Colocar un rosario en las manos de la estatua de Ricardo o colgárselo al cuello:

Pide lo que quieras y te concede (...), la gente viene, le deja su rosario. Usted le deja su rosario. También se lo puede llevar si encuentra un rosario pero debe dejarlo a cambio otro o lo debe devolver después (inf. 18). Además de mi florcita seca también he pasado por todo el cuerpo de Ricardito un rosario ya bendecido pero ahora también por este santo niñito Ricardito (inf. 21).

El rosario, además de ser un objeto con un evidente sacro positivo por ser bendecido, al ponerse en contacto con Ricardito aumenta su poder protector. En Perú muchas personas acostumbran llevar el rosario colgado al cuello, o lo cuelgan en sus carros como hacen los choferes de transporte público y en especial los que hacen viajes interprovinciales. Antes de partir besan y/o se persignan tocando el rosario (u otro objeto de su devoción) ya que estos viajes, sobre todo en periodo de huaycos o por rutas riesgosas (como pasar cerca de un abismo) pueden ser muy peligrosos o incluso mortales.

El recurrir a los rosarios es una práctica frecuente en la devoción a los santos. Menciono como ejemplo el caso de la «patrona de los imposibles», santa Rita de Cascia: en el huerto de santa Rita hay dos esculturas, una es la santa postrada en su lecho de muerte y la otra una pariente que le alcanza los dones milagrosos de las rosas e higos invernales. Los visitantes han colmado de rosarios el cuello y las muñecas de ambas esculturas, además de dejar pañuelos, fotos y numerosas flores. Las estatuas son tocadas, acariciadas, besadas y en las paredes rocosas se ven numerosos mensajes, peticiones incrustadas en los orificios. Lo mismo ocurre con el niño milagroso del Presbítero Maestro de Lima.

b. Pasar prendas/flores por la estatua de Ricardito: traen una prenda de la persona enferma, sobre todo si se trata de un niño (caso 7, v. abajo) y la colocan a Ricardito; posteriormente, se llevará la prenda y se lo pondrán al dueño de la indumenta.

También pasan por el cuerpo de Ricardo una flor llamada estátice. Una vendedora de flores lleva siempre la estátice en el bolsillo superior de su vestido:

Yo me llamo Marina Sulca Torres, ya. Yo vendo acá flores ya hace como treinta años, prácticamente hasta mi familia vendía flores acá, mi mamá, mis hermanas, todos. Bueno, yo cuando era tan chica, tenía unos diez, doce años, iba al colegio (...), siempre veía una tumba abandonada, entonces con el tiempo yo me he enterado, hace como diez años, que hace milagros, que iba la gente por Ricardito (...) y de verdad la habían limpiado, era una tumba bien abandonada (...). Entonces yo también fui, como yo tengo fe a las ánimas (...), le tengo una fe, le pido por todos, le paso una flor (...). Su nombre verdadero es estatis, la mayoría la conoce por las flores secas (...). Agarro una flor morada, le paso por todo el cuerpo al niñito, y me la tengo yo en el bolsillo o si no también me paso toda mi cabeza, mi cuerpo y lo cargo acá, y lo pongo. Esa es la fe mía, que le tengo. Ahora si uno ofrece algo, hay que cumplirlo porque si no también las cosas no te van bien, claro, lógico, te castiga. Si él te hace un cosa, te hace un milagro, te hace lo que tú le pides, un deseo, ¡también hay que cumplir! (inf. 10).

Como agrega Marina, la flor seca es como el algodón que se les pasa a las reliquias de los santos, es un potente protector:

Por todo, tengo una fe, una fe pa’ todo: por mi salud, por que mi negocio me vaya bien (...), para que tengas paciencia, que te dé valor, fuerza de voluntad y que te vaya bien en el negocio y no solo por mí sino para todos, para que te vaya bien (...); él te cuida. Te protege: «Ricardito, protégeme, ilumina en el camino que no me pase nada». Rezas un Padre Nuestro, un Ave María; por intermedio de ellos todo te va bien, en todo, no solo en el trabajo, el estudio, para tu familia, tienes enfermedad, tienes fe, haces igual, llevas tu ropa, lo pasas por su cuerpo todo, todo (inf. 10).

En el caso de la flor, esta es llevada como un protector: en una prenda que se usa, en una cartera o bolso que se lleva consigo. Además, cuando una persona se siente adolorida se coloca la flor en la parte doliente pidiendo a Ricardito de aliviarle el malestar mientras se reza un Padre Nuestro y/o un Ave María.

c. Tocar/estrecharle las manos (inf. 10); tocarle la parte del cuerpo en donde el devoto tiene algún malestar:

Cuando a mí me duele el cuerpo, yo lo toco y al día siguiente: normal, como si no me hubiera pasado nada. Entonces yo sigo adelante y le oro (...), si me duele la cabeza yo le agarro su cabecita, o si me duele el corazón yo lo toco y al día siguiente: nada. Porque yo estaba hace tiempo para enfermarme, para caer mal, yo le digo a mi hermana: «Estoy mal, estoy mal». Pero cuando vengo, porque tengo a mi papá al fondo, yo lo vengo a visitar [a Ricardo] y me va bien. Gracias a Dios me va bien, especialmente rezo y oro por mis nietos (...) y los cuida, sí, los cuida (inf. 12).

Cada vez que me siento mal del estómago cojo la florcita, me la pongo encima del estómago y le rezo y pido a Ricardito. El dolor desaparece y me siento hasta con más vitalidad. Siempre lo tengo presente, le pongo una velita blanca en mi casa a su nombre. Y sí, sí le tengo fe (inf. 21).

D. Celebración de fechas de nacimiento, defunción y Navidad:

-El cumpleaños: el 10 de diciembre llegan diversos grupos de personas para celebrarle el cumpleaños de Ricardo; traen todo lo que se acostumbra para una fiesta infantil (matiné): tortas, piñatas, dulces, juguetes, músicos como los mariachis, etc.

La Beneficencia Pública «permite» a los devotos estas manifestaciones de afecto a Ricardito. Si bien es prohibido por ejemplo tomar fotos, hacer grabaciones sin autorización de la Beneficencia previo pago en cualquier otro día.

Muchas de las personas que vienen a celebrarle a Ricardito están acostumbrados a comportamientos mucho más efusivos, como los que manifiestan en otros cementerios populares, por ejemplo el de la «Virgen de Lourdes», más conocido como «Nueva Esperanza» en Villa María del Triunfo[13] en donde sobre todo el 2 de noviembre la gente acude masivamente a visitar a sus muertos y el cementerio se transforma en un campo ferial: vendedores ambulantes de comida, dulces, juguetes, flores, grupos musicales que tocan melodías andinas principalmente. Incluso, se pueden divisar entre la multitud a danzadores de tijeras[14] con sus vestidos multicolores que con sus pasos rítmicos y veloces «despiertan la madre tierra y los difuntos». La gente pasa todo el día con sus difuntos y llevan de comer para toda la familia los preparados que gustaban al fallecido para comerlos «junto a ellos» y dejarles después su platito o sus manjares preferidos. Derraman la bebida que le gustaba sobre la tumba (muchas de las tumbas son en tierra cubiertas por numerosas piedras que ese día serán pintadas con barniz), pequeños grupos musicales tocan, las personas se sientan al lado de sus difuntos para acompañarlos y hablarles. ¿Si la Benificencia de Lima dejase libertad a los devotos de Ricardito, acaso lo que ocurriría no sería tan lejano a lo que ellos hacen en estos cementerios populares? Tal vez, no.

Mientras tanto, en el Presbítero Maestro, Ricardito es homenajeado:

Pa’ su cumpleaños se llena toditito. Le hacen su matiné, todo. Vienen grupos distintos, no vayas a pensar que viene una torta ¡vienen como veinte, treinta tortas! Cada grupo, ¡con todo, con todo! le ponen cadenetas, traen caramelos, le dan bocaditos a la gente, todo, regalos, todo. Yo tengo como cuatro o cinco regalitos que le han traído a él. O sea la gente le deja sus regalos, su carro para Navidad, ¡uf, olvídate!, también le traen sus regalitos ¿no? ¡Bien bacán! y lo dejan ahí pe’ igual viene otra gente y se lo lleva. Y yo ¡para qué te voy a engañar! me he llevado como cuatro regalitos bonitos de él, ahí los tengo en mi casa (...). Lo recogen [la gente] y en su casa : «¡Es de Ricardito!», lo cuidan, lo adoran, qué será pe’ la fe de las personas. Como te digo, yo tengo cuatro regalitos ¡a naides[15] le doy! «No me toquen eso, no me toquen!» (...). Si tuviese hijos chiquitos, le doy : «Ricardito te ha mandado», pero en el caso mío no: mis hijos ya están grandes; yo los tengo, este los conservo, a veces me molesto cuando lo agarran ¡pa’ mí es sagrado, pa’ mí es sagrado! (inf. 4).

El 10 de diciembre, que es el onomástico de Ricardito, véngase acá señora, esto parece mistura[16]: arroz con leche, mazamorra[17], papa a la huancaina[18], todo gratis, todo, todo; y si usted pasa, la invitan (...), le dan chocolate, a veces vienen mariachis, vienen payasos, vienen todo (inf. 15).

Hacen fila para que los chiquitos pasen delante de él. La gente vienen con sus hijos y dan tajadas de torta (inf. 20).

José, un hermano que se está preparando al diaconado en la diócesis Iglesia Católica Apostólica Oriental en rito arameo, viene todos los cumpleaños de Ricardito y le lee la Palabra como muestra de agradecimiento por los favores recibidos:

En gratitud de eso, año tras año en el día de su cumpleaños él es testigo que yo le hago aquí la celebración de la Palabra, gratuitamente, no cobro ni un sol a nadie (...). Vienen pues aquí, le traen mariachis, le traen torta, regalos, sortijas, dijes, anillos y tantas cosas, no (...), le traen cadenitas, rosarios sea de plata o de algún material de baja categoría, le traen (...), las plaquitas demuestran su agradecimiento infinito (...). Lunes y viernes a diario venía a ponerle su ramo de flores, ya de mucho tiempo lo conozco (...). Se hace una celebración de la Palabra, donde se encabeza, no, la primera, segunda lectura el salmo, el evangelio con sus respectivos cánticos y después ya se hacen algunos pedidos, peticiones, elevaciones (inf. 19).

-En Navidad: es conocida por los trabajadores del cementerio la venida de un señor que vive en el extranjero pero que siempre regresa a cumplir la promesa a Ricardito:

Y el 24 de diciembre viene un señor directamente de Estados Unidos (...) con un convenio que ha hecho con Ricardo que a todos los niños pobres de acá le da una canastita con juguetes. Todos los 24 de diciembre, por un favor que le ha hecho Ricardo. De Estados Unidos viene el señor (inf. 15).

E. Dejarle dulces, juguetes: casi todos los que lo visitan le llevan caramelos, sublimes, wafers, galletas, un vasito de gelatina. Le colocan especialmente en sus manos. También algún pequeño juguete.

Y a él lo que le gusta como niño es que le regalen su chupetito, caramelito, a veces le ponen, ahí está su coronita (...); lo único que te pide es un caramelito, un chocolatito (inf. 9).

F. Limpiar la tumba: son varios los devotos que vienen periódicamente a limpiar la tumba de Ricardito como muestra de agradecimiento.

G. Llevar la foto de Ricardito: en la única foto que se conoce de Ricardito es la que fue usada para realizar la escultura. La foto presenta a Ricardito vestido de marinero con botines y en la misma postura en la que fue esculpido para su tumba. La foto que fue tomada por el francés Eugenio Courret[19], que se puede bajar del internet, ha sido imprimida y transformada en estampita como la de los santos que en Lima se venden en las entradas de las iglesias principalmente. El día del cumpleaños, como afirma una devota, se reparte entre los presentes esta estampita.

III. EL CULTO

Fue una señora que en los años 90 inició el culto a Ricardito. Sobre el milagro concedido son diferentes las versiones que circulan al respecto. En general, los devotos solo saben que se trató de una señora no tan joven. A mi parecer, el dato de quién inició el culto o cuál fue el milagro o petición cumplida no influye en la fe hacia Ricardo, lo importante son las referencias más cercanas a cada uno de ellos, como los amigos que han recibido un favor, o algún pariente.

Al niño Ricardito todos los lunes viene y lo baña: es un acuerdo. Hace quince años atrás ella le pidió favor a este niñito de un hijo que tenía leucemia y su hijito a la semana y media se curó y de esa fecha todos los lunes religiosamente viene y lo baña (inf. 15).

Una persona mayor, la abuelita[20] dice que lo conocía a él y que él le curaba (inf. 5).

Ha sido una persona (...), vino a pedirle pe’ y qué pasó: el niñito le habrá hecho el milagro, pe’ onde está que ella le agarró una fe y en su cumpleaños la señora venía, traía torta, caramelos, chocolates se juntaban ahí (...). Más o menos algo así yo llegué a saber cuando entré a trabajar acá (...). La señora empezó a decir: «Este niño es milagroso, me ha hecho este milagro». La señora fue la primerita que puso su placa. Entonces la gente en curiosidad venía, le pedía y como que le hacía el milagro (inf. 4).

Una señora del público vino un poquito tarde al cementerio (...), vino de una forma melancólica, digamos, ella ingresó al cementerio y yendo por la ruta de los cuarteles, se localiza entre las tumbas y lo ve la estatua del niñito (...) como si fuera un angelito (...), que le ayude en algo, que lo apoye en algo. Entonces ella se sienta ahí y comienza con la imagen, (...) hizo su tipo de petición y se fue y vino más o menos a los dos, tres meses. Pero vino de un semblante contenta, bien alegre y trajo consigo una plaquita de reciprocidad, muestra de agradecimiento (...). Ella, como muestra de cariño, de reciprocidad, le pone una plaquita (...); fue la primera señora (inf. 14).

Actualmente la cantidad de devotos de Ricardo crece mes por mes. Es más frecuente encontrar personas que viven en distritos cercanos al cementerio, pero también he documentado que se viene ampliando la procedencia de los devotos. Trabajadores de todo tipo lo visitan especialmente los lunes y los fines de semana: «Choferes vienen bastante, ellos le tienen bastante fe, pero acá los días lunes creo que son los que más vienen» (inf. 8).

IV. NARRACIONES

Las entrevistas fueron realizadas en abril-mayo de 2013 en el cementerio «Presbítero M. Maestro», sea en días laborativos como en feriados. Las personas que no han deseado ser identificadas son citadas como N. N.

He seleccionado una serie de conversaciones del material recogido, ya que la cantidad de visitantes que sobre todo recibe Ricardito en los fines de semanas y días feriados es notoria, como dice una de las devotas: «Siempre está acompañado, siempre está acompañado él» y «todo el tiempo él tiene bastantes cositas» (inf. 8).

En general la disposición a hablar sobre Ricardito es muy amplia, la gente se reúne delante de él y comienzan a conversar entre ellos, preguntándose sobre aspectos de la vida del niño, y haciendo sus conjeturas. Otras personas que en esos momentos pasan delante de Ricardo, al ver la cantidad de flores que tiene la tumba y la cantidad de placas de agradecimiento, se detienen y preguntan a los presentes de quién se trata y después de algún comentario de un devoto sobre el «favor recibido» se quedan unos minutos ellos también a rezar y tal vez a pedirle algo. Es una de las dos maneras más comunes de conocer a Ricardo. La otra es ser traído por otros devotos.

Caso 1: Estudio

La madre de la joven vino invitada por un amigo a la fiesta de cumpleaños de Ricardito, el 10 de diciembre en la tarde, y fue llevando caramelos para los niños. Llegando a su casa, le comentó a su hija que es muy milagroso y le regalaron una estampita y ahí la tiene en su taller de costura. La joven postuló a la universidad e ingresó a la carrera de administración:

Fue algo instantáneo, mi mamá recién vino este, el 10 de diciembre, y me comentó y me trajo una estampita. Yo nunca había escuchado hablar de él y justo estaba yo que me preparaba para estudiar y pero sí la agarré (...). La leí y le pedí. Y fue como algo instantáneo. Porque postulé, la agarré pero o sea le pedí con tantas fuerzas y yo le prometí que si él me hacía ese favor iba a venir, iba a traerle una rosa y que siempre iba a venir, y por eso ahora vengo y estoy cumpliendo mi promesa. Fue cuestión de días por eso yo supe que era él porque... A parte de eso yo le hice otra promesa o sea yo necesitaba conseguir a alguien ¿no? que me enseñe todo y era un profesor que yo no lo veía años y cuando justo le pedí, al instante justo encontré un papel donde estaba anotado el nombre del profesor. Pero yo dije: «Uy, si lo encuentro sería, ¿no?» Y porque eran años que no lo veía y justo tenía todavía el número y lo llamé y me dijo: «Sí, justo iba a cambiar mi número, pero... (...)». Porque han pasado casi cuatro años y casi siempre uno cambia de número y tantas cosas ¿no? Entonces yo dije: «¡Dónde habré dejado ese número!» y volteo y vi el número apuntado, o sea es algo sorprendente para mí porque no lo pensé (...). Nos encontramos y gracias al profesor yo pude ¿no? Me enseñó bien todo y postulé y fue así cuestión de días, días entonces supe que era él y dije: «Si entro, yo voy a ir, te voy a poner una rosa y siempre voy a estar constante», ¿no? Porque yo vengo desde el Callao, entonces ya pues fue así. Pero, o sea, yo nunca había escuchado de él y es una respuesta inmediata (inf. 2).

Caso 2: Trabajo

Al contrario del precedente testimonio, aquí se trata de un hijo que lleva a su madre que reside y trabaja en el extranjero y que en ese momento se encontraba en Lima ante Ricardito para que también a ella le ayude en el trabajo:

La primera vez viene así por pura casualidad, pasaba por aquí y vi la gente que estaba ¿no?, y entonces preguntamos y dijeron que era milagroso y nada. Hice la petición (...). Que vaya bien en aquella vez que fue hace dos años atrás y sí para que sí me fue bien en ese tiempo. Y justo mi mamá vino, no vive acá, vive en el extranjero; entonces, este, justo ayer estaban dando el reportaje entonces este en el canal 9 creo que fue y... me acordé (...) y justo le digo a mi mamá: «Que sí, que sí que es verdad que es milagroso (...), sí es verdad lo que dicen (...). Le voy a pedir lo mismo, lo del trabajo». Vine esa vez, me fue bien, y como pero que lo olvidé. El hecho de volverlo a verlo te hace, te llama (...). Ella [la madre] es la primera vez que viene (inf. 3).

Caso 3: Salud

Viene todo tipo de gente, todo tipo de gente llega (...), que los cure que los ayude (...), se ve que es milagroso porque hay, hay bastantes placas que le han puesto con su nombre dándole gracias por los milagros que hace (...). Todos los días llegan, todos los días, tan es así que te digo que vienen de Estados Unidos, se dan unos días para viajar de allá hasta acá (...) para venir a visitarlo a él simplemente y se vuelven a ir, pero ya vienen traendo otros devotos, otros o sea otro pariente que seguro tiene problemas y: «Vamos donde Ricardito al Perú y él te va ha hacer tu milagro. Yo tengo mucha fe en él, él me hizo esto, me hizo el otro». Tan es así que acá donde Ricardito nunca falta gente, nunca faltan flores (...). Hasta mis hermanas hoy en día son devotas de Ricardito (...). Un día mi sobrinito estaba que se moría y vino mi hermana, mi sobrinito estaba en el hospital, tenía dos añitos. Vino mi hermana, le pidió a Ricardito y al otro día que va a visitarlo ¡ya estaba sano! Ya le dieron de alta y se lo trajo entonces mi hermana de ahí, ya se rayó: «¡Ricardito, Ricardito!» (...) Mucho tosía [el sobrino de 2 años], neumonía, que estaba bien mal, tenía que internarse inmediatamente (...). Habrá estado dos días, tres días, mi hermana ha venido acá, a Ricardito le ha pedido con fe. Porque se le pide con fe. Porque muchas veces hay personas que porque le cuentan vienen y lo miran y esto le ponen flores, todo pero ¡no le tienen fe! La fe es lo que, lo que hace el milagro. En el momento que vienen con fe: «Ricardito, Ricardito, tú tienes que ayudarme», vienen con fe, viene con esa convicción que Ricardito te va ayudar, te va a hacer el milagro, entonces ¿qué es lo que pasa? Ya pe’ ¡Ricardito les hace el milagro pe’! Parece mentira: las cosas les salen bien (inf. 4).

Caso 4: Salud y trabajo

La señora María Isabel afirma haber recibido respuesta a sus peticiones de salud de sus dos hijos y haberle conseguido trabajo a su esposo:

Hace tiempo, tiempo, hace 11 años, una amiga estaba enferma y era bien devota de él. Mi amiga estaba bien grave y la sanó. Mi esposo estaba sin trabajo y le consiguió trabajo a mi esposo, la sanó a mi hija (...) varias veces, cuando mi hija estuvo internada en el hospital. Él le agarró y le hizo un milagro (...) de los riñones. Se había hinchado, casi la dializan y no la llegaron a dializar (...). Hace tiempo que no vengo: no tenía eso [señala las placas], son recientes (...). Siempre cuando venimos (...) lo encontramos solo con bastante gente que le traen sus flores, que lo alaban, le cantan, le traen hasta sus cadenas, sus caramelos (...). Siempre cuando he venido le he pedido, siempre me ha concedido, varias veces (...). Para que él me ha ayudado, cumple tu deseo que tú quieras. Cuando mi hijita estaba mal él lo sanó, a mi hijita le iban a hacer diálisis, yo le dije: «Que no, que no quiero que le hagan este, sánala». Hinchado mi hija los pies a la cara, todo, le pedía tanto, tanto, que se llegó a sanar mi hijita con inyecciones, no la dializaron nada. Y mi hijito cuando lo agarró la moto también le pedí, la moto le había golpeado la cabeza, yo vine acá llorando, le dije: «Ricardito, nunca me he olvidado de ti» (...), mi hijito se sanó. Siempre le hago su tomografía en la cabeza. Tres veces me ha hecho el milagro, le pongo una velita blanca sin venir y le digo: «Tienes que ayudarme». Yo sé que él me escucha, desde muy lejos me escucha (...), en mi casa le pongo la velita (...). Cuando yo he venido, él tenía una cadenita de oro (inf. 5).

Caso 5: Salud

Un día yo pasé por acá y lo vi a él. No había nada de esto, nada, nada [las placas]. Después vi que entrevistaron a un trabajador que decía que era milagroso y me vine pa’ acá y mira tú (...). Le pedí por un sobrinito que estaba bien mal, ya un milagro lo podía salvar, vine a pedirle pe’. Me habrá escuchado: ¡sanó el muchacho! Diez años no más tenía mi sobrino, estaba enfermo, los doctores le dijeron que tenía que esperar no más (...). Siempre vengo (inf. 6).

Caso 6: Salud

Yo vengo ya años (...). Es milagroso, milagroso el niño. Pide lo que quieres y él te lo concede, yo siempre vengo, pido por mi familia (...), la gente viene y le deja su rosario (...). Tengo mal las vistas, tengo la retina desprendida, mis hijos también tienen mal la vista. Yo le pido con fe a Ricardito. Los médicos dicen que otras personas que tienen mi mal ya han perdido la vista. Ahora he venido con unos amigos que vienen por primera vez (inf. 18).

Devotos alrededor de Ricardito

Caso 7: Economía y salud

Se le pide con bastante devoción y él te ayuda (...) porque no tiene trabajo, porque tiene un mal incurable (...). En muchas cosas [Ricardo lo ha ayudado], a veces no tengo algo para brindar a mi familia, le pido... él me da, me ayuda, esa es la pura verdad (...). Hay personas que le piden, una persona digamos no caminaba, lo había llevado a muchos médicos y decían que no podía caminar. Le sacó su hábito del chiquito y le puso ahí (...) y a los cinco días caminó su hijito. Ella me dijo: «Ha hecho un milagro que ni los médicos me han ayudado, pero este muchacho», y ahí esta su plaquita (...). Tú le pides y te brinda lo que le pides (inf. 7).

Caso 8: Salud

En la puerta 5 del Presbítero Maestro hay cuatro vendedores. Conversamos con Marina, quien nos relató un milagro:

Una señora me contó llorando que tenía una hija que no podía ni caminar, estaba bien mal. Entonces todas las semanas venía y ponía sus flores. Un día yo le digo: «Paséle, llévele las flores pásale su cuerpito» (...). Compra las flores y les pasa por el cuerpo de Ricardito (...). Les pasa todo el cuerpo, su cabecita, su manita, pidiendo con fe (...). Si usted no tiene fe es por demás, si usted tiene fe y lo hace con amor... (inf. 10).

Casos 9 y 10: Competencia de baile a nivel nacional (marinera) y trabajo y tener un hijo

Las siguientes dos narraciones son de dos hermanas que en sus respectivas familias han experimentado milagros cumplidos por Ricardito. La primera narra que antes de ir a participar a la competencia nacional de baile de marinera en la ciudad de Trujillo, la cual es conocida como la capital de la marinera y en donde llegan solamente los mejores seleccionados de cada lugar, ella, junto con su hermana y hijo Johan que entonces tenía doce años, van a pedirle al cementerio a Ricardito. Pero la señora «tomó» la corona de cartón que tiene la estatua de Ricardito y se la llevó.

Ya en Trujillo, en el hotel, al frente de su habitación estaba hospedado un niño como de la edad de Ricardito junto con su abuela, el niño participaba en otra categoría distinta de la de su hijo. Al verlo ella pensó que se trataba de Ricardito reencarnado, ya que era muy parecido físicamente y cuya cercanía y actitudes y acciones le «daban escalofríos». Este niño acompañó a Johan hasta el final y, a pesar de que el chiquito ya había sido descalificado en su categoría, no quiso retirarse hasta la última competencia de Johan, quien obtuvo finalmente el tercer puesto. Marta está convencida de que era Ricardito en ese momento. Después de tiempo, terminada la competencia, lo volvió a ver, pero ya no era Ricardito: era un niño normal.

Ella cree que, si bien es posible que exista una mafia en dichas competencias para el primer lugar, no pierde las esperanzas que obtenga en el próximo concurso en Trujillo un segundo o tercer puesto. Además cree que su hijo cometió un error al decir que iba a dejar la marinera si ganaba esa vez. Y Ricardito «reencarnado» quería que él siguiera en la marinera, por lo que el tercer puesto —nada despreciable por el nivel de la competencia— estaba bien para ella: él era «el campeón», ya que su hijo estaba bien preparado. Al regresar a Lima devolvió la corona a la imagen de Ricardito:

En el año 2011, nosotros viajamos todos los años a Trujillo, mi hijo baila marinera, entonces (...) yo vine con mi hermana, con mi sobrino, con mi hijito (...). Venimos, rezamos, oramos, y yo quería, le dije, que mi hijo gane (...). [Él tenía] doce años (...). Al día siguiente viajamos. Se nos apareció un niñito, un niñito bien parecido a él, blanconcito, y se pegó a mi hijo. Yo no lo conocí y vino la señora, lo trajo a su nieto que quería ensayar marinera, pero el chiquito vino con un fin de como queriendo de recibir a mi hijo, acompañarlo. Cuando yo le dije al niño que ingresara al cuarto donde yo estaba hospedada en el hotel resulta que el niño ingresó y al niño lo vi como si lo hubiera conocido tiempo, se puso a jugar con mi hijo. Como es una semana de viaje, lo vi que mi hijo este, se encariñó con él y en todo sitio que iba mi hijo, el chiquito lo acompañaba. El chiquito era gordito, blanconcito, medio crespito y sus ojos lindos marrones (...). Y de eso yo le digo a mi hijo: «Ricardito nos ha aparecido» y a raíz de eso mi hijo dijo: «¡Mamá, Ricardito, Ricardito!». Incluso todos le decíamos: «Ricardito, ayúdame» y él le lustraba el zapato, lo veía, quería que él bailara. Pero mi hijo cometió un error. Le dijo a su papá: «Papá, yo gano y ni más la marinera» (...). Y según el chiquito dijo: «Yo no quiero que gane, quiero que siga bailando la marinera». Entonces yo le digo a mi hijo: «Encomiéndate a Ricardito». Ricardito lo acompañó pa’ todo lado a mi hijo (...). Hay personas que no creen, pero sí, cuando yo cuento a otras personas dicen que sí era verdad. Incluso cuando nosotros juntamos en varias camas para poder estar junto con él, el niñito en la madrugada se paró y comenzó a mirarlo a mi hijo. Para mí me dio un escalofrío y después cuando en la filmadora el chiquito comenzó a decir: «Yo soy Ricardo, yo soy Ricardo». Le juro, verdad, como quisiera que mi hijo estuviera acá para que él dijera lo que es cierto. Y para mí fue muy triste cuando todos nos despedimos, el chiquito agarró, me abrazó fuerte y yo dije: la mitad era Ricardito y la mitad era el otro niño, le abrazé fuerte que me dio escalofrío (...). El chiquito desapareció, pero cuando lo vi ¡ya no era el de Ricardito!, era un niño normal (...). Parece que se ha reencarnado a él en ese momento, le ha acompañado a mi hijo en todo momento (...). Yo me llevé la corona [de Ricardito], tuve que devolverlo (...). Hemos descansado un año y ahora hemos vuelto nuevamente para que mi hijo gane. Y así tengo un retrato de Ricardito, le ponemos una velita y yo ahí permanentemente yo siempre le rezo (...). Él me dice: «No, mamá, yo no voy a dejar» [la marinera]. Y ahorita tiene una pareja que es fuerte y estamos pensando de más adelante (...). La foto de Ricardito le tomé [tomó la foto a la estatua] y lo puse en un cuadrito y ahí lo tengo en mi cuarto, incluso también yo lo llevé al hotel que yo le rezaba, mi hijo también. Y le digo fue algo increíble (...). Pero según el niño dijo: «Yo no quería que tú ganaras porque yo quería que tú siguieras la marinera». Porque mi hijo dijo: «Papá, yo gano y ni más la marinera», pero quizás no fue así. Mi hijo tuvo el tercer puesto, fue muy lindo, salió en la televisión (...). Un año hemos descansado, pero nuevamente estamos, que queremos que esté en el segundo, tercer puesto (...). Yo le conté a mi hermana, le conté a mi otra hermana: yo sí creo, les dije, para mí se había reencarnado Ricardito (...) y después de tiempo lo llegué a ver: no era Ricardito, era como un niño normal (...) pero ya no era (...). Incluso mi hijo le tomó foto, pero no sé, se perdió la foto (...). Incluso cuando yo dormía y mi hijo dormía, y el niño me dio escalofrío cuando el niñito (…) se paró al lado de la puerta y nos acompañaba. ¿Un niñito que haga así? Según su abuelita dice que nunca en su vida había reaccionado este niño así (inf. 11).

La hermana de Marta nos cuenta que su hija, que actualmente pertenece a la policía femenina y reside en Piura (un departamento del norte del Perú, fronterizo con el Ecuador), es muy devota de Ricardito.

Margarita agrega que, sobre lo ocurrido a su hermana al tomar la corona de Ricardito, este la siguió como para custodiar su corona además de acceder al pedido de la madre de Johan:

Milagros, el que tiene fe se le cumple (...), todo es cuestión de tener fe (...). Y él es el ángel de los niños, a lo que yo veo. La vez pasada, cuando hace dos años yo venía, estaba casi todo vacío de los recuerdos que ponen detrás de su monumento y ahora hay mas devociones. Sí, le hacen su fiesta. Todo es cuestión de tener fe (...). A una de mis hijas se le cumplió, se le cumplió. Ella no sabía qué carrera agarrar. En el momento que su papá murió se quedó muy niña y le pidió a Ricardito, no sabía qué profesión y agarró la policía y lo agarró. Y pidió también en tener un niño varoncito y tuvo su niño, un varón, y ella siempre cuando viene de viaje, lamentablemente está ahí en Piura, pero cuando viene le pone sus flores y se va y le va bien hasta ahoritita (...). Bueno, en algunos se les cumple rápido, y otros pues pasan dos tres meses, pero se le cumplen (...). A la comparación de esos, estos recuerdos que están atrás son muy pocos, vienen cantidad de personas que le han hecho sus milagros (...). Sí, le rezo (inf. 12).

Caso 11: Salud

Todos los años, en marzo, vengo a darles gracias al Señor y a Ricardito por los milagros que ha concedido no solamente a mí, sino a toda la gente que viene de Lima, de provincia, del extranjero, vienen a pedir por su educación, por el colegio, por el amor, por la familia, la pareja, los hijos. Y yo invoco que siempre vengan aquí ¿no? A este altar del niño Ricardito Melquiades para pedirle a él y en largo tiempo después él nos conceda. Porque él también me concedió trabajo, trabajé en un crematorio siete años en Villa El Salvador.

Después le pedí por la salud de mi madre, que le operaron de la pierna, de la rodilla, le pusieron prótesis hace ocho años atrás, gasté cantidad de dinero, pero gracias a Dios está todo bien.

Hace dos años y medio la operaron en el colon, y ese fue el momento donde más se acrecentó la fe en el niño Ricardito Melquiades, mi mamá estuvo en cuidados intensivos, un lugar bien deprimente, un lugar bien triste, y vine y le supliqué, le lloré. Venía acá, y botaba lágrimas de tristeza, y como que el niño Ricardito me ayudó a tener una esperanza y al día siguiente voy al hospital y ya ¡mi mamá estaba muy bien! Después de un mes y quince días que estuvo en cuidados intensivos salió de alta. Hoy le doy las gracias públicamente ante Dios todopoderoso (...), ante la imagen de este niño Ricardito Melquíades, que gracias a ellos mi madre está muy bien (inf. 19).

Caso 12: Salud y problemas judiciales-económicos

Se pide también por problemas de tipo judicial, como una amiga del esposo de nuestra informadora refiere:

Estamos pidiéndole que nos conceda un milagro, no, yo sufro de artritis en las rodillas, y le estoy pidiendo cada día para que me conceda ese milagro a mis rodillas (...). Su amiga le ha contado a mi esposo que le iban a quitar un terreno que está comprado en la Molina, entonces ella creo no tenía dinero (...) y la señora vino, no, con toda su fe y ahora el terreno es de ella (...). Ya no tiene problemas [era un problema judicial] y está construyendo si casita ahí, en la Molina (inf. 13).

Caso 13: Salud

Yo, la primera vez que vine a verlo explícitamente, vi que la habían dejado unas monedas de a sol escondidas entre las flores y decidí dejarle también sin pedirle nada. Lo hice sin esperar recibir nada, si bien yo en aquel periodo estaba media estrecha de plata, no dudé en dejarle unas moneditas. Después cada vez que quería ir a visitar a Ricardito, como yo vivo lejos y tengo que tomar un taxi para salir de mi urbanización ya que solo pasa una línea cerca de mi casa y después agarrar un micro que vaya al cementerio. Siempre se aparecía una persona que me decía para compartir los gastos del taxi... y después me he dado cuenta que ha sido Ricardito porque nunca me había ocurrido antes. Con más fe volvía donde él. Una señora que vende flores en la puerta del cementerio me dijo de pasarle al cuerpo de Ricardito unas flores moradas y que las lleve siempre conmigo, que me protegerá (inf. 21).

V. Placas

Hasta el mes de mayo las placas son 148 incluyendo la que está pegada en la estela de la tumba del padre de Ricardito. Algunas de ellas tienen fecha, otras no. En base a las que tienen la fecha podemos ver que la más antigua es de octubre de 2007 y la más reciente del 24 de marzo de 2013. En ambos casos, por milagros concedidos.

Por agradecimiento por lo recibido son 142 y peticiones por futuros milagros son 6.

1. Por lo recibido:

Se agradece por un milagro o por varios recibidos (incluso hay uno que es en tiempo presente, es decir en ese momento se está llevando a cabo).

También se diferencia entre favor/favores, deseo/deseos, pedido/pedidos.

Agradecimiento por lo concedido o en general «Gracias por todo». Otros enfatizan «Anhelos y sueños concretados», «Por apoyo en los momentos difíciles», «Por las bendiciones», «Felicidad y amor de los hijos», «Por darme todas las oportunidades que me brindas con toda mi familia».

Por salud: «Por haberme salvado la vida», «La madre restablecida», «Por traer al bebé bien en todo aspecto», «Por ayudar al bebé y que lo siga haciendo», «Por concebir una hija», «Dándome el regalo más hermoso de ser madre».

O en varios aspectos como «Proteger la familia en salud y trabajo», «Por el milagro hecho realidad del trabajo». Por estudio: «Ayudarme en mis estudios», «A mi nieto Dany síguelo ayudando hasta que se gradúe». O para un viaje para los Estados Unidos, «Que no me pidieran la bolsa de viaje».

2. Peticiones:

Que le conceda que regrese el marido, que conceda salir bien en la operación, pide milagro «Sube a la corte que todos los documentos salgan bien», pide que «El viaje de esposo salga bien y que sus planes y proyectos salgan bien», «Sabe que Ricardito le cumplirá», por la sanación de la pierna…

Las placas

3. Transcripción de algunas de ellas

Transcribimos algunas de ellas respetando los términos usados así como la ortografía y líneas (separadas por /):

3.1 Agradecimientos:

a. GRACIAS POR HABERME CUMPLIDO ESTE / DESEO NIÑO RICARDITO QUE YO ME VAYA / PARA LOS ESTADOS UNIDOS Y TAMBIÉN TE / QUIERO PEDIR QUE LOS ILUMINES A MI Y A / MI FAMILIA DEVOTO Y FIEL OMAR. GRACIAS / POR HABERME CUMPLIDO EL DESEO EN IRME Y QUE NO ME PIDIERAN BOLSA DE / VIAJE GRACIAS AMEN / OMAR LÓPEZ

b. EDIFICACIONES «NAVARRO» / RICARDO MELQUIADES / ESPIELL BARRIO NUEVO / GRACIAS POR EL FAVOR / CONCEDIDO A TU DEVOTO: / RICARDO NAVARRO / 05-02-2010

c. TE AGRADEZCO POR / EL MILAGRO QUE ME / CONSEDISTE, GRACIAS / POR AYUDARME EN / MIS ESTUDIOS Y / TE PIDO QUE SIEMPRE / ME PROTEGES. / MUCHAS GRACIAS! / N.L.M.

d. MILAGROSO NIÑO RICARDITO / GRACIAS POR EL MILAGRO CONCEDIDO / A MI NIETO DANY SIGUELO AYUDANDO / HASTA QUE SE GRADUE / TE LO PIDO DE TODO CORAZÓN / TU DEVOTA / OLINDA VICTORIA VALLEJO

e. GRACIAS RICARDITO POR TODO / PDTA: NO TE OLVIDES DE MI / ATTE: CERASIL RANGEL

f. GRACIAS NIÑO RICARDITO POR / EL MILAGRO CONCEDIDO DE / ILUMINAR MI VIDA, DANDOME EL / REGALO MAS HERMOSO DE SER MADRE / TU DEVOTA ANGIE Y MARCOS / 14 DE JULIO DEL 2012

g. NIÑO RICARDITO / GRACIAS: / POR ESCUCHAR / NUESTRO PEDIDO / Y SIGUE AYUDANDO / A NUESTRO BEBE / J.D.V.C. / FAMILIA: / VÁSQUEZ ROJAS

h. GRACIAS NIÑO RICARDITO / POR DARME EL MILAGRO CONCEDIDO, / GRACIAS A DIOS Y A TI POR SER UN / ANGELITO SANTO Y CUIDARME / Y PROTEGERME EN DONDE YO ESTE / MANUEL PÉREZ MARIN

i. «ERES GRANDE NIÑO RICARDITO» / GRACIAS POR DEVOLVERME LA FE / Y POR EL PEDIDO CONCEDIDO / DISCULPA LA DEMORA. / DE AHORA EN ADELANTE TU DEVOTO / J.A.D.

3. 2. Peticiones:

a. RICARDO MELQUIADES / YO C.R.L. TE PIDO POR FAVOR / QUE ME CONCEDAS ESTE MILAGRO / DE SALIR BIEN EN MI OPERACIÓN / TU FIEL DEVOTA

b. RICARDITO MELQUIADES / YO E.Y.R.L. TE PIDO / RICARDITO QUE SU VIAJE DE / MI ESPOSO SALGA TODO BIEN / Y QUE SUS PLANES Y / PROYECTOS SALGAN COMO ÉL LO DESEE. / TU FIEL DEVOTA

c. YO G.G.L. TE PIDO / POR FAVOR QUE ME / CONCEDAS ESTE MILAGRO / SUBO A LA CORTE / EL 07.09.10 QUE TODOS / MIS DOCUMENTOS ME / SALGAN BIEN. GRACIAS

d. SANTO RICARDITO / TE PIDO UN MILAGRO / EN LA / PIERNA DE / ROSA A. / CHIROQUE YARLAQUE / 13-01-2011 / GRACIAS POR TU MILAGRO

VI. CARTAS

Detrás de la estatua de Ricardito, a los pies, los devotos han forrado una caja de cartón con papel de color rosado y han creado un «buzón de pedidos» a Ricardito. Hace un tiempo le ponían las cartas entre las manos de la estatua o sostenidas entre algún ángulo de la imagen.

La última vez que fui al cementerio encontré esparcidas por tierra, junto con los restos de las flores que cambian, unos papelitos mojados por la humedad y muchos de ellos pisados. Decidí abrir al azar algunos de ellos antes que fueran botados por los trabajadores del cementerio que pasan a recoger las flores marchitas.

Hemos respetado la privacidad del devoto colocando solamente la inicial del nombre, además de respetar la ortografía original de las cartas:


1

Niño Ricardito.

Te quiero como si

fueras mi hijito:

Por el amor imenzo q’

te tengo.

te pido con el corazón

q’ cuides a mis hijos

Laura y Kike y de

pasito a mi Pedro mi

esposo y a mis hermanos Zena, Flor, Celi y Rogelio

te sigo pidiendo el ruego

por mi hijo q’ no se vaya

con esa mujer. que no deje

su casa. q’ el es bueno

Tu muy bien sabes por

q’ nos vez a travez de

tu misericordia divina.

q’ en su trabajo siga bien

lo mismo a mi Laura.

Te quiero

tu devota.

D.

2

Mi querido Ricardito me da

gusto de escribirte una notita

para desirte que lo tengos

sanitos a mis papas por que

ellos estan biejtos, a mis hijos

nietos y toda mi familia Yo

se que tu eres un niño mi

lagroso. Te pido de todo corazón

que yo me presento el 7 de junio

a la embajada de estos [Estados] unidos

y que sieran [hicieran] que me

dieran mi

visa para poder ir a velo a

mi hijo con mis nietos nuera

Ya se que tu me vas

a conseder muchas gracias

por todo lo que te pido.

y te voy a venir aver

cuando venga por aca

grasias

D.

3

Marzo 28, 2013

mi querido «Ricardito» estoy cumpliendo

mi promesa, te agradesco por darme la

oportunidad de estar contigo nuevamente, solo

quiero pedirte mucho que ayudes a mi hija

milagros en conseguir un trabajo, te pido

con mucha fe que le des oportunidad a

mi hija, estare inmensamente agradecida

de ti «Ricardito» siempre conserva a

a Junior y Matthew mis hijos en sus

estudios y guialos por un buen camino,

tambien te pido por mi esposo. por mis

padres y familiares. te pido por mi hermana

Dora, que el 7 de junio se va a

presentar a la embajada de EEUU ayudala

a que le den la visa.

mil gracias mi niño Ricardito siempre

estare agradecida en todo lo

consedido. vendre a visitarte cuando

regrese otra vez. Que Diosito te tenga

en un lugar muy pero muy especial!

Tu devota,

G.

4

Niño Ricardito te pido por

favor por todos mis problemas

pero especialmente ya

sabes por quien te pido

S. E.

5

Niño Ricardito por favor ayuda

a mis padres a salir de los problemas y deudas que tienen

y que mi papa se compre

su carro para mejora de mi familia gracias

nino [niño]

M. C.

6

Querido Ricardito:

Me habló de ti Gaby, por eso vengo

a visitarte.

Te pido que me ayudes un poco,

a conseguir un trabajo «decente»,

un novio y dos hijos, espero que

se pueda en este año.

Gracias por la compañía de mi

prima Loida

Cuidate mucho Ricardito

Un gran abrazo

L. C.

AMÉN!

7

Ricardo Melquiades

Espiell

Yo te vengo a

pedir por mi

familia por mi

hijo Jorge que

se aleje de las drogas

y muy especialmente

por mi para que

Edwar De la Cruz

Gomez no se aleje

de mi gracias

por el milagro

Se que me lo

vas hacer

Tu devota A.

P. V.

8

F. M.

O. S.

Niñito Ricardito Intercede

ante Dios para que se reporte,

dialogue con Katilo

que sea su amiga, que lo busque

por favor

Gracias Niñito Ricardito

G.

9

Niño Ricardito ayudame a

salir adelante a ser muy buenos

hijos y alumnos a mis hijos

que con su esfuerzo salga

adelante mi esposo protegelo

y bendicelos su carrito que

siempre nos trae de comer

ya se que me vas a bendecir

voy a pagar todas mis deudas

gracias Ricardito te lo pido

de corazón

P. V.

La siguiente carta nos fue leída por la guía turística Wendy Barchi: «Señor Ricardito, te deseo de todo corazón un feliz día, niñito lindo. Una fecha inolvidable para mí y te pido un favor muy grande, es este día que mires con piedad mi vista, que la estoy perdiendo cada vez más. Gracias, niño».

VII. MATILDITA

De la tumba de Ricardito se toma la ruta como para ir a la cripta de los Héroes y a pocos metros de ella se encuentra una cripta familiar, dice:

«Matilde de Martínez

A mi esposo e hijos».

Colocada en la parte superior de la cripta subterránea está la estatua de una niña de unos 4-5 años que tiene entre sus brazos un crucifijo y unas flores encima de él. Está cabizbaja, con la mirada hacia los objetos que tiene en la mano. La cripta no es visitada por los parientes, como lo revela el abandono de las escaleras que descienden a la entrada de la misma.

Sin embargo, Matildita, como la conocen sus seguidores, comienza a ser visitada. La señora Dionisia nos da razón de Matildita.

Corretea y bien palomilla es la niña Matildita que está allá a la vuelta. La Matildita, sí. Me enseñaron el otro día, así, con una señora de acá nos hemos ido (...). Dicen que es bien juguetona, es palomilla [agrega que es ella quien viene a buscarlo a jugar con Ricardito] (...). Porque ella es bien juguetona. Yo a él todos los lunes les doy mi oración a las ánimas, pero ya dije, la niña Matildita de repente va a venir a hacer palomilladas acá (...); es juguetona, es palomilla, sale, camina (...), es una niñita casi de la edad con él por ahí. Solo que es bien palomilla, bien juguetona (inf. 8).

En la cara de la estatua se pueden ver unos surcos oscuros producto de la llovizna de Lima y del polvo, pero a los ojos de una señora que viene a verla por primera vez: «Mire, está toda sudadita, como Ricardito, ha jugado con él», me dice tal vez reviviendo en su mente la imagen de los niños que viven en los Andes, que su sudor se mezcla con la tierra levantada mientras juegan bajo un sol fuertísimo muchas veces descalzos. O, sin ir tan lejos, los que juegan aquí, en Lima, en las zonas populares.

Según algunos trabajadores del cementerio, el culto a Matildita es reciente: un aproximado de dos años. Ninguno de los entrevistados me supo explicar cómo empezó el culto a esta estatua. Lo que he comprobado es que varios de los devotos de Ricardo, después de visitarlo, van donde ella como lo corrobora Jorge, un trabajador del cementerio, si bien Ricardito «es mejor»:

No es como él [referente a Matildita], también hay gente que le pone flores acá y pa’ allá [en Matildita]. Claro, es una niñita. Vienen (...) primero él, después ella (...), vienen donde la chica es reciente, pero ¡este es mejor ! (inf. 7).

Es Matildita quien busca a Ricardito para jugar, según un trabajador del cementerio: «Los dos se corretean. Ella lo busca a Ricardito». Estas búsquedas de Matildita, al parecer de una devota de Ricardito, no serían tan sin interés: «Viene a comerse los dulces» (inf. 20) de Ricardito.

A Matildita le dejan además de flores, galletas, pequeños objetos como un collarcito, y le han colocado en su pelo un moño de tela como los que usan las niñas.

VIII. INTERPRETACIÓN DEL MATERIAL RECOGIDO

A. Sueños

La narración de la señora natural de Huacho, quien estando enferma una noche tiene un sueño donde Ricardito se le aparecía en un jardín con flores y le hablaba, responde a la misma estructura que los sueños de algunos operadores de la medicina tradicional del norte andino como son los curanderos y parteras. Dichos sueños están relacionados especialmente con el llamado al inicio de la actividad curanderil y también durante algunas ceremonias terapéuticas como en las mesadas.

En mi trabajo de campo en la provincia de Ayabaca (Departamento de Piura) he recogido testimonios de parteras que durante una enfermedad sueñan con personajes del mundo cristiano-católico, quienes les consuelan y anuncian una futura colaboración en la curación de otras personas.

Pasamos brevemente relación de la partera de Ayabaca Felícita López, quien a la edad de 17 años tuvo la siguiente aparición una noche:

Primero era un muchachito así pequeñito, bien delgadito, flaquito y después otra vez se me presentó una muchachita sí como mi nietito [3/4 años] pero vestido blanco, por dos veces fue eso; y ahí se iban, así yo les veía subían, así como por esta grada, así: ¡uuuuh! Se hacían como con alitas y se iban volando (...). Enton’ ahí me indicaban unos montecitos y yo veía las plantas (...), yo las veía como ser un jardín, pero yo les veía lejos, lejos de mí, pero cuando menos yo me cuidaba (...), mire, mire y se acerca, se acerca y comenzaba yo a tocarles las hojitas (...). Ahí era donde me comenzaba a decir el niñito: «Esto es para esto, esto es para esto».

Los elementos a resaltar de la narración son: ve en sueños dos niñitos identificados por ella misma como «angelitos» en una especie de jardín con plantas medicinales y el niño le indica para qué sirve cada una.

Felícita durante su vida ha tenido varias apariciones de la Virgen. Una de estas ocurrió cuando estaba en cama muy enferma. La Virgen la consoló y le dejó una vela:

Sí, yo estaba enferma postrada en cama y ahí se me reveló la virgencita. Sí, la virgencita se me reveló, entonces me indicó, me dio una vela, primero me tanteaba, me tanteaba. «No tengas pena», me dijo. Me dio una vela y me dijo: «Ponla ahí», me dijo (...). Me tanteaba, y de ahí, sí, como que me echó la bendición con su mano, y me dejó indicando la vela, y de ahí se fue y se fue.

Otra partera, siempre de Piura, me contaba que cuando tenía casos difíciles de parto o de alguna enfermedad ella soñaba con la Virgen parada sobre un riachuelo en medio de un jardín de plantas medicinales. La Virgen le indicaba si la paciente tendrá o no curación y qué plantas pueden servir para la curación.

Polia, quien ha recogido el mayor material sobre curanderismo de la sierra de Piura (Ayabaca y Huancabamba), presenta la narración de la visión del maestro-curandero Adriano Melendres de San Juan de Totora sobre la Laguna del rey Inga:

Era la laguna del rey Inga, acerca incluida está la laguna de la reina. El inca hacía muchos remedios para la salud de las personas y de su imperio. El inca iba al solcito que estaba saliendo y al solcito que estaba bajando (...) en una lomita cerca de la laguna, más arriba hay un jardín encantado que los adivinos ven con hierbas. Yo le vi en mis hierbas. Lo vi por medio de una linda niña que se llama Chununa (...). El jardín estaba cubierto por toda clase de remedios, puros vegetales. Yo vi al inga que tenía en las manos la achupalla del inga. Esa es buena para varias enfermedades, como para dolores a la barriga. El inga estaba vestido con adornos de oro (...). El encanto de la laguna es el inga mesmo.

(Polia, 1996: TI 240)

Polia refiere la primera vez que subió al lago del rey Inga:

El inca custodia un jardín en una loma que se refleja en el lago. Cuando trepé hasta allí, la primera vez, páramo y nieblas me impidieron la llegada: el inca (...) estaba enfadado, las ofrendas no habían sido suficientes. La segunda vez nos regaló un día de sol y pudimos llegar a ver el más hermoso y oculto de todos los lagos del norte (...), no había ningún jardín a la vista (Ídem: 241).

El jardín que describe el curandero pertenece a una geografía paralela a este espacio-tiempo, y resulta por lo tanto invisible a los ojos físicos. Es durante la visión producida por la ingestión, sea del cactus mescalínico sanpedro (Trichocereus pachanoi B.R.) o de las mishas (gen. Daturae Brugmansiae), cuando el maestro-curandero accede al espacio-tiempo de los encantos en donde el Inga-rey es el maestro primordial.

Se trata de un jardín donde siempre todas las especies vegetales florecen, ya que no se trata de nuestro espacio-tiempo, sino el espacio-tiempo mítico donde siempre es primavera y todas las plantas medicinales están en su máximo potencial y en perfecta salud.

Debemos recordar que entre las culturas amerindias existen distintas realidades y distintos espacio-tiempos en los cuales pueden viajar los especialistas terapéuticos y adivinatorios, siendo el sueño una de las vías[21].

Podemos establecer una comparación de estos elementos del mundo de los operadores terapéuticos con la narración de la devota de Ricardito:

curandero

partera

devota de Ricardo

en sueños

en sueños

en sueños

aparece el Inga

aparecen ángeles/la Virgen

aparece Ricardo

jardín de plantas medicinales

jardín de plantas medicinales

un jardín

presencia de flores

--------

presencia de flores

--------

le habla

le habla

--------

estando enferma sueña

estando enferma sueña

--------

la «tanteaba» (tocaba)

le tomó la mano

B. Sanación mediante imposición de manos

Desde el inicio del cristianismo hallamos referencias de este tipo de curación que era realizada por el mismo Jesucristo, como a un par de ciegos (Mt. 9: 27-31), a la suegra de Simón (Mc. 1: 30-31) o la misión que dejó a los Apóstoles: «Impondrán las manos sobre los enfermos y serán sanados» (Mc. 16: 18). Siguiendo este precepto, entre los pentecostales la sanación mediante la imposición de manos de las dolencias físicas es practicado como parte del proceso de transformación del creyente.

La convicción de las cualidades curativas de las manos de Ricardo está muy arraigada. Así como de vivo curaba, ahora lo continúa haciendo: basta tocarle las manos de su estatua.

C. Prendas de vestir

Debemos distinguir dos significados en esta práctica sincrética de traer prendas de vestir: una, muy difundida en el catolicismo popular, es la de dejar o pasar una prenda de vestir, como por ejemplo pañuelos, en las imágenes de los santos.

La otra puede ser leída en términos de la medicina tradicional de matriz andina y es la de vestir a la imagen —en este caso de Ricardito— con un atuendo perteneciente a niños enfermos, ropa que posteriormente será colocada de nuevo en su dueño.

Dado lo difundido del primer significado, preferimos centrarnos en lo más típicamente andino: la idea de que a través de los objetos personales se puede actuar sobre la persona misma. Lo cual implica profundizar el concepto de doble anímico que subyace en esta práctica.

1. Actuar en el doble anímico

Iniciemos por el concepto de doble anímico: sus orígenes se pueden remontar a la idea autóctona de la existencia de una pluralidad de principios anímicos presentes en la misma persona. El actual curanderismo peruano postula la existencia de, al menos, dos: uno llamado hoy en castellano sombra, en el curanderismo norteño o ánimu entre los quechua-hablantes y qamasqa entre los aymaras. El otro principio es el alma, perteneciente solamente a los bautizados (vivientes o difuntos) que, después de la muerte, alcanza los lugares del eterno goce o penas de acuerdo a la doctrina cristiana.

El doble anímico conserva todas las características de la persona a la cual pertenece[22], mantiene una estrecha relación con la energía vital y su vehículo material es la sangre. Gobierna la esfera psíquica, caracterial y emocional de la persona y después de la muerte, a diferencia del alma, se queda pegado a los objetos y prendas del difunto y anda vagando en los lugares donde aquel vivió.

En los ritos terapéuticos de la medicina tradicional andina, si no puede estar presente la persona enferma, se puede recurrir a mechones de pelo, fotografías, prendas usadas... ya que se cree que actuando sobre ellas se actúa sobre la persona misma. Lo mismo ocurre en las operaciones de magia negativa llevadas a cabo por los brujos, contrarios, diableros o maleros.

Entre los devotos de Ricardito, la práctica de llevar una prenda de vestir de un enfermo y ponérsela a la estatua de Ricardito cumple la misma función terapéutica.

D. Presencia del sacro andino

Dentro del catolicismo oficial, los santos cumplen la función de mediadores entre Dios y los hombres. En la religión del cotidiano, en contextos como el peruano, la realidad es mucho más compleja. Nuestra religiosidad popular es sincrética; lo andino se ha incorporado en la devoción popular limeña: así un mediador entre el mundo de los mortales y la esfera de lo sagrado responderá de acuerdo a cómo ha sido tratado.

Varias de las personas entrevistadas han declarado que si uno ofrece alguna cosa a Ricardito, debe cumplir con su ofrecimiento. En todo caso, es mejor no prometer nada por temor de ser castigados por incumplidos:

Yo no le prometí nada [a Ricardito] porque a veces uno no tiene, entonces pa’ que no se moleste, yo siempre lo vengo a ver, ahorita por eso he venido a verlo... he traído a mis amigos (...), le pongo sus flores, sus velitas. Ahora por ejemplo estamos de pasadita, no le he traído nada, pero yo le dije bien claro: «Yo solo vengo a verte» (inf. 5).

Hay que respetarlo, hay que respetarlo y no prometer, porque yo puedo decir: «Mañana de traigo flores» y yo no puedo y te puede pasar algo, te castiga. Para eso, mejor me callo (inf. 12).

Ahora si uno ofrece algo hay que cumplirlo porque si no también las cosas no te van bien, claro, lógico, te castiga. Si él te hace una cosa, te hace un milagro, te hace lo que tú le pides, un deseo ¡también hay que cumplir! (inf. 10).

Yo no te prometo venir muy seguido Ricardito, no vaya a ser que no pueda cumplirte (inf. 21).

Ricardito te ayudará, pero tú también no lo debes olvidar, porque él también puede dejarte de lado un poco (inf. 9).

La falta de respeto es castigada:

Un watchman cuenta que cuando él quiso llevarse un dulce (...) caminando, caminado se metió a un pozo y se cayó; como que lo castigó porque se llevó lo que le había dejado la gente (inf. 20).

E. Matilde: la contraparte de Ricardito

La relación que algunos devotos han establecido entre Ricardito y la estatua llamada «Matildita», o simplemente como «la niñita», puede ser leída en términos de un concepto andino que atraviesa toda la estructura de la organización del mundo andino: yanantin, que expresa la idea de dos cosas que son unidas (sin confundirse), cuya unidad forma un todo armonioso e indivisible. Implica todo lo inanimado como lo animado; lo visible e invisible. Yana: la pareja, el complemento.

Este concepto, típico en las culturas ameroindias (presente por ejemplo entre los aztecas, aymaras) se basa en la existencia de dos principios: masculino y femenino, la derecha y la izquierda, lo positivo y lo negativo, lo alto y lo bajo. Uno no puede existir sin el otro.

En la cultura andina, la derecha está asociada a lo masculino, la izquierda a lo femenino, el norte al sur, el futuro al pasado; en la medicina tradicional: el curandero tiene su contraparte funcional en el malero. Un cerro «varón» está asociado a un cerro «hembra».

Y en nuestro caso, en la mentalidad de sus devotos, Ricardito no podía estar solo, sin su contraparte: Matildita. Una niñita casi de su misma edad, su amiga, su compañera de juegos y de travesuras, la misma con la que él comparte sus golosinas. En una palabra: su complemento.

No he encontrado cartas dirigidas a Matildita como ocurre con Ricardito o con la llamada «bruja Sebastiana»[23].

F. Los regalos a Ricardito

Una práctica que es muy frecuente en los cementerios de los Andes consiste en dejar regalos a los finados: después de que se ha celebrado al difunto llevándole la comida que le gustaba de vivo u objetos que eran de su agrado, al retirarse los parientes, llegan otras personas (a menudo los pobres) que aprovechan los manjares y los objetos dejados, siempre agradeciéndole al muerto por permitirles gozar de lo que le han llevado.

Con la gran población de migrantes andinos que actualmente residen en Lima, es frecuente por ejemplo ver en el cementerio general «El Ángel»[24] a grupos de personas que delante un nicho cantan —de seguro una melodía que era preferida del difunto— acompañados de alguno que toca un instrumento musical e incluso bailan. Incluso sin ser vistos por los vigilantes del cementerio se toman «una copita con el finadito» si este era aficionado a un tipo de bebida.

Especialmente en el caso de haber fallecido niños, llamados comúnmente angelitos, es frecuente ver en cementerios de los Andes la carrera de los ángeles, el día de Todos los Santos: los niños corren por todo el cementerio y con sus pies despiertan a los angelitos[25]. Al final se les premia con algunas golosinas. En las tumbas de los pequeños se les dejan dulces, algún juguetito o algún objeto que había sido de su agrado. Así ocurre con los dulces, objetos que los devotos dejan a Ricardito.

IX. ANEXO: DOS CULTOS MORTUORIOS

Como he mencionado anteriormente, en las conversaciones que se desarrollan entre los devotos de Ricardo, además de los milagros atribuidos, se habla también sobre otros personajes del mismo cementerio que han favorecido algún visitante acogiendo sus pedidos. Entre los mencionados con una cierta frecuencia están dos tumbas del siglo xix: la de la beata María de la Cruz y la Luz, la tumba más antigua del cementerio, y la llamada «bruja blanca»: Sebastiana V. de Berrios. Paso a exponer a continuación una reseña muy breve de ambas para así presentar una visión global de las devociones en la actualidad vigentes en el Presbítero Maestro.

A. La beata María de la Cruz y la Luz

La beatita, como la llaman, es la tumba más antigua en el cementerio. Se trata de una hermana nazarena a la cual la gente iba a pedirle por su salud ya que se contaba que, en vida, esta hermana había sido muy dispuesta para ayudar a las personas necesitadas. En su tumba se aprecian algunas pocas placas que atestiguan una devoción que hoy ha sido reemplazada por la devoción a Ricardito. Como afirman los mismos trabajadores del cementerio, «Ricardito desplazó a la beatita». A pesar que ya no es tan visitada como antes, en la fecha del aniversario de su fallecimiento, el 27 de marzo, la tumba tiene flores frescas.

Ubicada en el cuartel más antiguo, «La Resurrección», en el nicho 18, letra A, el día de su fallecimiento (el 27 de marzo de 1810) se cuenta que todas las campanas de Lima tocaron al unísono y nunca se supo quién dio la orden que sonaran y que en su entierro asistieron más personas que en la muerte del arzobispo Gonzáles de la Reguera[26] (inf. 1).

El hecho de que las cámpanas sonaran sin saber quién había ordenado es un tema que recurre en algunas historias de santos, como por ejemplo en el caso de santa Rita de Cascia. Así es testimoniado en la Documentazione Ritiana Antica: «Et quando morse le campane del monasterio sonorno da loro stesse senz’esser tirate dalle moniche» (DRA. Vol. 1, fol. 83).

Siempre en ámbito umbro, es el caso del beato Giolo de Sellano (siglos xiii- xiv): al momento de su muerte las campanas de la iglesia matriz del castillo de Sellano iniciaron a tocar solas[27].

No he podido recoger más datos sobre María de la Cruz y de la Luz, ya que los archivos en la Beneficencia de Lima Metropolitana solo tienen documentos a partir del 1837, según me informó la señora Wendy Barchi: «Los demás libros los robaron o se perdieron a propósito por los españoles para que no sean profanadas sus familias que llegaron en la colonia».

La lápida ha sido retocada por un devoto, colocando un pequeño cuadrito de san Judas Tadeo y escribiendo «Redo. de Tomy».

Hay tres placas. En una de ellas un devoto ha escrito una oración, la transcribimos tal como aparece:

1. ORACION A LA BEATITA / MARIA DE LA CRUZ / HO BEATICIMA MARIA DE LA CRUZ / TU QUE LLEVAS EL NOMBRE DE LA MADRE / DE JESUS Y APELLIDO DEL SANTO / MADRE QUE CARGO EL SEÑOR / POR NOSOTROS PECADORES / A VOZ TE PIDO QUE ANTECEDAS ANTE / EL SEÑOR Y SU DIGNA MISERICORDIA Y / ME CONCEDAS LAS GRACIAS QUE YO TE PIDO / CON TODO MI FE... GRACIAS / -RESAR UN PADRE NUESTRO Y UN / -AVE MARIA / TU DEVOTO POR SIEMPRE HILARIO

2. BEATITA MARIA DE LA / CRUZ Y DE LA LUZ / GRACIAS TE DOY POR LOS MILAGROS / CONCEDIDOS SIGUE AYUDANDONOS / COMO HASTA AQUI / ESCUCHAME BEATITA / AYUDAME BEATITA / MIL GRACIAS. / TU DEVOTA: / OLINDA / VICTORIA VALLEJO

3. BEATITA MARIA DE LA / CRUZ Y DE LA LUZ / AYUDAME POR FAVOR A MI Y A MIS / HERMANOS A MIS HIJAS Y NIETAS / TU DEVOTO / ALEJANDRO SUAREZ

Una devota de la beatita

En la tumba de arriba han apoyado pequeñas imágenes de la Virgen María, un adorno que recuerda a un angelito y un torito. Hay también la foto de una señora con un marco en donde aparece en un ángulo la imagen de san Martín de Porres.

Delante de la tumba han grabado en una loseta de piso el nombre «María».

Una devota de Ricardito me la hizo conocer y me afirmó que la beatita era especializada sobre todo en curar enfermedades. Algunos trabajadores del cementerio creen que la beatita soluciona todo tipo de pedido, si bien ya no la visitan tantas personas. No hay trazas de mensajes o cartas como los dejados a Ricardito.

B. La bruja buena: Sebastiana

Por la puerta número 3 se ingresa directamente a la cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico. A la mano derecha de la cripta se encuentra la tumba de Sebastiana V. de Berrios, fallecida el 19 de julio de 1898. Se trata de una tumba bipersonal donde ella yace con su esposo Pedro Berrios, muerto el 1 de diciembre de 1930.

Esta tumba, conocida como de la «bruja Sebastiana», es visitada también por algunos de los devotos de Ricardito.

Muchos de los devotos de Ricardito tienen la costumbre de quedarse unos momentos después de hacer su pedido a conversar con otros devotos o simplemente quedarse en silencio un rato, como acompañándolo a Ricardo. A veces en las conversaciones algún devoto menciona que «la bruja blanca» le ha cumplido una petición o que otra persona afirma que ha sido escuchada por Sebastiana, llamando así la atención de otros devotos que por curiosidad piden indicaciones de dónde está su tumba[28]. Las historias que se cuentan sobre esta señora son:

Cuenta la historia que el marmolero que realizaba la escultura de su tumba, siempre por alguna razón, siempre, colocaba una lechuza junto a la cruz. Cuando le preguntó al esposo le dijo que la dejara no más porque ella era una bruja buena, esas que leen cartas, adivina el futuro y que tiene ese don especial (inf. 1).

La encontraron muerta, parece tuvo una lucha con el diablo. Hizo una curación y parece que la chica estaba poseída, entonces el diablo entró y la poseyó y entonces murió de un ataque (inf. 15).

En la tumba hay esculpidos una lechuza y una antorcha puesta al revés que ha sido interpretada como una escoba con la cual Sebastiana barre el mal.

En la lápida de la tumba se puede leer: Sebastiana V de Berrios / Mujer virtuosa y buena / madre de familia / julio 19 de 1898.

Por algunos de los que le hacen pedidos a Sebastiana, este epitafio ha sido interpretado referiéndolo a su calidad adivina: «Ahí dice virtuosa pe’». El término virtuosa estaría declarando que la difunta poseía la «vista en virtud»[29], o sea la capacidad visionaria (vista), la cual forma parte del carisma de los maestros curanderos.

El ejército está a cargo de la cripta de los Héroes y realiza los trabajos de mantenimiento una vez a la semana o cuando habrá una ceremonia castrense. En esas ocasiones, el suboficial a cargo de la cripta, José, ha podido observar las personas que vienen a visitar a Sebastiana:

Ahí estan los deseos, las personas que creen en (...) la brujería piden su deseo, pero vienen chamanes también acá (...) a cualquier hora, entran como cualquier persona, vienen y dejan sus deseos, se quedan acá, están una hora y a veces como nosotros estamos allá mirando [desde la cripta de los Héroes] se incomodan, se van, al rato regresan (...). Por los mismos trabajadores que trabajan acá me dicen, ellos pe’ saben quién entra y quién sale, me dicen: «Ellos son chamanes que vienen a pedir su deseo» (...). Vienen, se paran como que estuvieran entrando a una iglesia, ahí están con los brazos cruzados pidiendo, otros vienen, le hacen limpieza (...), los martes y jueves y hay gente que viene y le hace su limpieza porque dicen que le ha concedido algún pedido. Los estudiantes universitarios y los estudiantes de colegio también vienen (...), dicen, ellos comentan, que han pedido un deseo y le ha concedido, por eso, esto, le creen (...). Está bien sustentado de que está la escoba, el búho, todo lo que emplea supuestamente una brujita. Lo que se habla de esta brujita es que era una persona que no le gustaba que nunca sus familiares entren en su cuarto. Solo entraron por primera vez cuando, este, abrieron, como no salía, abrieron, la encontraron muerta con todos los implementos que usaba una bruja. Su familia no sabía (...), ellos vinieron a saber cuando ya hubo días que no salía de su cuarto, abrieron pe’ para ver qué pasaba (...), la encontraron muerta. Ya tengo cinco años que tengo a cargo la cripta y siempre y desde esa época hasta el día de hoy siempre veo (inf. 17).

Según un trabajador del cementerio vienen más mujeres donde la bruja buena. Cuentan de una señora que viene a limpiar a Ricardito y a la bruja buena.

1. Cartas

Faltaban pocos días para la ceremonia castrense de la batalla del 2 de mayo, y varios miembros del ejército estaban limpiando, pintando las bancas y los pabellones vecinos a la cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico. La tumba de Sebastiana V. de Berrios está a pocos metros de la entrada de la cripta de los Héroes y junto a la cripta familiar de los Miroquesada[30]. La tumba tiene flores frescas, un rosario colgado de la cruz de mármol y una gran cantidad de mensajitos escondidos entre las alas de la lechuza y las flores en relieve. Debe de haber habido viento la noche anterior pues, al igual que donde Ricardito descansa, varias de estas cartas están esparcidas alrededor de la tumba de la bruja blanca.

Transcribimos literalmente las cartas respetando ortografía y líneas (que hemos separado por /):

Las cartas pueden dejar a Sebastiana la opción de cumplir el pedido o no «si usted quiere», como lo expresa esta misiva de un niño: Hola / Sra Sebastiana quisiera / pedirte un gran favor o / una petición si usted quiere /bueno quiero pedirle q’ sea / algo en la vida y cuando / sea grande tener una / casa grande para tener / perros y enfermos / para cuidarlos /ah / quiero salir / bien en mis / examenes

Hemos encontrado que los colegiales, y sobre todo las muchachas, van donde Sebastiana a pedir la ayuda en los éxamenes:

- Quiero aprobar en todo

- Querida Brujita Sebastiana / Ayudame co mi examen /Ayudame a Salir delante / Gracias / L. / (sabes que lo necesito)

- Brujita Sebastiana / ayudame para este /examen de ser de / admision para entrar / [A espalda de la nota, el nombre ] A.

Y para la que ya tiene la fortuna de tener un enamorado que la quiera, de paso, que la ayude para que esa relación siga bien: Por favor Sebastiana de Berrio quisiera que me ayudes / a mejorar en mis estudios por lo que pasa en mi familia que / mucho an gastado para pagarles a mis papas por lo menos / en lo que estoy estudiando y que ayudes a que mi / enamorado Alex dure conmigo en nuestra relación / y que no me haga infiel Gracias

Otras jóvenes, atraídas por los medios de comunicación que enfatizan el triunfo de las mujeres fisicamente bellas, piden concretamente: Quiero ser modelo

O un pedido muy general, con la expectativa de sobresalir: Tener suerte en la vida / un buen futuro

Otras personas, en cambio, se concretizan a aspectos más cotidianos de la vida familiar: Querida Sebastiana / Te pido que la situacion en / mi casa mejore / y salud para mi familia

Los mensajes

A veces las cartas incluyen varios pedidos como la siguiente en la que la escribiente se asegura sea en el aspecto económico como sentimental: Brujita buena, te pido / q’ cuida a mi familia / a mi sposo, quiero / tener mi hogar / feliz, quiero mi / casa, mi carro / y q’ mi sposo me / ame siempre / quiero mi bb sano / y q’ mi familia siempre / ste [esté] libre de / peligro / Gracias

Como se trata de una bruja blanca, ella escuchará y cumplirá solo las peticiones que no impliquen daño a otra persona: Hola Brujita / Dame salud y / Felicidad para / Todos mi seres / queridos, que / se cumplen todos / sus Deseos / buenos / Gracias / [firma]

X. LÉXICO

Creo oportuno incluir un brevísimo léxico de algunas palabras y expresiones de uso común en el modo de hablar cotidiano de los peruanos, así como de algunos términos propios del mundo del curanderismo:

Abuelita: dícese de una señora anciana

Agarró: coloquialmente, es un pleonástico usado para expresar una acción que está por desarrollarse

Bacán: muy bonito, muy bueno

Cachuelos: trabajos eventuales y cortos

Daño: desgracia provocada mediante rituales mágicos. Ocasionan enfermedades, infortunios, e incluso la muerte. Puede ser de dos tipos: por aire y por boca. El primero es mediante ritos y el segundo mediante la ingestión de comidas o bebidas con ingredientes mágicos

Es por demás: es inútil

Malera/o: «hacedor de males» (Polia 2005: 73)

Matiné: fiesta infantil con payasos, música, piñata, etc.

Mistura: la palabra evoca los vendedores de misturas en la época virreynal. Ellas combinaban aromas y sabores. En la actualidad, la palabra ha retomado popularidad debido al uso dado en la Feria Gastronómica Internacional que desde algunos años se viene desarrollando en Lima. En palabras de Gastón Acurio, presidente organizador de la feria, mistura «refleja un poco lo que somos los peruanos, una mezcla maravillosa de razas»

Naides: nadie. Generalmente las personas que provienen del interior del país, quechua-hablantes, se expresan de esta manera

Palomilla: dícese de niños que son muy inquietos y traviesos. Ellos pueden andar en grupo y hacer «palomilladas»

Pe’: contracción de «pues». Frecuentemente se usa «¡ya pe’!» (¡ya pues!) que significa aceptar o calmarse

Pesado: se trata de entidades espirituales difíciles de controlar

Se rayó: dícese de una persona que se altera psicológicamente. También es usado al referirse a comportamientos extraños

Sombra (doble anímico): «principio inmaterial de la persona que preside la esfera de la vitalidad e inteligencia, personalidad, carácter, volición, alma, doble» (Polia 2005: 105)

Vista en virtud: «vista: o vista en virtud, es la capacidad del curandero de ingresar conscientemente en el mundo mítico bajo efecto de las drogas psicotropas y comprende la capacidad de viajar en el espacio y en el tiempo. La vista hace parte del carisma del maestro y lo califica adivino» (Polia 2005: 115)

Lista de informadores

1. Wendy Barchi, 38 años, casada, guía de turismo del cementerio Presbítero Maestro, Barrios Altos, Cercado de Lima

2. N. N., 21 años, estudiante, Callao

3. Roy, 29 años, trabajador dependiente, Santa Anita (Lima)

4. José Lizardo Bernaloa Cifuentes, casado, trabajador del cementerio hace 6 años, El Agustino (Lima)

5. María Isabel, 42 años, casada, trabaja en seguridad en un hospital, Los Olivos (Lima)

6. Francisco Salas, 70 años, mecánico, Barrios Altos, Cercado de Lima (Lima)

7. Jorge Granda, 72 años, casado, trabajador del cementerio hace más de 60 años, El Agustino (Lima)

8. Dionisia Vargas Peñafiel, 63 años, casada, trabajo independiente, Lima

9. Carmen Salinas de Rodríguez, 62 años, casada, pensionista particular, Lima

10. Marina Sulca Torres, 60 años, viuda, vendedora de flores en la puerta del cementerio hace 30 años, El Agustino (Lima)

11. Marta Palacios Zambrano, 52 años, casada, trabajo independiente, Santa Anita (Lima)

12. Margarita Palacios, viuda, 50 años aproximadamente, técnica de enfermería, El Agustino (Lima)

13. Eloísa Salas, 70 años, ama de casa, El Agustino (Lima)

14. N. N., trabajador del cementerio más de 15 años, aproximadamente 40 años, Lima

15. César, trabajador del cementerio

16. N. N., 38 años aproximadamente, casada, trabajo independiente, Huacho (prov. de Huara, dpto. Lima)

17. José, 48 años, separado, 25 años en el ejército, suboficial encargado de la cripta de los Héroes desde hace 5 años

18. N. N., 60 años, casada, Bagua (Amazonía)

19. Hermano José Manuel Espinoza, 38 años, El Agustino (Lima)

20. N. N., 35 años aproximadamente, casada, trabajo independiente, Lima

21. N. N., 48 años, casada, trabajo independiente, Pueblo Libre (Lima)

A manera de conclusión

Elementos de la vida de Ricardito han sido interpretados como puntos de acercamiento entre este párvulo limeño y sus devotos. Una vida sufrida la de Ricardito: huérfano en tierna edad; la pobreza en la que cayó la familia ante la falta del padre y su muerte son elementos que acercan a sus devotos que ven reflejado en él situaciones para ellos familiares: «Él ha sufrido como nosotros y solo quien ha sufrido puede ser capaz de comprender la incertidumbre, la angustia, el miedo y la desesperación» (inf. 21).

Por otro lado, una parte de los devotos cree que Ricardito murió víctima de un daño, de un maleficio, por este motivo él ahora protege a las personas. De esta manera, indirectamente, han incorporado a Ricardito en la esfera de las prácticas curanderiles como víctima de un daño por boca que implicaría la participación de un operador de magia negativa, es decir un/a malero/a, quien proporcionó la pocíma maléfica a la persona ejecutora.

La población de ascendencia andina ha enlazado a Ricardo con la estatua de una niña —Matildita— de edad cercana a la de él, la cual expresa su complemento. Lo masculino y lo femenino como unidad complementaria y funcional.

Además de las apariciones de Ricardo enmarcadas típicamente en el catolicismo popular en la relación entre un santo/a —entendido como mediador entre la esfera de lo celeste y lo terrenal— y las personas que habitan el mundo terrenal, surgen también manifestaciones oníricas de Ricardito. En estos sueños él es colocado dentro del contexto andino de la medicina tradicional al presentarse como una entidad que interviene en actividades terapéuticas.

Por último, Ricardito entiende quién lucha día a día por sobrevivir, como declara el hermano José: «Hay que llevar el pan a la casa», mientras pega en la tumba del padre de Ricardito su anuncio ofreciendo sus servicios, esperando que Ricardito, conocido por los medios de comunicación masiva como el «patroncito cachuelero» —el que hace encontrar trabajo— le escuche una vez más.

Fabiola Yvonne Chávez Hualpa

Museo Demo-antropológico de Leonessa (Rieti, Italia)


BIBLIOGRAFÍA

Chávez Hualpa, Fabiola Y. «Conmigo vas a trabajar: sueño iniciático entre las parteras andinas en Piura, Perú», en Dimensión Antropológica. Año 11, vol. 32, septiembre-diciembre, pp: 69-87. México Distrito Federal: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2004.

Leonardini, Nanda. «Ricardito Espiell: El “Niño Milagroso” del Cementerio Presbítero Maestro», en Revista Anubis, 2011. www.revistaanubis.wordpress.com.

Polia, Mario. Despierta, remedio, cuenta…: adivinos y médicos del Ande. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1996.

----------- Glosario del Curanderismo Andino en el Departamento de Piura (Perú). Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Seminario de Historia Rural Andina, 2005.

Portal web de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana: http://www.sblm.gob.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=73&Itemid=244




[1] La familia Prado, de origen aristocrático, ha tenido una gran participación en la historia, en la política y la economía del Perú.


[2] Según el FMI, el Perú liderará en 2014 el crecimiento económico de América del Sur con un PBI de 6,1 % y la menor inflación de la región (2 %). En la actualidad, el Perú es el octavo país más rico de América Latina (www.larepublica.pe/economía 7 de mayo 2013).


[3] Trigésimo quinto virrey, desde 1806 hasta 1816.


[4] Comandante de la infantería del Ejército durante la Guerra del Pacífico, pasó a la historia con el nombre de «El Brujo de los Andes» por su heroica resistencia en la sierra central del país durante la ocupación chilena. Fue presidente del Perú de 1894 a 1895. Patrono del Armada. Sus restos descansan en la parte central de la cripta de los Héroes.


[5] Vicente Rocafuerte (1783-1847). Cuentan los trabajadores del cementerio que, no mucho tiempo atrás, las personas lanzaban una flor en la canasta de la estatua que está en la parte superior del mausoleo. Se creía que si la flor caía dentro de la canasta la persona tendrá dinero, así como se cree que lo tuvo Vicente Rocafuerte: «Él defalcó en esa época el Ecuador, pidió asilo político al Perú y vino al Perú (...), la gente en Ecuador dice que es un hijo de su mamá, se vino al Perú con todo el dinero (...). Si usted agarra una florcita y la tira donde está la canastita de la chica nunca le va a faltar el dinero (...); donde está la canasta con el dinero, ahí tiene que caer. Ahora ese monumento significa que era un señor que tenía mucho dinero, los libros es que debió ser intelectual, y esa banquita, esa banquita la utilizaban los romanos, era un poderoso, a parte esta señorita tiene como una moneda en la mano como diciendo que era un benefactor: «Toma, te doy porque tengo dinero» (inf. 15).


[6] Notas: son las calificaciones en los centros de estudios.


[7] Ver léxico.


[8] En la sierra peruana, a menudo, las almas (almas/sombras) toman la apariencia de destellos, luciérnagas, luces.


[9] El primer día de cada mes es considerado día de las almas.


[10] Ver léxico.


[11] VRAE: son las siglas como actualmente se conoce la zona del valle entre los ríos Apurímac y Ene. Es una zona de fuerte movimiento de narcoterroristas y de presencia de las fuerzas armadas. Se trata de militares muy especializados. La sede de la Región Militar del VRAE es el fuerte Pichari.


[12] Sublime es la marca de un chocolate con maní. Tiene más de 6 presentaciones incluyendo una en forma de helado y es producido por la Nestlé Perú. Cua-Cua: wafer bañado de chocolate. Salió en los años 70 con la Field, en la actualidad es la empresa KRAFT quien lo produce. En dos estudios de mercado realizados en enero de 2012, Cua-Cua aparecía como la marca peruana con más seguidores en el Facebook, y diariamente se vendían 135.000 Cua- Cua a nivel nacional (www.larepublica.pe/economía).


[13] Distrito de Lima, ubicado en la zona sur de la capital, fundado en 1961, posee el cementerio de «Nueva Esperanza» con la extensión de 50 hectáreas. Se ha establecido que los entierros más antiguos son de la década de los cuarenta del siglo pasado.


[14]Danzaq (danzador), especie de chamán cuyo instrumento principal en el baile son dos láminas de metal (los modernos usan tijeras en sí) que hacen tocar en el transcurso de la danza.


[15] Ver léxico.


[16] Ver léxico.


[17] Mazamorra: especialmente la mazamorra morada, dulce preparado a base de harina de maíz morado hervido con especias. Harina de camote, guindones y membrillo están entre los ingredientes principales. Es un dulce de influencia afroperuana.


[18] Papa a la huancaína: plato de entrada muy consumido (el nombre procede de una ciudad Huancayo, valle del Mantaro, departamento de Junín). A las papas sancochadas se les agrega una salsa de ají amarillo, leche, aceite, queso fresco, galletas (hay variantes en la preparación en que se agregan cebolla, ajos y jugo de limón). Se sirve acompañado de huevo duro, una hoja de lechuga y aceitunas. En Lima es frecuente ver en los vendedores ambulantes de comidas al paso la papa a la huancaína servida en el mismo plato con el arroz con pollo o con tallarines verdes. Unas combinaciones muy agradables y apetecibles al paladar popular.


[19] Eugenio Courret (1841-1900?) fue un famoso fotógrafo francés que se estableció en Lima. Abrió en 1863, junto con su hermano, el estudio «Fotografía Central», ubicado en la entonces llamada calle Mercaderes (hoy el jirón de La Unión, en el centro de la ciudad de Lima). La actividad del estudio duró hasta 1935. Su archivo registró magistralmente la vida limeña de entonces. En la Biblioteca Nacional del Perú se conservan cerca de 60.000 de sus placas. Hoy en día se puede ver la hermosa estructura del estudio estilo Art Nouveau.


[20] Ver léxico.


[21] Como ejemplo mencionamos el trabajo de Mercedes de la Garza, Sueño y alucinación en el mundo Nahuatl y Maya, 1990.


[22] No es el tema principal del presente trabajo, pero basta recordar que dentro el moderno curanderismo peruano todos los seres vivientes (incluyendo aquellos que nuestra cultura considera inanimados) poseen un doble anímico.


[23] Ver en el anexo.


[24] Este cementerio se ubica al frente del Presbítero Maestro. Inagurado en 1956 por el presidente Manuel Odría por el aumento de la población en la capital debido al flujo migratorio del interior del país hacia Lima.


[25] Los pies que golpean la tierra y despiertan a la Pachamama, es lo que hacen los «danzantes de tijeras» en sus bailes.


[26] El XVI arzobispo de Lima fue el español Juan Domínguez Gonzáles de la Reguera (1720-1805).


[27] Una oda de 1660, composición de 10 estrofas, recuerda el milagroso acontecimiento: «Odonsi risonar da man celeste / del suo Sellano i concavi metalli / si vedono ingombrare e monti e valli / spinte dal zel turbe devote e preste».


[28] Los tours nocturnos que organiza la Benificencia de Lima incluyen actualmente la visita a la tumba de Sebastiana.


[29] Ver léxico.


[30] La familia Miroquesada es una de las familias más ilustres de la sociedad limeña. Entre otras actividades, son dueños del diario El Comercio, un periódico muy importante a nivel nacional y están emparentados con los Prado, otra familia de gran trayectoria en la historia del Perú.


«Pide lo que quieras, él te lo concede». La devoción popular al niño Ricardo Espiell en un cementerio de Lima

CHAVEZ HUALPA, Fabiola Yvonne

Publicado en el año 2013 en la Revista de Folklore número 379.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz