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Revista de Folklore número

429



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El patrimonio musical olvidado de Almonacid de Zorita

FUENTES SANCHEZ, Raquel

Publicado en el año 2017 en la Revista de Folklore número 429 - sumario >



Almonacid de Zorita es uno de esos pueblos de la Alcarria Baja que desgraciadamente ha perdido una larga tradición musical. Sin duda, de los veintiséis pueblos alcarreños (concretamente Albalate de Zorita, Albares, Alhóndiga, Almoguera, Almonacid de Zorita, Auñón, Berninches, Driebes, Escariche, Escopete, Fuentelencina, Fuentenovilla, Hontoba, Hueva, Illana, Mazuecos, Mondéjar, Moratilla de los Meleros, Pastrana, Pozo de Almoguera, Sacedón, Sayatón, Valdeconcha, Yebra, Zorita de los Canes y Brea de Tajo) en los que hemos realizado diversas tareas de investigación sobre tradición oral es uno de los que más ha sufrido la pérdida del patrimonio musical.

Ante tal panorama, y teniendo en cuenta mi formación, interés personal (pues soy hija de este pueblo y mi familia (padre y abuelo) ha estado relacionada con la lírica almonacileña participando en sus rondas) y profesional pensé que, tal vez, aún no era tarde y podría recuperar esas coplillas, esas jotas o seguidillas que nadie recordaba, pero que ochenta años atrás se habían cantado por las calles y casas de Almonacid y que pertenecían a su historia.

Finalmente ha sido posible recuperar alguna de estas joyas gracias a María López, a Ángel Parra, a Carmen Ruiz, a María Ballesteros, a María López, a Asterio López y a Francisco Fuentes.

¿Por qué ese vacío en el patrimonio musical de Almonacid? Uno de los motivos que debemos señalar en la pérdida de este bien cultural en Almonacid es el contexto nacional: en los años cincuenta y sesenta, como otros muchos pueblos de España, se produjo una gran emigración desde las zonas rurales a las ciudades industriales. Este movimiento trajo consigo un proceso de desruralización que afectó a la forma de vida local y a su población, lo que provocó un considerable decrecimiento demográfico: si en 1950 el municipio registraba 1.590 habitantes, en 1960 (tan solo una década después) se contabilizaba 1.266 habitantes; descenso que se mantuvo hasta los años 90 con un registro poblacional de 782 habitantes[1] (a excepción de los años 70, debido al impacto de la puesta en funcionamiento de la Central nuclear en 1969, que aportó puestos de trabajo a los almonacileños y a los vecinos de la zona).

El gran descenso demográfico de 324 habitantes, desde los años cincuenta a los sesenta (en el que se da esa pérdida de 324 habitantes), nos ayuda a imaginar el gran impacto sociocultural y económico que pudo provocar en la localidad; tanto es así que, al menos, desde 1842, no se había dado una disminución poblacional tan acusada.

Otro factor, y uno de los más trascendentales para poder entender el gran vacío en patrimonio tradicional oral respecto a otros pueblos de la zona, fue el impetuoso y repentino cambio de vida debido, principalmente, a la construcción en el término municipal de la central nuclear José Cabrera. Aunque la repercusión de tal empresa afectó también a los pueblos cercanos, fue más influyente, como cabe pensar, en Almonacid.

Muchos de los habitantes de la localidad abandonaron el campo para trabajar en la central, en pro de una mayor seguridad económica y mejor salario que el que se podía esperar del campo. Lo que llevó consigo también a unas costumbres, a un pensamiento, a una filosofía de vida y formas de socialización muy diferentes. Esta transformación repercutió negativamente en los caldos de cultivo de la tradición oral, que generación tras generación se habían mantenido, extinguiendo prácticamente toda posibilidad de creación, difusión y conservación de este patrimonio.

Más tarde, en los años ochenta, contemplando la pérdida cultural, la Diputación Provincial de Guadalajara realizó diversas acciones con la intención de evitarlo: así, por ejemplo, recopiló un dilatado corpus cancioneril de la provincia de Guadalajara[2], de esta manera se rescató gran material que de otra manera se habría perdido; ofreció ayudas a los ayuntamientos, con la intención de que se impartiera clases a los jóvenes con el objetivo de continuar la tradición e incluso celebró certámenes, con la intención de incentivar y salvaguardar el patrimonio musical de los diferentes municipios.

Realmente, aunque sí logró resultados, pues hubo un movimiento de auge de rondallas (de hecho, aún hoy algunas se mantienen con más o menos éxito en determinadas localidades); muchas de ellas no continuaron con su tradición oral, ya que por aquel entonces ésta se encontraba enterrada por las nuevas formas de vida y olvidada. A pesar de ello, hay que subrayar que no ocurrió así con las canciones de mayo y algunas canciones identitarias relacionadas con su patrona; que sí se mantuvieron.

A continuación, Francisco Fuentes, el más veterano de la rondalla, nos relata un poco como fueron esos años y cómo se celebraban los mayos cuando él era un adolescente:

Sobre los años ochenta tuvimos un profesor después de Albalate, Ángel Fuentes, hermano del actual profesor. Ángel enseñó a los chavales que te he dicho. Yo también iba a colaborar con ellos en todo lo que podía.

Sobre el año 1989 vino otro profesor, Alfredo Castro. Él estaba de ingeniero en Bolarque y venía uno o dos días a dar clase. La intención era que se siguiera la tradición, que siguiera en pie la rondalla. No recuerdo en tiempo que estuvo, creo que dos años. Él enseñó a otros chavales que actualmente también están en la rondalla como Diego.

El repertorio que tenemos ahora es más amplio, no tiene que ver con los de antes. Antes tendríamos cuarenta o cincuenta canciones, ahora con la rondalla actual que nos dirige Manuel Fuentes, tenemos un repertorio más del doble de canciones, pero no son las de antes.

Para los mayos era cuando más tocábamos. En misa nunca tocábamos…, tampoco para las fiestas del pueblo.

Los mayos se tocaban en la Iglesia de la Virgen de la Luz. Antes se tocaba en las escalerillas, encima de las escalerillas siempre los tocábamos.

Tras tocar el mayo a la Virgen, que acabaríamos sobre la una. Primero íbamos al alcalde para pedir permiso al alcalde para que nos permitiera rondar. Y luego, al cura.

Al alcalde se le pedía permiso con la canción del mayo al alcalde, que aún se sigue haciendo. Lo que ya no se hace es tocar los mayos al cura, porque vive en Albalate de Zorita.

Al cura le cantábamos coplillas de la Virgen. Se escogían unas cuantas…, pero esas coplillas eran del mayo y referentes a la Virgen.

Los mayos a la Virgen que se cantaban esa noche solían cantarlos los quintos, si querían ellos… de lo contrario lo contaba otra persona. Pero ellos tenían preferencia para cantar los mayos a la Virgen. Así se podían marchar a poner el mayo, que solían terminar a las tres de la mañana… algunas veces les ayudábamos nosotros.

Después de cantar el mayo los quintos se marchaban a poner el mayo. El mayo se ponía, que yo recuerde, donde está ahora el Ayuntamiento. Se ponía justamente el mayo donde se dejan ahora los coches en la plaza, a unos pocos metros de los soportales. Siempre lo ponían los quintos. Ponían un palo y al final ponían una rama de pino de la que colgaban caramelos, naranjas o algo así.

El mayo lo solían coger de la vega de Cifuentes los quintos. Elegían el más alto y el más recto.

Los músicos con los quintos el día uno de mayo se iba tocando por las casas, a las chicas, pidiendo. Aquí también los quintos podían cantar si querían. Les daban una botella de vino, algo de dinero, bollos, galletas… algo así, poco más. Lo que se recogía era para los quintos. Y ellos alguna vez nos invitaban a comer…igual comíamos a las cuatro o a las cinco, tras finalizar la ronda. Se empezaba pronto, no creas, alrededor de la mañana ya las estábamos rondando.

Y ahí se acaba a la fiesta.

No nos juntábamos con ningún pueblo. Solo que Almoguera nos pedían que fuéramos a tocar los mayos porque allí no había ningún músico. Solía ver alguno, pero pocos. Del pueblo siempre íbamos tres: el tío Gazapera, el Manolín (el Ballesteros) y yo. El manolín llevaba una guitarra y el tío Mariano Gazapera y yo llevábamos las bandurrias. Los tres días que estábamos allí los tres días con los quintos.

En Almoguera se celebraba mucho. Llevaban los quintos un borrico con las aguaderas para echar lo que les daban a los quintos: aceite, bollos, vino, gallinas, huevos, azúcar, chocolate…había de todo. Allí la gente se volcaba con los quintos, en Almoguera se celebraba mucho.

Los músicos íbamos a dormir a la casa de los quintos, dos noches. Nos daban comida, cama gratis. Además, nos pagaban tres mil pesetas, que en aquel entonces era un montón de dinero, que eso antes era un dineral.

Hubo unos años que no se tocaron los mayos, desde el 74 al 80 yo creo que no se tocaron nada, fue un bache ahí. Yo no estaba en aquel entonces en el pueblo, el Pancho se fue a trabajar a Madrid; el Adolfo, el Manolín, el Pielero, el Asterio, dejaron de vivir también en el pueblo… De esa manera se deshizo. Hasta que volví sobre el año ochenta y empezaron unos chavales como Javi, Jesús, Charo, Carmen y me uní con ellos a tocar.

Claro, que ya no nos juntábamos como antes. Desde el ochenta hasta ahora no se han hecho rondas, alguna vez hemos salido, pero alguna vez «na» más.

Francisco Fuentes Bravo, 67 años. 2017.

Actualmente, Almonacid sigue celebrando sus mayos (aunque sus motivaciones y muchos de ritos han variado), hecho que ha favorecido la salvaguarda de las letras y de la música que giran en torno a esta antiquísima tradición.

Mayo a la Virgen[3]

Del señor alcalde,

jóvenes, gozamos,

licencia absoluta,

para echar el mayo,

por lo cual atentos,

las gracias le damos.

Comienzo a cantar,

con Dios el primero,

la Virgen María,

Reina de los Cielos.

Reina de los Cielos,

Virgen soberana,

licencia os pedimos

para echar la maya.

Licencia, galanes,

de mí la tenéis,

ahí está mi esposo

que se lo digáis.

San José bendito,

danos tu licencia,

para echar el mayo,

con licencia vuestra.

Licencia, galanes,

de mí la tenéis;

pero a mí en olvido,

nunca me dejéis.

Cara de pincel hermoso,

número de Apeles,

para dibujarte,

no traigo pinceles.

Pinceles son pluma,

y una me has de dar,

de tus alas blancas,

águila imperial.

Águila imperial,

del señor reposa,

despierta si duermes,

y oirás las coplas.

Copiosos y rubios

tus cabellos son,

tu cabeza es ala

de la discreción.

Con discreción brillan

tus finos pendientes,

bordados Curpidos[4],

flores en la frente.

Frente y cejas rubias,

tus pestañas brillan,

vivos son tus ojos,

relumbrantes niñas.

Relumbrantes son

tus mejillas bellas,

tu nariz al punto,

discreción de perlas.

Perlas son tus dientes,

tu boca un clavel,

tu labio partido

dulce panal es.

Panales sellados,

que a la barba baja,

es dulce y sabroso,

que a la nieve cuaja.

Cuaja finas perlas

tu hermosa garganta,

de venas azules

que al pecho desmaltan.

Desmaltan al pecho,

son las que atormentan,

que de nieves blancas,

fuente que alimenta.

De alimento son,

Señora tus brazos,

con diez ramilletes

de jazmín tus manos.

Manos más humanas,

que a vos os pintaron,

cuerpo tan perfecto,

talle tan delgado.

Delgado soy dama,

podéis perdonar,

tantas perfecciones

no puedo pintar.

Pintaré la pierna,

graciosito el pie,

chiquita y bonita,

hechicera es.

Hechicera es,

esta gran señora,

María se llama,

de esta villa Aurora.

Aurora en tus luces,

plantó una azucena,

mayo te presento,

sea enhorabuena.

Sea enhorabuena,

pimpollo de abril,

san José bendito,

del florido abril.

Abril con sus luces

forma una guirnalda,

mayo te presento

con corona y palma.

Palma Real hermosa,

ya estás coronada,

de tus perfecciones

y tus manos blancas.

Blanca era la Aurora,

que le dijo al Sol:

«Espejo brillante,

de mi corazón».

Escuchar[5], señores,

con inteligencia,

que el mayo a la Virgen,

es el que ahora empieza.

Virgen soberana,

corona de arcesa[6],

a la que esta noche,

por mayo se os echa.

Virgen soberana,

por mayo os echamos,

a san José Obrero,

espejo más claro;

que nació del Padre,

para uso tan alto.

Archivo de bienes,

fue el precioso niño,

con su propia sangre,

quiso redimirnos.

Madre, darnos luces,

para profesar

la religión santa

que es la principal.

Católica Iglesia,

quedaros con Dios,

para los preceptos,

que nos manda Dios.

Tu esposo y el cura,

que roguéis por nos.

Francisco Fuentes, 58 años. Almonacid de Zorita, 2008.

Mayo al alcalde

Viene tu galán

prometiendo mayo,

rosa de cien hojas,

clavel encarnado.

Encarnada rosa,

flor de primavera,

el que ha de cantarte,

tu licencia espera.

Esperando estamos,

luz de la mañana,

con el cielo abierto,

y el sol en tu cara.

Cara más hermosa,

que a vos os pintaron,

cuerpo tan perfecto,

talle tan delgado.

Delgada sois, dama,

podéis perdonar:

tantas perfecciones

no puedo pintar.

Pintaré la pierna,

graciosito el pie,

chiquita y bonita,

hechicera es.

Hechicera es,

esa gran señora,

que «Fulana» se llama,

de esta bella Aurora.

Con el señorito «Fulano»,

que es fino constante,

que ha dado palabra,

de ser tu amante.

Quiérele, madama,

quiérele, doncella,

que es el mejor chico,

que hay en esta tierra.

Quedáos con Dios,

con Dios que nos vamos,

rosa de cien hojas,

clavel encarnado.

Francisco Fuentes, 57 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Como ejemplo del olvido de este patrimonio expondremos que, atendiendo al relato de Francisco Fuentes, ya en los años sesenta se solían tocar canciones populares de diverso género: valses, mazurcas, pasodobles y habaneras; además de alguna jota y seguidilla. En cuanto a los valses, mazurcas, pasadobles y habaneras, que se cantaban en la localidad, pertenecían a un repertorio popular nacional bastante conocido. Cabe imaginarse que la radio, y más tarde la televisión, sería una gran propulsora de la difusión de este tipo de canciones, que el pueblo las acogía como algo nuevo, moderno.

Tocábamos de todo un poco: valses, mazurcas, seguidillas, jotas, pasodobles, habaneras…

Estas canciones las había oído mi profesor, el tío Gazapera, de su maestro y otras que sacaba él. Él aprendió de un señor de Sayatón[7]. Ya no me acuerdo de cómo se llamaba.

Algunos títulos que tocábamos: «Bajo la doble águila», «El guitarrico», «Soldadito español»…

Tocábamos a lo largo de todo el año, cada quince días o cada mes hacíamos una ronda. Solía ser los viernes o los sábados, cuando se terminaba la jornada laboral, porque antes todo el mundo trabaja en el campo, bueno…menos los que trabajaban en Unión[8].

Francisco Fuentes Bravo, 67 años. 2017.

En el cuaderno de Francisco, con el que aprendía las canciones que le mandaba su maestro cuando tenía quince años, hemos encontrado las notas musicales de las siguientes canciones: valses como «La Aurora», «Penjamo», «El vals de las olas», «Olas del Danubio», «Ya vienen las golondrinas» o «Montañas de Italia»; pasodobles como «El galllo», «El cordobés», «La Carrascosa», «España Cañiz», «El Cordobés»; pasodobles marcha como «Soldadito español» (canción que homenajeaba a los soldados que habían participado en la guerra de Filipinas, Cuba y en la campaña de Marruecos), «Bajo la doble águila» y «Los voluntarios»; pasodobles populares como «Amor que vienes cantando» o «El guitarrico»; Mazurcas como «Hacia el Tirol» y «Hazme caso»; Habaneras como «La Boticaria» (o «Manuela la boticaria») y «La paloma»; Pasacalles como «¿A dónde vas, portugueñina?», «Fuentecilla», «Las Leandras»; Villancicos como «La gitanilla»; Canciones de tuna o estudiantina como «La estudiantina madrileña» o «Clavelitos»; y otras canciones como el Chotis u otras como «Moliendo café» o «Mi perrita pequinesa».

En cuanto a la vieja seguidilla, se encontraba prácticamente desaparecida. Tanto es así que nadie la recordaba, a excepción de María Ballesteros, que recuperó en su memoria dos seguidillas; y Francisco Fuentes, que guardaba en un viejo papel las notas musicales de ésta. Gracias a ambos, como ya hemos anunciado en el inicio de este artículo, hemos podido exhumarla.

Seguidillas boleras

Seguidillas boleras,

van por tu calle,

como van tan ligeras,

no las ve nadie.

No las ve nadie,

seguidillas boleras,

no las ve nadie,

como van tan ligeras,

no las ve nadie.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Tírale y dale

Tírale y dale,

y a esa paloma blanca,

tírale y dale,

y a esa paloma blanca,

que va en el aire.

Que va en el aire,

que va en el aire;

a esa paloma blanca

que va en el aire.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Un cazador cazando

Un cazador cazando,

perdió el pañuelo,

y luego lo llevaba,

la liebre al cuello.

La liebre al cuello,

y un cazador cazando

perdió el pañuelo,

y un cazador cazando

perdió el pañuelo.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Si actualmente preguntamos a los almonacileños por su jota, sin duda alguno, el que logre contestar, nos responderá que la jota del «ari, ari, ari, ará»; sin embargo, a pesar de que cuenta con cierta tradición, se trata como se sabe de una jota muy popular en el territorio nacional. Cabe pensar que esta localidad contó con otras jotas de mayor calado identitario y tradicional que ya se han perdido de forma irremediable.

Ari, ari, ari, ará[9]

Ari, ari, ari, ará,

a mí me gusta la «limoná»;

la «limoná» y el limón,

a mí me gusta, tu corazón.

No hay especie como el ajo,

no hay especie como el ajo,

ni fruta como el madroño;

ni novia que no se ría,

cuando le mira su novio;

ni novia que no se ría,

cuando le mira su novio.

Estribillo

Eché un limón a rodar,

y en tu puerta se paró,

y hasta los limones saben,

que nos queremos los dos;

y hasta los limones saben,

que nos queremos los dos.

Estribillo

Esta es la calle, la calle,

esta es la calle, la calle,

la calle de los molinos,

donde se remolinean,

tu corazón con el mío;

donde se remolinean

tu corazón con el mío.

Estribillo

Eché un limón a rodar,

eché un limón a rodar;

y en tu puerta se paró,

y hasta los limones saben,

que nos queremos los dos;

y hasta los limones saben

que nos queremos los dos.

Esta es la calle, la calle,

esta es la calle, la calle,

la calle del remolino,

donde se remolinea,

tu corazón el mío;

tu corazón el mío.

Carmen Ruiz, 49 años. Almonacid de Zorita, 2008.

Francisco Fuentes, 57 años. Almonacid de Zorita, 2006.

A pesar del corpus perdido, suponemos que hemos podido recuperar dos de las jotas más tradicionales de Almonacid. Existía la costumbre, ya perdida, de cantar tras el mayo estas dos coplas que nos entonó María Ballesteros, hoy sólo queda en su memoria:

Ya te hemos echado el mayo[10]

Ya te hemos echado el mayo,

hermosísima señora;

ya te hemos echado el mayo,

vengan coplillas ahora.

Asómate a la ventana,

capullo reverdecido,

con esa mata de pelo

me tienes a mí perdido.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

Otra de las jotas que María recuerda y que dejaron de escucharse ya hace muchos años en Almonacid es la siguiente:

Como los toritos bravos

Como los toritos bravos.

tiene mi novia el arranque;

que no se acuerda de mí;

y hasta que no estoy delante.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

En la jota de Almonacid, género musical posterior a la seguidilla, se observa una clara influencia de las canciones aragonesas, no solo en su música, sino también en la letra de las canciones. De esta forma podemos contemplar en su corpus musical jotas originarias de Aragón junto a otras adaptadas.

«La Virgen del Pilar dice,

que no quiere ser francesa,

que quiere ser capitana

de la tropa aragonesa».

Leoncio Sánchez, 90 años. Pastrana, 2008.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

La Virgen de la Luz dice,

que no quiere su corona,

que se la den a los pobres,

que van pidiendo limosna.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

El folklorista Gabriel María Vergara, que recogió varias coplillas tradicionales en Almonacid a últimos de los años veinte y principios de 1930[11], se percató del hecho y expuso como ejemplo esta copla:

«Es la Virgen de la Luz,

la que más altares tiene;

no hay uno de Almonacid,

que en su pecho no la lleve[12]».

Versión de la siguiente jota aragonesa:

«Es la Virgen del Pilar,

la que más altares tiene,

no hay un aragonés,

que en su pecho no la lleve».

Otros ejemplos:

«Están los aragoneses,

locos por su Pilarica,

nosotros por ti lo estamos,

Virgen de la Luz bendita».

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Además de las jotas dedicadas a la Virgen, de claro carácter religioso e identitario o la canción de mayo, relacionada con la fertilidad y lo agrario (entre otros aspectos), nos encontramos también con otras coplillas que se cantaban atendiendo a diferentes funciones y actividades, como las canciones identitarias, de trabajo, de ronda, de galanteo, burlescas o jocosas.

Canciones identitarias

De Almonacid soy, señores

De Almonacid soy, señores,

¡ay, ay!, mi patria yo no la niego;

y a la Virgen de la Luz,

¡ay, ay, ay!, en el corazón la llevo.

De Alcarria es, ¡ay, ay!,

la miel más rica;

de Alcarria son, ¡ay, ay, ay!

las buenas chicas;

de Alcarria son, ¡ay, ay!

las buenas chicas;

pero no se quedan

atrás los chicos.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

Canciones de trabajo

Cuando me case

Cuando me case

me han ofrecido:

un candil, una manta

y un borriquillo.

El candil, sin aceite;

y la manta rota,

el borrico en la cuadra,

que no ve ni gota[13].

Ángel Parra, 76 años. Almonacid de Zorita, 2007.

canciones de ronda

Esa moza que ha cantado

Esa moza que ha cantado,

ha salido del pimiento,

si llega a cantar más

me cago en su nacimiento.

Francisco Fuentes, 64 años. Almonacid de Zorita, 2014.

Al curita de mi pueblo

Al curita de mi pueblo

se le ha roto la sotana,

andando tras una moza,

un lunes por la mañana.

Francisco Fuentes, 58 años. Almonacid de Zorita, 2007.

El señor cura no baila

El señor cura no baila,

porque tiene la corona;

señor cura, baile usted,

que Dios a todos nos perdona.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

El señor cura no baila

El señor cura no baila,

porque tiene la corona;

señor cura, baile usted,

que Dios todo lo perdona.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

¿Quién es ese señorito

—¿Quién es ese señorito

que está sentado en el banco?

—Es el señorito «Fulano»,

que nos va a echar el aguinaldo.

Francisco Fuentes, 62 años. Almonacid de Zorita, 2011.

Bendita sea esta casa

Bendita sea esta casa

y el albañil que la hizo,

que por dentro lleva la gloria

y por fuera el paraíso.

Carmen Ruiz, 49 años. Almonacid de Zorita, 2008.

Francisco Fuentes[14], 62 años. Almonacid de Zorita, 2011.

Ya te eché la despedida

Ya te eché la despedida,

no te la quisiera echar,

ya se van mis compañeros;

no me quieren aguardar.

Francisco Fuentes, 62 años. Almonacid de Zorita, 2011.

En esta casa de piedra

En esta casa de piedra

hay una piedra de pico,

para que cuando pase el diablo,

se rompa el hocico.

Francisco Fuentes, 62 años. Almonacid de Zorita, 2011.

La mocitas de mi pueblo

La mocitas de mi pueblo,

sí, sí, ¡ay, ay, ay!;

dicen que baile el alcalde;

pero el señor de la villa,

sí, sí, ¡ay, ay, ay!;

dice que ya es mucho baile.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

Canciones de galanteo

Y a todos los ojos negros

Y a todos los ojos negros

los aprisionan mañana:

morena, tú que los tienes

échate un velo a la cara.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita 2006.

¿Dónde vive la hermosura?

¿Dónde vive la hermosura?

Toda la calle, a lo largo,

he ido preguntando.

¿Dónde vive la hermosura?,

y aquí me han encaminado.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Yo tiré un limón al alto

Yo tiré un limón al alto,

y en tu puerta se paró,

y hasta los limones saben

que nos queremos los dos.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Asómate a la ventana, esa que cae a la vega

Asómate a la ventana,

a esa que cae a la vega

que vienen los labradores,

que ha salido luna nueva.

Manuel Roldán, 93 años. Almonacid de Zorita.

Canciones de picadillo, de picaresca y burlescas

¡Corre! que te traigo en el delantal!

¡Corre! que te traigo

en el delantal

un conejo vivo,

a medio pelar.

Carmen Ruiz, 49 años. Almonacid de Zorita, 2008.

¡Corre! que te traigo en el delantal!

¡Corre! que te traigo

en el delantal

un conejo vivo,

en el delantal.

Ángel Parra, 76 años. Almonacid de Zorita, 2007.

¡Arrincónamela!

¡Arrincónamela!

Por la calle Mayor

no se puede pasar,

que los mozos dicen:

-¡Arrincónamela!

¡Arrincónamela!

¡échala al rincón!

Si es casada la quiero,

si es soltera mejor.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Adónde camina

Adónde camina,

quisiera saber,

un hombre de noche,

con una mujer.

Si la lleva untada,

o es de imaginar.

Llegan a una venta

cuando el gallo canta,

cerca está el lugar.

-¿Qué hacéis en mi puerta?

Ya os podéis marchar.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Por un besillo, ni dos

Por un besillo, ni dos,

no echa penitencia un cura;

hasta que no llega a tres,

la penitencia es segura.

Carmen Ruiz, 49 años. Almonacid de Zorita, 2008.

Las uvillas de tu parra

Las uvillas de tu parra,

dicen «comerme, comerme»;

y los pampanillos dicen:

«Que viene el guarda,

que viene».

Manuel Roldán, 93 años. Almonacid de Zorita.

Una vez que te «quisi»

Una vez que te «quisi»,

y tu padre lo «supió»,

tu padre como era «sina»,

todo lo «descompusió».

Ángel Parra, 76 años. Almonacid de Zorita, 2007.

A la jota, Julián

A la jota, Julián,

que eres un borrachín,

que por no trabajar

te has metido a alguacil.

Te has metido a alguacil,

y a la jota Julián,

que eres un borrachín.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Échanos el aguinaldo

Échanos el aguinaldo,

y no nos eches la bellota,

que tenemos mucha sed:

bájanos la pichota[15].

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Nochebuena, Nochebuena

Nochebuena, Nochebuena,

¡cuánto tardas en salir!

Salen uno, salen dos,

salen tres, salen cuatro;

pero no sale tu padre

que es el as de los borrachos.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Canciones de navidad

La Virgen lleva una rosa

La Virgen lleva una rosa,

en su divina pechera,

se la puso José,

el día de Nochebuena.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Ya vienen los Reyes

Ya vienen los Reyes,

por el arenal,

y le traen al niño,

su rico pañal.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Villancicos

Una pandereta suena

Una pandereta suena,

yo no sé por dónde irá;

¡ay, ay, ay!,

camina para Belén

hasta llegar el portal,

¡ay, ay, ay!

En el portal de Belén,

hay estrellas, sol y luna,

la Virgen y san José,

y el niño que está en la cuna.

La mula le gruñe,

el buey le babea,

y el niño de Dios,

dormido se queda.

Claveles y rosas,

la cuna adornó,

en tanto que un ángel

meciéndole está.

La, la, la, la,

la, la, la, la.

El veinticuatro del mes,

ha nacido el Dios Divino,

su madre, como es tan pobre;

no tiene para vestirlo.

Yo le haré el hatillo,

lo mejor que pueda,

que no esté desnudo,

que no esté desnudo,

mi querida prenda.

Ya tengo el hatillo hecho,

muy limpio y muy aseado,

no como tú te mereces,

porque yo no puedo darlo.

Yo quisiera, el niño,

vestirte de oro,

porque en ti se encierra,

porque en ti se encierra,

todos los tesoros.

La camisilla y la chambra

te la haré de tela fina,

con encajes y bordados

y entre doses de la China.

También el pañal

y el metedorcillo,

te lo voy a hacer,

te lo voy a hacer,

con hilo muy fino.

Ya tengo el hatillo hecho,

y todo un lío lo haré,

no te apures, madre mía,

que a Belén lo llevaré.

Recibe, María, este regalito,

que le quiero hacer,

que le quiero hacer,

a tu Jesusito.

Te suplico, madre mía,

por cuanto nació tu hijo;

que te acuerdes de pedirle

por aquel pequeño hatillo.

Que nos dé salud,

y para comer,

y después nos lleve,

y después nos lleve,

al cielo con él.

También el pañal

y el metedorcillo

te lo voy hacer,

lo voy hacer

con hilo muy fino.

Ya tengo el hatillo hecho,

y todo un hilo lo haré,

no te apures, madre mía,

porque a Belén lo llevaré.

Recibe, María, este regalito,

que quiero hacer a Jesucristo;

te suplico, madre mía,

cuando nació tu hijo.

Que te acuerdes de mí,

que nos des salud,

y para comer;

y luego nos lleve,

y luego nos lleve,

al cielo con él.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Ande, ande, ande

Ande, ande, ande,

la marimorena,

ande, ande, ande,

que es la Nochebuena.

Ande, ande, ande,

que he comido pavo,

todas las vecinas

me chupan el rabo.

Y la que no quiera

me chupa la pera,

y la que quiera

me chupa el higo.

María López, 78 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Vamos, pastores

Vamos, pastores,

vamos, vámonos a Belén,

a ver en aquel niño,

la gloria del Edén.

Yo, pobre gitanillo,

al niño le diré,

no la buena ventura;

eso no puede ser.

Le diré que perdone,

lo mucho que pequé,

y en la vida eterna,

un ladito me dé.

Vamos, pastores, vamos,

¡oh!, qué precioso niño,

sus ojitos me encantan,

su boquita también.

Su madre le acaricia,

su padre mira en él,

y los dos extasiados,

contemplan aquel ser.

Vámonos, pastores,

los tres magos de Oriente,

han llegado a Belén.

Ángel Parra, 76 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Según van volando

Según van volando,

cantan alegres los pajarillos,

que ha nacido el niño,

con gran esplendor.

Y el pobrecito,

llorando está,

nadie le viene

a consolar,

solo el bueycillo

al respirar,

calienta al niño

sin descansar.

Según van volando,

cantan alegres los pajarillos,

que ha nacido el niño,

y en Belén está.

María Ballesteros, 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Con este artículo hemos tratado de salvaguardar el patrimonio musical de este municipio como parte de su historia y cultura. Pues, aunque hasta hoy cuenta con una gran rondalla, bien es cierto que hace ya mucho tiempo, más de cincuenta años, que ya no se escuchan seguidillas ni jotas tradicionales en la localidad. Los contextos han cambiado y sabemos que los factores que propiciaban el auge y la vida de estos se han transformado.

No se trata de lamentarse de lo perdido, sino de rescatarlo. Para ello hemos recurrido a Francisco Fuentes, por ser el almonacileño más veterano de la rondalla en activo, por conocer alguna de las jotas tradicionales y por ser el único portador de las partituras musicales de la jota y seguidilla de la localidad, y a otros almonacileños mayores que, o bien mantuvieron cierta actividad en esas rondas y rondallas de la localidad, o bien que recuerdan algunas de esas canciones; o que cumplen ambos casos: María Ballesteros, María López, Asterio López, Manuel Roldán, Carmen Ruiz y Ángel Parra.

Entre las rondallas y rondas más activas de la comarca de la Alcarria Baja nos encontramos con la de Fuentenovilla, la de Moratilla de los Meleros y Pastrana. Éstas guardan todavía en su acervo musical jotas y seguidillas, que en muchos de los pueblos de la Alcarria Baja se han perdido, como el caso de Almonacid de Zorita, y que en los pueblos de alrededor también se cantarían y se conocerían.

Raquel Fuentes Sánchez

Lcda. Humanidades y Dra. Literatura comparada, UAH





BIBLIOGRAFÍA

Lizarazu de Mesa, María Asunción: Cancionero popular tradicional de Guadalajara (tomo i, ii y iii), Guadalajara, 1995.

Vergara Martín, Gabriel M.ª: Algunas cosas notables o curiosas de la provincia de Guadalajara según los refranes y cantares populares recogidos en la provincia de Guadalajara, Librería y Casa Editorial Hernando. Madrid, 1932.

Fuentes orales:

Ballesteros, María; 73 años. Almonacid de Zorita, 2006.

Fuentes Bravo, Francisco; 58 años. Almonacid de Zorita, 2008.

López, Asterio. Almonacid de Zorita, 2006. †

López, María; 79 años. Almonacid de Zorita, 2008.

Parra, Ángel; 76 años. Almonacid de Zorita, 2007.

Roldán, Román (Manuel); 93 años. Almonacid de Zorita, 2012. †

Ruiz, Carmen; 46 años. Almonacid de Zorita, 2005.




NOTAS

[1]Datos extraídos del INE (Instituto Nacional de Estadística (2016), “International Financial Statistics” [base de datos en línea], http://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/categoria.htm?c=Estadistica_P&cid=1254734710984.  [fecha de consulta: mayo de 2011].

[2] Lizarazu de Mesa, María Asunción: Cancionero popular tradicional de Guadalajara (tomos I, II y iii), Guadalajara, 1995.

[3] La antigüedad de la tradición del mayo se desconoce, aunque por su relación con la fertilidad podría tener un origen pagano, tal vez fenicio o céltico, y haberse cristianizado como ocurrió con tantas fiestas paganas. Hasta hace poco, años ochenta, el mayo fue transmitiéndose de forma oral, de ahí la posibilidad de que se hayan perdido algunas coplillas. La recopilación de los dos mayos la realizó nuestro informante hace ya treinta años, gracias a la memoria de su padre: Emiliano Fuentes, uno de los que antiguamente cantaba el mayo junto a otros, como el padre de otra de nuestras informantes, María Ballesteros.

[4]Curpidos, Cupidos.

[5]Escuchar, escuchad.

[6] No registrada en el DRAE. Quizá se refiera a «artesa».

[7] Pueblo aledaño a Almonacid de Zorita.

[8] Referido a los que trabajaban en la Central nuclear de Almonacid (1969-2006), que pertenecía a la empresa Unión eléctrica, más tarde llamada Unión Fenosa.

[9] Jota popular con larga tradición en el pueblo, por lo que se la suele considerar como propia de la localidad. Francisco nos informa de que, aunque no sabe su antigüedad, ya era cantada cuando él tenía quince años.

[10] Esta coplilla tal y como indica la letra y nos señaló la informante, se cantaba justamente después de “echar mayo”.

[11] Las coplillas que recogió este folklorista son para nosotros un verdadero tesoro y da cuenta de la gran actividad y creatividad de los almonacileños, pese a lo que pudiera pensarse viendo el panorama actual. Los motivos de éstas, entre otros, hacen alusión a la Virgen de la Luz, a los quintos y al duro trabajo en la presa de Bolarque (inaugurada en 1910): “En Almonacid hay tres cosas/ que no hay ni en el Perú:/ Bolarque, las Ventanillas/ y la Virgen de la Luz”///.”Si la Virgen de la Luz/ la bajaran a las monjas, / las mozas de Almonacid/ se metieran religiosas///. Al sur está Almonacid, /al sureste Sayatón,/y entre el levante y el sur,/la ermita de San Antón///. En la Virgen de la Luz, /una centella cayó;/ hizo una vela tres cachos, / y a San Isidro le dio///.

Entre el Guadiela y (el) Tajo/ hay una ermita, / de los Desamparados, /Virgen bendita///.

La Virgen de la Luz tiene/una vela en cada mano, / con dos letreros que dice:,/¡vivan los quintos de este año!///. La Virgen de la Luz tiene/un letrero en el mandil, / con letras de oro que dice: ¡vivan los de Almonacid!///. San Lorenzo está en un hondo/ los Desamparados más,/ la ermita de San Antón/ en un alto del cerro está///. Virgen de la Luz bendita, / amparo de Almonacid, / dales salud a los quintos/para que puedan venir///. Adiós hoya de Bolarque, /Molino de la Pangía/ y Zorita de los Canes, / con la Cruz aparecida///. A la presa de Bolarque,/ ya no se puede ir más,/porque se aumenta el trabajo/ y se ha bajado el jornal///. Caminillo de Bolarque, /quién te pudiera sembrar/ de rositas y claveles/ por donde mi amante va///. En la presa de Bolarque, /hay una piedra muy fría,/ donde se sienta el listero,/ a quitar cuartos al día///. En la hoya de Bolarque/ ha habido revolución/ porque ha caído un andamio/ y a un albañil le mató///. En la hoya de Bolarque/ han comprado una romana/ para pesar el dinero/ que se gasta a la semana///. Si te vas a la madera/ con la intención de olvidarme/ permita Dios que te caigas/ en la hoya de Bolarque///. Vergara Martín, Gabriel M.ª: Algunas cosas notables o curiosas de la provincia de Guadalajara según los refranes y cantares populares recogidos en la provincia de Guadalajara, Librería y Casa Editorial Hernando. Madrid, 1932, pp.16-30.

[12] Vergara, op.cit., p. 16.

[13]«Cuando cogíamos aceituna la cantaban las mujeres. Hace alusión que cuando se casaba alguien, se le daba poca cosa».

[14] «Se cantaba cuando ibas a la casa y te daban perras».

[15] Referido al vino que sale de la casca.


El patrimonio musical olvidado de Almonacid de Zorita

FUENTES SANCHEZ, Raquel

Publicado en el año 2017 en la Revista de Folklore número 429.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz