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Revista de Folklore número

480



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Del arroyo de la Vidulina, en Santa Marina del Sil, a Matachana, pasando por Bembibre: notas etnológicas

MARTINEZ ANGEL, Lorenzo

Publicado en el año 2022 en la Revista de Folklore número 480 - sumario >



Dedicado al CIT de Santa Marina del Sil

Santa Marina del Sil

Comenzaremos estas notas etnográficas con una pequeña incursión en la dialectología, a través de un topónimo.

El gran traductor y filólogo berciano Valentín García Yebra escribió en cierta ocasión: «El estudio de los topónimos o nombres de lugar es apasionante, pero sumamente difícil»[1].

Si en la presente ocasión nos atrevemos a afrontarlo es porque, en cuanto al aspecto estrictamente lingüístico, el topónimo con el que comenzamos el presente artículo se escapa de tal dificultad.

En una zona a algo más de 800 metros de altitud sobre el nivel del mar, en una ladera de la Sierra de Moirán, en terreno del municipio de Bembibre, y discurriendo por terreno de Santa Marina del Sil (municipio de Toreno) corre el arroyo de La Vidulina, que desemboca en el río Sil, represado en el pantano de Bárcena, por debajo de uno de los antiguos puentes ferroviarios de la zona (Foto 1)[2].

Este topónimo aparece en la cartografía topográfica usual, y de esta fuente de información lo recogió Jesús García García, quien lo menciona en su tesis doctoral sobre la toponimia berciana [3].

La explicación del topónimo que nos ocupa es muy fácil; tiene una raíz, «vidul», que significa abedul, «más el sufijo diminutivo leonés –INA»[4]. Que se haya escrito con «v» en vez de con «b» es meramente arbitrario, por el betacismo, y en nada afecta al análisis toponímico en este caso.

Antes de seguir, y hablando de toponimia leonesa, no podemos dejar de mencionar una obra de tamaño enciclopédico, de enorme mérito, trascendencia y utilidad, el Léxico del leonés actual. En él, su autora, en la voz «abedul» recoge muchas y variadas formas del leonés, alguna muy similar a la que nos ocupa, como «El Bidulín», en Omaña (concretamente en el Valle Gordo), comarca limítrofe con el Bierzo Alto, pero no, específicamente, «Vidulina» o «Bidulina»[5]. La forma mencionada, «El Bidulín», en contraposición a «La Vidulina», es un matiz que también merece explicación. Alejandro Díez González, en referencia a las comarcas de Laciana, Alto Sil y Cabrera, indica: «En ningún lugar de esta región encontraremos: Los Castaños, Los Cerezos, Los Abedules o Los Nogales. Sí veremos por el contrario un inmenso número de topónimos que hablan de: La Castañal, La Cereixal o Zreizal, La Bidulina, La Fayona, La Peral, La Nogalona…»[6].

Esto, el uso del femenino para referirse a árboles, también se da en zonas de El Bierzo más meridionales (por poner un solo ejemplo, quien esto escribe ha visto muchas veces el árbol que da nombre a la calle «La Nogal» en San Román de Bembibre).

Antes de seguir, vemos, por la cita anterior, que «Bidulina» es un topónimo que aparece en zonas del Sil más septentrionales[7], pero también, como lo constata el topónimo que nos ocupa, más al sur, y a menor altitud sobre el nivel del mar, donde los abedules, esos bellos árboles de tronco blanco (que, dicho sea de paso, aparecen mencionados en obras de grandes literatos españoles, como, por ejemplo, Leopoldo Alas – Clarín[8] y Miguel Delibes[9]) son también autóctonos, aunque menos frecuentes. Es sobradamente sabido que los abedulares más importantes de la provincia de León son los de Omaña, pero no faltan en las zonas montañosas de El Bierzo; los hay, por ejemplo, en la Sierra de Gistredo, y algunos en la zona del puerto del Manzanal (a pesar de la masiva y errónea plantación de coníferas que allí se ve[10]); además, la toponimia es muestra de ello: así, verbigracia, no lejos de la cima llamada «Redondal», en los Montes de León, al sur de Bembibre, se encuentra el «Valle de los Abedules» (así aparece reflejado en la cartografía topográfica). Pero también se encuentran en zonas más bajas, junto a fuentes, arroyos y ríos. Podría mencionar que los hay, por ejemplo, junto al arroyo Pradoluengo, en las afueras de Bembibre, y junto al puente sobre el Noceda en San Román de Bembibre, a menos de 700 metros de altitud sobre el nivel del mar, pero, para eliminar dudas acerca de la posible influencia antrópica en últimos casos citados (por la cercanía a poblaciones), mencionaremos otro caso, un abedul doble situado junto a una fuente y un arroyo, que hay, a unos 800 metros de altitud, en San Esteban del Toral (municipio de Bembibre), en un paraje bastante alejado del pueblo, entre la Peña de San Vicente y el Arruelo[11].

Podría llamar la atención que en la misma zona geográfica, en El Bierzo, aparezcan formas castellanas y leonesas (algunas ya citadas en el presente artículo) pero es algo bien conocido y estudiado desde el punto de vista de la dialectología de la comarca:

En la actualidad el territorio berciano desde el río Cúa hacia el este ofrece un sistema vocálico igual que el del leonés y castellano, un sistema gramatical por el contrario de corte galaico-leonés y un léxico galaico-leonés (noroccidental) con ampliaciones constantes de caudal de fuente castellana o mediatizada por el castellano[12].

Antes de terminar con el tema de «La Vidulina» resulta pertinente indicar que tenerlo en cuenta ayuda a conocer mejor el habla tradicional del municipio de Toreno (y zonas limítrofes) pues la forma «bidul» no aparece en el muy meritorio «VOCABULARIO TORENIENSE» del catedrático Francisco González González[13], pero no cabe duda de que, otrora, se conoció y se empleó.

Pasamos a otra cuestión, pero siguiendo en Santa Marina del Sil, localidad que bien merece la pena una visita, por la belleza del contorno en el que se asienta, en una ladera que desciende hacia el río Sil -represado en el pantano de Bárcena-, con vistas a la ribera y a las montañas circundantes, y donde, citando un verso de Olvido García Valdés, se puede escuchar «un rumor de castaños»[14].

En Santa Marina del Sil hay varios ejemplos interesantes de arquitectura popular, y llamó nuestra atención una casa que, en su estructura, repite un esquema muy repetido en la zona: planta baja de piedra y alta de entramado. En este caso, el relleno del entramado está realizado de ladrillo, lo cual tampoco resulta extraordinario. Lo peculiar, en nuestra opinión, es la decoración en relieve similar a una serie de rombos en alineación vertical (Foto 2). La figura romboidal, dicho sea de paso, es un tipo de modelo decorativo muy repetido a lo largo de la historia de la arquitectura[15].

Si nos llamó la atención fue porque, ya habiendo trabajado en alguna ocasión anterior la arquitectura de entramado berciana[16], y, específicamente, aspectos decorativos en la misma, nos parece que el ejemplo que hemos mencionado debería ser tenido en cuenta para futuros estudios.

Bembibre y San Román de Bembibre

En una ocasión anterior publicamos un artículo en esta Revista de Folklore donde recogimos diversos ejemplos de fechas inscritas en piezas metálicas de Bembibre y alrededores[17]. Aprovechamos ahora para completarlo, publicando las imágenes de dos ejemplos más que hemos encontrado, el primero en Bembibre, de 1874 (Foto 3), y el segundo en San Román de Bembibre, de 1916 (Foto 4).

Matachana

Esta localidad del municipio de Castropodame conserva algunos ejemplos destacables de arquitectura popular berciana. Aunque en general responden a características habituales en la zona, no por ello dejan de presentar interés etnográfico. A modo de muestra, seleccionamos algunos.

En primer lugar, queremos recoger el testimonio gráfico de una edificación de entramado (sobre una planta baja de piedra, como es habitual en esa parte de El Bierzo), que presenta una peculiaridad no muy frecuente en la zona: los adobes de relleno entre las vigas de madera se encuentran colocados no horizontalmente, sino de una manera que, al menos parcialmente, recuerda al muy antiguo opus spicatum (Foto 5).

Un segundo aspecto que queremos mostrar es la existencia de coladeras[18], también, como es frecuente en otros pueblos de la zona, asociados a una ventana. Recogemos dos muestras (Fotos 6 y 7), una de ellas de un tamaño resaltable (Foto 7).

Y hay, en la iglesia parroquial, en la zona de subida a la espadaña, una pieza que, considerando su morfología, quizá podría ser una coladera reutilizada (Foto 8).

Y, por último, nos llamó la atención el dintel de una puerta de madera en el que aparece, repetido, un motivo decorativo que podría recordar los rasgos esenciales de un yugo (Foto 9).

No nos extendemos más en la presente ocasión, aunque, sin duda, hay otros elementos de interés en la arquitectura de Matachana. Pero, ante el deterioro y la pérdida de muchas construcciones tradicionales bercianas, no nos resistimos a expresar nuestro deseo de que aumente el aprecio por las mismas, la sensibilidad respecto a su conservación, y también nuestra petición de que se recoja la mayor cantidad posible de testimonios gráficos[19], dada la amenaza real de que, de aquí a algunos años, pudiera desaparecer una parte significativa de este rico patrimonio cultural que todavía existe.




NOTAS

[1] VALENTÍN GARCÍA YEBRA, «Sobre topónimos bercianos»: Congreso de Cultura Berciana. Ponencias, León 1989, 161-167, concretamente p. 161.

[2] Expresamos nuestro agradecimiento a nuestro amigo Antonio Gómez Marqués, excelente conocedor de la zona, por habernos facilitado el transporte para visitar una parte de los lugares mencionados en el presente artículo.

[3]JESÚS GARCÍA GARCÍA, La toponimia del Bierzo (bases para un corpus toponymicus). Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid 1981, p. 556 (accesible en Internet en la siguiente página web: eprints.ucm.es/id/eprint/52857//1/5309861040.pdf).

[4] JAVIER GARCÍA MARTÍNEZ, El significado de los pueblos de León, León 1992, p. 248.

[5] JANICK LE MEN, Léxico del leonés actual. I. A-B, León 2002, p. 98. Hay algunas otras formas que tampoco recoge expresamente. Mencionaremos dos. Una de ellas es «Rebedul» (JOSÉ Mª. CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN – JULIÁN GARCÍA SÁNCHEZ – VIDAL DÍEZ DE PRADO, «Toponimia de la villa de Sabero»: Tierras de León, 102 (1997) 67-88, concretamente p. 76: «Rebedul: es el río que nace cerca del abedul.» Otra es «Bendul» (EUTIMIO MARTINO, Roma contra cántabros y astures. Nueva lectura de las fuentes, Santander 1982, p. 107: «Por la vertiente de Nansa, que corre al pie todo a lo largo de Peña Sagra descienden arroyos […]: arroyo de Bedul, de los Abedules, ambos afluentes del Tanea; río Bendul, que pasa por Cosío. ¿Cómo no relacionarlos con el árbol que más abunda en lo alto de la peña, con el abedul?».

[6] ALEJANDRO DÍEZ GONZÁLEZ, Los nombres del paisaje (en la página web «faceira.org»). Citaremos, a modo de muestra, un ejemplo, aunque en plural: «Bidulinas, Las: Monte de roble allugáu entre Carraspal y El Ríu Veiga´l Palu» (ARMANDO MURIAS IBIAS, Toponimia. Conceyu de Llaciana. Parroquia de Cagualles d´Arriba, Asturias 2002, p. 6).

[7] Y también en Asturias. Por ejemplo: Mª. ESTHER GARCÍA LÓPEZ, Toponimia. Conceyu de Valdés. Parroquia de La Montaña, Asturias 2006, p. 42: «Fonte la Bidulina, La: Fonte asistiada xuntu a un bidul grande que paez tener nunchu tiempo. Concernosu».

[8] En su novela Doña Berta escribió: «un arroyo orlado de altos álamos, abedules y cónicos humeros de hoja obscura» (LEOPOLDO ALAS CLARÍN, Una novela y ocho cuentos, Barcelona 1983, p. 7). No nos resistimos a recodar que ya Ramón Pérez de Ayala reflexionó sobre el tema de «El paisaje en “Clarín”» (RAMÓN PÉREZ DE AYALA, Sobre Asturias, Barcelona 1991, pp. 33-36).

[9] MIGUEL DELIBES, Dos viajes en automóvil. Suecia y Países Bajos, Barcelona 1982, p. 14.

[10] En cierta ocasión escribió Gonzalo Torrente Ballester: «… la verdadera belleza de estos paisajes empieza donde acaba el pino. Lo cual vale para Asturias tanto para Galicia.» (GONZALO TORRENTE BALLESTER, Cuadernos de La Romana, Barcelona 1987, p. 11). La reivindicación de la belleza del bosque autóctono la extenderíamos también a otras zonas, además de las indicadas por el citado escritor gallego.

[11] Adjuntamos un doble testimonio fotográfico de este ejemplo, el primero tomado en verano en 2020, y el segundo el verano siguiente, tras haber sufrido (ignoramos por quién) una drástica poda, que ha transformado el gran abedul en una «bidulina».

[12] MANUEL GUTIÉRREZ TUÑÓN, «Algunas precisiones sobre el habla de El Bierzo»: Congreso de Cultura Berciana. Ponencias, León 1989, 171-175, concretamente p. 173.

[13] FRANCISCO GONZÁLEZ GONZÁLEZ, El habla de Toreno, Toreno 2013.

[14] OLVIDO GARCÍA VALDÉS, dentro –sic- del animal la voz (Antología 1982-2012). Edición de Vicente Luis Mora y Miguel Ángel Lama, Madrid 2020, p. 438.

[15] Cómo no recordar, por citar un solo ejemplo, la fachada del famoso Eton College (en Windsor, Inglaterra).

[16] LORENZO MARTÍNEZ ÁNGEL, «Arquitectura tradicional de entrañado en el Bierzo Alto (Viloria, Bembibre, San Román de Bembibre y Santibáñez del Toral)»: Revista de Folklore, 462 (2020), 4-9.

Cuando lo escribimos no sabíamos de la existencia de un pequeño estudio sobre la arquitectura de entramado en El Bierzo que hemos conocido muy recientemente: ROSARIO VELASCO GARCÍA, «La utilización de la tierra en la arquitectura popular berciana»: FÉLIX JOVÉ SANDOVAL – JOSÉ LUIS SÁINZ GUERRA, Construcción con Tierra. Pasado, presente y futuro, Valladolid 2013, 165-172. Es un trabajo muy interesante, y útil por las tipologías que establece. Aunque nuestro trabajo poseía un enfoque muy diferente, y además tenía en cuenta no solo los ejemplos con barro, sino también con ladrillo (como también lo es el aquí citado de Santa Marina del Sil), recomendamos la lectura del trabajo de Dª. Rosario Velasco a los interesados en este tema. Esperamos que futuros estudios sobre el tema puedan ir ampliando la tipología de la edificación de entramado en El Bierzo, teniendo en cuenta también otros aspectos, como la decoración utilizada. Aprovechamos la ocasión para dejar aquí testimonio gráfico de un ejemplo que parte de una de las tipologías planteadas por Rosario Velasco, pero con una complicación un poco mayor. Se encuentra en Villaviciosa de San Miguel.

[17] LORENZO MARTÍNEZ ÁNGEL, «Fechas inscritas en piedra (s. xix) y metal (ss. xix – mediados del xx) en casas de Bembibre, San Román de Bembibre, Santibáñez del Toral, San Esteban del Toral, Viñales y Santa Marina del Sil (El Bierzo): Revista de Folklore, 468 (2021), 28-35.

[18] Ya nos ocupamos del tema en referencia a otras localidades cercanas (LORENZO MARTÍNEZ ÁNGEL, «Coladeras en el Bierzo Alto (Santibáñez del Toral y San Román de Bembibre): un detalle de la arquitectura tradicional»: Revista de Folklore, 460 (2020) 63-65).

[19] Hay libros que resultan inaccesibles, por ser escasos o únicos y estar guardados en bibliotecas particulares, y hay líbros en situación contraria a la anterior, por haber sido editados y estar a la venta o por conservarse, incluso manuscritos, en bibliotecas o centros de investigación accesibles al público (sea este especializado o general). Si recordamos esta obviedad es porque con la arquitectura popular sucede algo parcialmente similar: cualquiera puede realizar una fotografía de aquello que se encuentra a la vista en el exterior de una casa, pero muchos elementos interesantes se encuentran en las partes interiores, accesibles solo a sus propietarios. Por ello, nuestra sugerencia de obtener imágenes se extiende no solo a cualquier interesado por la etnografía (que normalmente ya lo hace), sino también a dueños de viviendas tradicionales.



Del arroyo de la Vidulina, en Santa Marina del Sil, a Matachana, pasando por Bembibre: notas etnológicas

MARTINEZ ANGEL, Lorenzo

Publicado en el año 2022 en la Revista de Folklore número 480.

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