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Revista de Folklore número

499



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Carlomagno y los doce pares de Francia en los dances altoaragoneses

CAVERO BARREU, Antonio

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 499 - sumario >



Es sabido que los dances altoaragoneses de Sena y de Sariñena, en muchos aspectos similares, forman parte del reducido grupo de dances llamados completos, es decir que conservan los cuatro aspectos que componen el dance aragonés: pastorada, Moros y Cristianos, lucha del Bien y del Mal y la parte bailada de mudanzas y pasacalles. En el caso de estos dos dances y en la parte de Moros y Cristianos se añade otra característica común que no hallamos en ningún otro dance de Aragón: las breves alusiones a Carlomagno y a los Doce Pares de Francia, evocadoras del ciclo carolingio. El objetivo del presente trabajo es, por una parte, analizar el origen de esas alusiones a la luz de otras composiciones similares de teatro popular también relacionadas con el ciclo carolingio, aunque fuera de Aragón, y por otra parte dar cuenta de su evolución hasta las representaciones actuales.

1. Planteamiento de la cuestión

Ya en una temprana reseña sobre el dance de Sena, Aurelio Capmany se sorprende de que algunas de las tropas son acaudilladas por «nada menos que Carlomagno, los Doce Pares de Francia, Roldán y Oliveros» (1931: 390). También Ricardo del Arco, en su obra sobre el folclore altoaragonés, escribe: «en los dances de Sariñena y Sena el general moro increpa a Carlomagno, a Roldán y a los Doce Pares. He aquí una reminiscencia de los romances viejos del ciclo carolingio» (1943: 158). En la misma línea, años más tarde, Mercedes Pueyo, en su tesis doctoral pionera sobre el dance en Aragón, comenta que en Sariñena [y también en Sena]

[…] aparece un personaje que está en cierto modo desligado del texto, en la persona del General Cristiano. Este es nada más ni nada menos que Carlomagno. Sus intervenciones en la representación son las propias del General Cristiano, ya que son una misma persona y a él se alude solamente una vez de aquí, que sepamos que se trata de Carlomagno. […]

es cierto es que son restos de la tradición oral, o bien como dice R. del Arco, restos de romances carolingios, aunque no estamos de completo acuerdo, pero podría ser posible en cierto modo. (Pueyo 1973: 53-54)

Siguiendo con las opiniones de especialistas, Antonio Beltrán escribe:

Las referencias a Carlomagno como general de los cristianos y a sus pares y Oliveros en Sariñena nos ponen en contacto, aunque confusamente, con el romancero y la «Chanson de Roland» mejor que con las tradiciones que comentan los intentos del emperador francés de asegurar una marca en Zaragoza. (Beltrán 1989: 22-23)

En Sariñena y Sena sale a relucir, sin conexión estricta con el texto, Carlomagno, nombre que da al general cristiano el turco; en Sena se nombra al «almirante Volante», que es un noble caballero, y no faltan alusiones a Roldán y a los Pares, cuya relación con el romancero, aunque sea mediata y corrupta, es indiscutible. (Beltrán 1982: 38)

Son estos versos la parte más enigmática del diálogo que plantean la posibilidad de una relación, ya muy olvidada (por lo corrupto del texto), con los romances del ciclo carolingio. (Beltrán 1982: 92)

También utiliza para estas alusiones carolingias expresiones como «extrañas referencias» o «confusa escena» (1982: 22, 92). Centrándonos en el dance de Sena, Jesús Cancer comparte estas opiniones, y añade que esas referencias «complican aún más la búsqueda de un origen» (1998: 60); por su parte, Benito Cavero relaciona asimismo estas alusiones en Sena con los romances del ciclo carolingio (1983: 41). Y, en Sariñena, Salvador Trallero, en una reciente publicación, analiza también con cierta extensión lo que considera «ecos de los antiguos romances carolingios» (2020: 36).

Todas las citas anteriores –salvo Capmany– proceden de autores aragoneses. Pero, ampliando el ámbito de la búsqueda, una prospección en las numerosas publicaciones que incluyen análisis de la presencia del ciclo carolingio en el romancero y en las fiestas de Moros y Cristianos, tanto en España como en América, permite rastrear la relación entre los dances que nos ocupan y otras representaciones basadas en dicho ciclo fuera de Aragón, y obtener conclusiones sobre el origen de esas alusiones carolingias en Sena y Sariñena. A ello nos vamos a dedicar en los apartados que siguen, para pasar después a analizar su evolución hasta la actualidad.

2. Los Dances de Sena y Sariñena y el Cantar de Fierabrás

Existe, efectivamente, una conexión entre los fragmentos de los dances de Sena y Sariñena aludidos en el apartado anterior y los romances del ciclo carolingio, aunque no por vía directa, ni estrictamente con el más conocido de esos cantares de gesta, el Cantar (o Canción) de Roldán, sino con otro del mismo ciclo, el Cantar de Fierabrás, de finales del siglo xii, casi un siglo posterior al de Roldán, y de temática muy similar, pero con diferencias significativas. La primera diferencia son los personajes: aparte de Carlomagno y dos de los Pares de Francia, Roldán y Oliveros, cuya relevancia es diferente en los dos cantares, aparecen en el de Fierabrás personajes que no están en el de Roldán. Entre ellos, el Almirante Balán o Balante, emir de Al-Ándalus, cuyo ejército ha robado de Roma las reliquias de la Pasión de Cristo, su hijo Fierabrás, llamado de Alejandría, gigantesco guerrero, su bella hija Floripes, y el gigante Galafre o Galafré. Son también diferentes las localizaciones, y en el Cantar de Fierabrás cabe hasta una relación amorosa entre la bella Floripes y el par de Francia Guy de Borgoña. Y, mientras que en el Cantar de Roldán la batalla principal es la de Roncesvalles, en el de Fierabrás es el combate que mantienen Fierabrás y Oliveros. Como puede verse en el Cuadro I, algunos de los personajes y localizaciones del Cantar de Fierabrás aparecen en los dances de Sena y Sariñena, aunque los nombres se ven alterados por las inevitables corrupciones y deformaciones debidas a la transmisión oral y el paso de los años.

CUADRO I

CANTAR DE FIERABRÁS

DANCES DE SENA Y SARIÑENA

Carlomagno

Carlomagno

Los Doce Pares de Francia.

Entre ellos, Roldán y Oliveros

Los Doce Pares de Francia.

Roldan, Oliveros

El almirante Balán o Balante

El almirante Volante (solo en Sena)

El almirante (en Sariñena)

El puente de Mantible o Mantrible

El puente de Al-Mantible o Almantías

Aguas Muertas

Aguas Mansas

El gigante Galafre o Galafré

El gigante Gallardo (solo en Sariñena)

Personajes y lugares del Cantar de Fierabrás que son mencionados en los dances de Sena y Sariñena

3. La prosificación en castellano del Cantar de Fierabrás y su difusión

El Cantar de Fierabrás, transmitido oralmente durante la Edad Media por juglares y trovadores en lengua francesa y occitana, fue adaptado en prosa y publicado por Jehan Bagnyon en el siglo xv con el título Roman de Fierabras le Géant (Bagnyon 1497). En 1521 aparece la primera edición de la traducción al castellano de Nicolás de Piamonte (o Piemonte), publicada por Jacobo Cromberger en Sevilla con el título Historia del Emperador Carlo Magno y de los doce pares de Francia y de la cruda batalla que hubo Oliveros con Fierabrás, rey de Alejandría, hijo del grande Almirante Balán. Para este estudio hemos consultado la transcripción de la segunda edición, de 1925, del mismo editor (Piamonte 1525)[1]. La obra, a la que en lo sucesivo nos referiremos más brevemente como Historia de Carlomagno, se convirtió en lo que hoy llamaríamos un «best seller», y conoció numerosísimas ediciones, varias de ellas ya en el siglo xvi, tanto en España como en América, incluso una en 1641 en Huesca. También fue traducida al portugués en 1728, y aún en el siglo xx se seguía editando en algunos países de América[2]. Su enorme difusión se debió tanto a su carácter de relato caballeresco breve de lectura rápida –con una temática que estaba en boga en España y Portugal, en la que jugaba un papel fundamental el conflicto religioso entre paganos y cristianos– como al formato que mantuvo en la mayoría de sus ediciones, del tipo de libro de bolsillo, de los llamados «pliegos de cordel»[3], fácil de llevar consigo por trovadores, viajeros, soldados o similares. Pero su alcance no se limitó a las clases populares, sino que también llegó a los más letrados, y prueba de ello son las referencias que encontramos en El Quijote tanto a Carlomagno y los Doce Pares de Francia como al puente de Mantible y al conocido «bálsamo de Fierabrás»[4]. También se derivan de esta Historia de Carlomagno el auto sacramental La Puente del mundo, de Lope de Vega, o la comedia de Calderón La Puente de Mantible (Gumpert 1987). Sin embargo, el interés del libro para nuestro análisis no reside tanto en su calidad literaria sino en su dilatada influencia en públicos sencillos, y así fue reconocido –muy a su pesar– por Menéndez Pelayo, quien lo califica de «librejo» de «estilo vulgar y pedestre»:

Por raro capricho de la fortuna, bien desproporcionado a su mérito, obtuvo, sin embargo, extraordinaria popularidad, que ha llegado hasta nuestros días, puesto que todavía se reimprime como libro de cordel y sirve de recreación al vulgo en los rincones más olvidados de la Península […] este librejo, apodado por nuestros rústicos Carlomagno, que, a pesar de su disparatada contextura y estilo vulgar y pedestre, no sólo continúa ejercitando nuestras prensas populares […], no sólo fue puesto en romances de ciego por Juan José López, sino que inspiró a Calderón su comedia La Puente de Mantible. (Menénez Pelayo 1905: cxxxviii))

Es notable también la versión en romance de octosílabos de Juan José López, a la que alude Menéndez Pelayo, incluida en el Romancero de Durán (1851: 229-245).

También hay que decir que desde el siglo xvi la Historia de Carlomagno fue cambiando, incluso en el título, en función de los intereses de los editores. Y es relevante notar que ya en la primera edición Piamonte sitúa como enemigos de Carlomagno –es decir, de la cristiandad– a los turcos, y no a los moros o sarracenos como en el Cantar de Fierabrás original, lo que concuerda con el hecho de que en los dances aragoneses, cuyos textos se suponen generalmente posteriores al siglo xvi, se habla también de turcos y no de moros, fruto de los cambios en el escenario geopolítico tras la desaparición de los moros de la península y la aparición de la nueva amenaza del imperio otomano.

4. La repercusión de la novela de piamonte en las representaciones de moros y cristianos

Las manifestaciones englobadas bajo el nombre de Moros y Cristianos en la península son muy variadas y tienen notables diferencias, por lo que diversos especialistas han ido proponiendo clasificaciones basadas en diferentes criterios. Entre las más tempranas figura la de Soledad Carrasco Urgoiti, quien distingue entre tres áreas geográficas de difusión de la fiesta: la región levantina, la andaluza y la aragonesa, más focos aislados en Galicia y Castilla (1963: 477). La documentada tesis doctoral de Demetrio Brisset (1980), que analiza los estudios anteriores sobre este tipo de fiestas y pasa revista a un repertorio de más de doscientas, tanto en la península como fuera de ella, representa un punto de referencia muy valioso para estudios e investigaciones sobre el tema, como esta que nos ocupa. Sea cual sea el caso, abundan en la parte literaria de todas las fiestas de Moros y Cristianos los pasajes que contienen desafíos, parlamentos o embajadas entre atacantes turcos o sarracenos y defensores cristianos –habitualmente siguiendo un esquema característico de provocación y desquite–, muchas veces en romance, asociados a un desembarco, una entrada, un ataque, la reclamación de tributos, el robo de imágenes o la interrupción de las fiestas patronales. La Historia de Carlomagno, cuyo trasfondo es la lucha entre los cristianos y «los otros», sean moros o turcos, encajaba muy bien en esa tradición de representaciones de Moros y Cristianos. Por eso, a raíz de su enorme difusión dio pie a multitud de danzas o representaciones dramatizadas, con títulos alusivos a Carlomagno, a los Doce Pares de Francia o incluso a la princesa Floripes, tanto en la península como en América, y hasta en África y Asia, donde conquistadores y misioneros españoles y portugueses habían trasplantado desde el siglo xvi las representaciones de Moros y Cristianos como medio eficaz para llevar a cabo su función evangelizadora y de control político.

Las representaciones de la Historia de Carlomagno fueron mayoritariamente de tipo romanceado, con muy diferentes versificaciones adaptadas por poetas locales, y llegaron a puntos muy dispares de la península, no necesariamente coincidentes con los de tradición de Moros y Cristianos, como eran la zona mediterránea y Aragón. Pero la influencia fue incluso mucho mayor en América, hasta el punto de que la filóloga alemana Gisela Beutler, en un extenso análisis de la penetración de esta obra en dicho continente, llega a calificar el libro de Piamonte como auténtico «libro de texto» de multitud de representaciones al otro lado del océano (1984: 64). En el reciente trabajo recopilatorio La fiesta de Moros y Cristianos en el mundo, José Antonio Alcaraz (2021) pone al día los anteriores recuentos y da cuenta de forma casi exhaustiva del alcance de las representaciones de Moros y Cristianos, llegando a citar 1328 poblaciones, incluidas Sena y Sariñena, en 29 países de América, África y Asia, hasta donde llegó la colonización hispanoportuguesa, aparte de España y Portugal. De estas representaciones, una elevada proporción está constituida por las influenciadas por la obra de Piamonte y que hacen referencia a Carlomagno, a los Doce Pares o a Floripes[5]. Y resulta curioso constatar como en todas partes los poetas locales, que leyeron la novela en prosa, la devolvieron a su origen rimado, como era en el Cantar de Fierabrás. Parafraseando al académico portorriqueño Marcelino Canino Salgado (2010), podríamos decir que devolvieron a la poesía lo que a la poesía perteneció.

Más interés para nuestro análisis presenta el hecho de que, además de generar nuevas representaciones, la Historia de Carlomagno de Piamonte se utilizó para adornar y complementar representaciones ya existentes, y así la materia carolingia contaminó la tradición oral anterior y dio lugar a una curiosa mezcla con referencias y vestigios de Carlomagno y los Doce Pares en algunas composiciones muy anteriores. Es un caso muy habitual en América, pero también vale para algunos dances aragoneses, que en el primer párrafo de este trabajo hemos circunscrito a los de Sena y Sariñena. Relacionado con este punto, en un estudio de 2009 comparando el ritual de las representaciones de asunto carolingio en España y América, y citando el dance de Sariñena, Luis Díaz Viana escribe que «El episodio del desafío de Fierabrás a Carlomagno y la posterior lucha con uno de los Doce pares está presente también en buena parte de los dances aragoneses que han sido recogidos y estudiados por diversos autores» (2009: 1079). También cita aisladamente una frase de Arcadio de Larrea: «Ricardo del Arco me ha dicho en más de una ocasión que cree en una alusión a Carlomagno» (1952: 21). Tal alusión de Ricardo Del Arco está clara, y ya la hemos citado en el apartado 1 como punto de partida, referida a los dances de Sena y Sariñena, pero ni en el mismo Del Arco, ni en Larrea, ni en Beltrán, ni en Brisset, ni en Cancer, ni en ningún otro de los numerosos especialistas que han estudiado el conjunto de los dances aragoneses hemos encontrado otra alusión a la materia carolingia que no sea la de los dances de Sena y Sariñena. Compartimos por ello la opinión de Mercedes Pueyo, quien, en su estudio sobre los dances aragoneses, para el que analizó y comparó más de 70, se pronunció claramente sobre este tema al escribir que «Carlomagno aparece en los Dances de Sariñena y Sena únicamente» (1973: 20), y lo reitera casi cincuenta años después (2022: 18). En la actualidad la nómina de dances en Aragón, vigentes o desaparecidos, asciende a más de 270 (Cancer 2003), y no nos constan alusiones a Carlomagno, Fierabrás[6] o los Doce Pares más que en los de Sena y Sariñena.

A diferencia de lo que sucede en América, y exceptuando el Auto da Floripes, que se sigue representando al norte de Portugal, en la península han ido desapareciendo a lo largo del siglo xx otras representaciones de Moros y Cristianos con materia carolingia de las que se tenía noticia. Tal es el caso, por citar algunos ejemplos, de la Danza de Carlomagno en La Baña, en el Bierzo leonés (Casado 1991), las Relaciones de Castilblanques y Viñuelas, aldeas del municipio valenciano de Cortes de Pallás (Martínez Castilblanques 2018), el Retablo de Moros y Cristianos del barrio del Castillo de Cuenca (Ávila 2016) o la Batalla de Moros y Cristianos de Mouruás, en la comarca orensana de Terra de Trives (González Montañés 2009). De hecho, Demetrio Brisset se refería en una publicación de 1993 al ciclo carolingio como «extendidísimo por todas las Américas, mientras que en España el emperador Carlomagno ya sólo es caudillo en una localidad del Alto Aragón» (1993: 3). Al margen del detalle de que, en realidad, serían dos las localidades, Sena y Sariñena, no tenemos conocimiento de contraejemplos que puedan rebatir la afirmación de Brisset, por muy categórica que nos pueda parecer referida a toda España. Estamos de acuerdo en que las representaciones basadas en la novela de Piamonte están a fecha de hoy muy vigentes en buena parte de América, mientras que en España se han ido perdiendo a lo largo del siglo xx, aunque para algunas existen intentos de recuperación. Lo que sí es meridianamente cierto es que, año tras año, Carlomagno y los Doce Pares de Francia siguen presentes en la representación del dance de Sariñena cada 2 de septiembre y en el de Sena cada 2 de octubre.

5. La conexión de la materia carolingia con los dances de Sena y Sariñena: el pasaje del reto o desafío

Vamos a abordar ahora el nudo del análisis que nos ocupa: la influencia de la Historia de Carlomagno de Piamonte en los dances de Sena y Sariñena, relacionada con una de las escenas más populares del libro, la del llamado reto o desafío. En este pasaje, Fierabrás se planta ante el real de Carlomagno, en el lugar llamado Mormionda, y desafía a los Pares de Francia para combatir con ellos, sean dos, tres, cuatro o todos a la vez, sin encontrar inicialmente respuesta. Es el preludio del combate que tendrá lugar unos capítulos más adelante entre Fierabrás y Oliveros, y la única escena del libro que veremos introducida en los dances de Sena y Sariñena, al margen de alusiones aisladas a personajes o a lugares de la novela.

Para poner de manifiesto la relación entre La Historia de Carlomagno de Piamonte y algunas representaciones de Moros y Cristianos basadas en ella, incluidos los dances de Sena y Sariñena, el Cuadro IVa muestra algunas versificaciones populares basadas en la escena del desafío, de procedencias muy dispares, tanto de España como de América, incluyendo la del dance de Sena (prácticamente idéntica a la del de Sariñena), y a continuación el Cuadro IVb muestra igualmente el fragmento del capítulo XII de la obra de Piamonte que corresponde al pasaje del desafío, en prosa, y que es la fuente de la que derivan las versificaciones del Cuadro IVa.

La semejanza textual de todos los fragmentos en verso mostrados indica una relación evidente entre ellos, tan evidente como el hecho de que todos derivan del fragmento en prosa, anterior en el tiempo. Incluso en los detalles, nótese también, en casi todos los ejemplos en verso, la coincidencia de que quien lanza el desafío –el general turco en Sena y Sariñena– se toma un respiro y se sienta, fatigado, al final o en mitad de su arenga, lo mismo que hace Fierabrás en el original en prosa. Y en el léxico, aun sin valor probatorio es sintomática la coincidencia del adjetivo «digno/indigno», aplicado a Carlomagno tanto en la novela como en los textos de Sena y Sariñena, o el adjetivo «cruda», que acompaña a «batalla», presente igualmente en ambos textos y repetido hasta la saciedad en la obra de Piamonte, ya desde el título ([…] la cruda batalla que hubo Oliveros con Fierabrás) y más de 20 veces a lo largo de la obra. No parece necesario abundar en más argumentaciones para admitir que las alusiones carolingias de los dances de Sena y Sariñena, al igual que las del resto de los ejemplos del Cuadro IVa, proceden de la Historia del Emperador Carlomagno de Piamonte (Cuadro IVb).

De hecho, se puede encontrar alguna alusión explícita a la relación de la novela con los dances de Sena y Sariñena, aparte de la ya citada de Díaz Viana, en una investigación de la alemana Gisela Beutler, autora de un amplio estudio sobre los Moros y Cristianos de la zona mexicana de Puebla (1984). El estudio se centra en los textos, y más particularmente en los romances. Al explorar la evolución de las representaciones a ambos lados del Atlántico, en su comparación de romances relativos al episodio del reto o desafío, pone de manifiesto la similitud de algunos de los que allí encuentra con el dance de Sena. He aquí la cita:

Hemos encontrado una forma muy parecida en España. Si comparamos el texto del Dance de Sena (Altoaragón) que publicó Ricardo [del] Arco y Garay en 1943, vemos que el diálogo entre el General Cristiano y el General Turco sigue con gran detalle el desafío entre Fierabrás y Oliveros en la novela de Nicolás de Piamonte. Se mencionan además el «puente de Almantías», «Aguas Mansas» o el «Almirante» (Beutler 1984: 76-77)

Beutler argumenta una posible explicación –bastante evidente– para esta semejanza: «se trataría más o menos del uso de las mismas fuentes, que pudieran provenir del romancero español o de otros asuntos de alcance común» (1984: 71). Está claro que «las mismas fuentes» son en este caso la novela de Piamonte, lo que viene a corroborar, desde una publicación alemana y pasando por América, la hipótesis que venimos exponiendo sobre la influencia de dicha novela en los dances de Sena y Sariñena.

6. La materia carolingia en los dances de sena y sariñena: desde su introducción hasta las representaciones actuales

Una vez establecido que la materia carolingia introducida en los dances de Sena y Sariñena procede de la Historia de Carlomagno de Nicolás de Piamonte, cabe preguntarse el porqué de esa contaminación. La introducción de nuevos materiales en los dances no es extraña, y ha sido apuntada por diversos especialistas en la materia, en general y en casos de dances concretos. Mercedes Pueyo ya escribe sobre los dances que era inevitable que «gentes de unos y otros pueblos copiasen y adaptasen lo que encontraban de su agrado, mejorando o simplemente añadiendo o ampliando lo que tenían» (1973: 137). De forma similar, Lucía Pérez García-Oliver, en su estudio sobre el dance de Alcalá de la Selva, apunta en general sobre los dances que «los recitados de las soldadescas proceden de adaptaciones realizadas por un erudito local –con frecuencia el sacerdote– a partir de, en muchos casos, la literatura de cordel o de copias manuscritas que sirvieron de fundamento a la transmisión oral» (1984: 45). Introduce aquí dos alusiones que resultan relevantes para el análisis que nos ocupa: una, bastante frecuente, a eruditos locales, a menudo clérigos, que modificaron repetidamente los textos de los dances, y otra, a la literatura de cordel, que es el caso de la novela de Piamonte. También Jesús Cancer, en su obra sobre el dance de Sena hace notar que en los últimos años 50 del pasado siglo algunos textos del dance diferían de los que anotó Mosén Rafael Gudel (1934a, b, c), debido a las variaciones introducidas por el párroco de la época (Cancer 1998: 123). En la actualidad se ha vuelto a los textos de principio del siglo xx. En este caso de Sena hay que reseñar que la contaminación carolingia se produjo solo en el dance del Ángel Custodio, que se representa cada 2 de octubre, mientras que en el dance de la Virgen del Rosario, que se representa cada primer domingo de octubre, no se aprecia contaminación alguna. Y abunda Jesús Cancer en las ideas que venimos exponiendo:

[…] entrevemos de continuo la huella dejada por las alteraciones inevitables de la transmisión verbal y la intervención de personas con muy distinta instrucción a lo largo del tiempo. […] La intervención de los generales de ambos bandos dona a la letra el carácter épico y guerrero propio de la novela caballeresca, donde aparecen repetidas referencias a personajes y lugares míticos. (Cancer 1998: 90-91)

Centrándonos en el pasaje del reto, Demetrio Brisset escribe, refiriéndose en general a las representaciones de Moros y Cristianos en el siglo xvii:

Y para enfatizar lo épico-religioso, se contaba con varios modelos dramáticos de honda raigambre. […] Emotivamente, los más populares parecen haber sido los cantares de gesta carolingios, con su vibrante reto entre el conde Oliveros y el blasfemo gigante Fierabrás… (Brisset 1997: 81)

Sobre otra obra deudora de la novela de Piamonte, las Relaciones de las aldeas de Castilblanques y Viñuelas, escribe Vicente Martínez:

Estas relaciones eran una obra viva, en la que el texto clásico se revisaba con frecuencia por los directores, poetas locales o copistas, los cuales agregaban personajes y acontecimientos históricos sin el menor rigor, y realizaban las correcciones oportunas para adaptarlas al lugar. También introducían parlamentos copiados literalmente de otras obras clásicas, por lo que es muy frecuente encontrar versos que nada tienen que ver con el resto. (Martínez Castilblanques 2018: 417)

Existe, además, otro caso similar bien cercano a Sena y Sariñena: el del dance de Pallaruelo de Monegros, del mismo grupo y muy parecido a ambos, sobre todo al de Sariñena, del que Antonio Beltrán dice que «en los largos parlamentos aparecen menciones a la mitología que explican la intervención de un erudito en la composición» (1982: 96).

De acuerdo con lo que venimos exponiendo, parece plausible suponer como hipótesis que en un momento dado entre los siglos xvii y xix algún erudito, letrado, o quizás clérigo, introdujo la materia carolingia aportada por la obra de Piamonte en los dances de Sena y Sariñena o, más probablemente en uno de los dos, desde el cual se transmitió también al otro. A diferencia de otros casos que hemos reseñado en el apartado 4, en los que la Historia de Carlomagno era la base para una nueva representación, en este caso se introdujo amalgamándola con lo que ya había en ambos dances. Sustenta esta tesis el hecho de que, siendo muy similares varios de los dances de Monegros, no se observe contaminación carolingia más que en los de Sena y Sariñena, aun cuando la trama de todos es muy similar. Ello permite suponer que la materia carolingia se incrustó en estos dos dances sobre el sustrato común, que ya existía previamente.

En esta trama previamente existente, tras el diálogo de pastores, uno de estos advierte de la cercanía de un ejército al mando del general turco; tras embajadas y parlamentos con intercambio de pliegos, la cuestión –la reclamación de unos tributos no pagados, o la recriminación por estar celebrando unas fiestas patronales sin el preceptivo permiso del general turco– desemboca en un enfrentamiento armado –danzado en este caso– de las tropas cristianas contra las infieles, batalla que concluye con la intervención del Ángel, la derrota de los infieles y su conversión al cristianismo. Sobre este esquema, como hemos dicho bastante común en varios dances aragoneses, se introdujo de forma explícita y romanceada, con intención muy probablemente ornamental, el desafío de Fierabrás a Carlomagno, justo antes de la reclamación del tributo, sin importar que los personajes citados, Carlomagno, Roldán, Oliveros o los Doce Pares no tuvieran que ver con el tema de fondo. El desafío –reproducido en el Cuadro IVa– es recitado por el general turco, que se sitúa en el papel de Fierabrás, por lo que su bravata, igual que en el original, está dirigida a Carlomagno, emblema de la cristiandad, aunque debería dirigirse al general cristiano del dance.

Con posterioridad al pasaje del desafío, que ocupa el capítulo XII en la novela de Piamonte, entre los capítulos XVIII y XXV se desarrolla –a caballo y a pie– el largo combate entre Fierabrás y Oliveros, durante el cual se suceden los diálogos entre ambos paladines, intentando cada uno convertir a su fe al otro.

El cuadro V da una fugaz muestra de los argumentos que se intercambian Fierabrás y Oliveros, similares a los que se cruzan los generales turco y cristiano en los dances de Sena y Sariñena. Sin embargo, sería muy aventurado –a falta de pruebas más explícitas– ver en este paralelismo otra constatación de la contaminación de la novela de Piamonte, ya que los diálogos basados en el tema de la conversión de un moro o turco derrotado por un caballero cristiano son comunes, no solo a gran parte de los dances aragoneses, sino también a todo tipo de representaciones de Moros y Cristianos, tanto en la península como fuera de ella. Es más lógico suponer que estos diálogos formaban parte en Sena y Sariñena del sustrato preexistente.

Del resto de la trama de la novela de Piamonte no creemos que hubiera más incrustaciones textuales, aunque sí algunas alusiones a otros pasajes, hoy escasamente reconocibles en el diálogo entre el rabadán y el general turco previo a la batalla, como veremos a continuación. Para ponernos en situación, enumeremos brevemente los pasajes de la novela que tienen algún reflejo en los dances analizados, aparte del del reto. Con posterioridad al combate entre Oliveros y Fierabrás, Oliveros es hecho prisionero por los infieles, junto con otros cuatro de los Pares, y son trasladados a la fortaleza de Balán, en el lugar llamado Aguas Muertas. Para acceder a la fortaleza es preciso pasar por el puente de Mantible, defendido por el temible gigante Galafre, a las órdenes de Balán. La novela nos refiere que, al hacerse cargo de los prisioneros, el carcelero «encarcelolos en una escura torre […] y metiolos por arriba y hízolos abajar por una escalera de manos, y después tiró la escalera arriba y cerró una trampa de fierro con tres candados» (Suárez Figaredo 2020: 47). Y, más adelante, ya muy avanzada la novela, Fierabrás, convertido ya a la fe cristiana y atacando junto a Carlomagno la fortaleza de Aguas Muertas, presenta al emperador –tratando de salvar la vida de su padre, el almirante Balán– el ruego que transcribimos en la versión romanceada de Juan José López:

— Muy poderoso señor,

Solo una merced te ruego:

Que divulgues en tu real

Que cualquiera caballero

Que se encuentre con mi padre

No le dé muerte, que quiero

Ver si puede ser cristiano. —

(Durán 1851:240)

Estas alusiones a la novela están reflejadas, de forma sucinta y aislada, en los pasajes de los dances de Sena y Sariñena que muestra el Cuadro VI, lo que sirve para ejemplificar el proceso sufrido por muchos otros dances aragoneses en los que, a falta de registros escritos –como mucho, cuadernos copiados a mano repetidamente– la transmisión oral produjo, al transcurrir los años, corrupciones y degeneraciones en los nombres, sobre todo en los cultismos, y mezclas y pérdida de significado en las citas.

Así, la alusión a la prisión de los caballeros se puede entrever en la frase «debajo la trampa preso», de Sena, que recoge el carácter de pozo –al que hay que bajar– de la prisión del texto original, y su cierre con «una trampa[7] de fierro». En Sariñena es «cogido en la trampa preso». En cuanto al ruego de Fierabrás para que se respete la vida de su padre el almirante, confundido con el general, está bastante explícito en los fragmentos mostrados, aunque totalmente desligado y sin relación con el contexto del resto del dance.

Por lo que respecta a las localizaciones, se mezclan en los dances de Sena y Sariñena lugares geográficos o históricos reales, como La Valle los Arnales, Urgellet, Sena, Sigena, Sariñena o Albalatillo con otros ficticios procedentes del Cantar de Fierabrás y evolucionados por la transmisión oral, como el puente de Almantías o Aguas Mansas. En cuanto a los personajes, Carlomagno, Roldán y Oliveros se citan textualmente a pesar de tener poco que ver con la reclamación del tributo, como ya hemos indicado. El almirante Balán, que comanda las tropas sarracenas en la novela, ha acabado siendo en Sena el almirante Volante. Sobre el tema del almirante o almirantes, en los dances que analizamos se intercambian pliegos «de parte del almirante» o se alude a este indistintamente, con la participación del rabadán, como si hubiera un almirante en cada bando, sin que se especifique si es el mismo o no, mientras que, por otra parte, dichos almirantes asumen el papel de los generales turco y cristiano.

Los textos mostrados en el Cuadro VI permiten también constatar, al margen de la evolución ya analizada de las incrustaciones carolingias, las diferencias en pasajes de origen común entre dos dances de poblaciones muy próximas entre sí, como son Sena y Sariñena. Ambos textos se han tomado de Ricardo del Arco (1943), aunque para el correspondiente a Sena este autor se limita a reproducir una transcripción anterior de Gudel (1934a), introduciendo, por cierto, ligeras correcciones ortográficas. Los fragmentos muestran, como se ve, evidentes diferencias de fondo y forma. El rabadán sirve en Sena «al almirante Volante», pero en Sariñena lo hace «al gigante Gallardo», aunque en ambos casos se añade «que es un noble caballero». En el puente de Almantías o Al-Mantible hay en Sena cuatro mil caballeros, que se convierten en doce mil en Sariñena. Aunque lo que resulta más curioso es constatar que lo que en Sena ha acabado «bajo de Aguas Mansas», en Sariñena está «encima de Aguas Mansas». Y en Sena el que está preso es un cierto general, pero en Sariñena es el mismísimo gigante Gallardo –el Galafre de la novela–, que ha pasado de guardián del puente a estar «cogido en la trampa preso».

Como estamos viendo, la incrustación de la materia carolingia en los dances de Sena y Sariñena, ha devenido actualmente en una curiosa amalgama de lugares reales y ficticios, y de personajes que estaban previamente en los dances con los introducidos por la materia carolingia. Y todo ello, desfigurado por la corrupción y degeneración asociada a la transmisión oral. El resultado es que el conjunto que lo que hoy observamos resulta algo desordenado y la comprensión de algunos pasajes, como los reproducidos en el Cuadro V, se hace dificultosa, por carecer, además, de relación con el resto de la trama del dance.

Para finalizar diremos que esta evolución asociada a la transmisión oral ha sido analizada por la etnolingüista francesa Jeanine Fribourg, quien realizó a lo largo de varios años un trabajo de campo en Sariñena y Sena, y en su obra Fêtes et Littérature Orale en Aragon (1996) compara los primeros textos transcritos de la parte fija de los coloquios de los dances de ambos pueblos con los recogidos por ella en 1976, 1978, 1980 y 1982 y constata las variaciones registradas. El capítulo correspondiente de la traducción al castellano lleva así el elocuente título de «La variabilidad debida a la enunciación» (Herrando 2000: 202-213).

7. Conclusiones

Llegados a este punto, creemos contar con la suficiente fundamentación para establecer dos conclusiones sobre la relación de los dances de Sena y Sariñena con el ciclo carolingio:

  1. Existe, efectivamente, una conexión entre los fragmentos de estos dances que aluden a Carlomagno y los Doce Pares de Francia y los cantares del ciclo carolingio, aunque no con el Cantar de Rolando, sino con el Cantar de Fierabrás, algo posterior, de finales del siglo xii.
  2. La conexión no es por vía directa, sino a través de la novela del siglo xvi Historia del Emperador Carlo Magno, y de los doce pares de Francia y de la cruda batalla que hubo Oliveros con Fierabrás, rey de Alejandría, hijo del grande Almirante Balán, de Nicolás de Piamonte, traducción de una prosificación francesa del Cantar de Fierabrás del siglo xv. Algunos fragmentos de esta novela se introdujeron en ambos dances, con propósito ornamental, en una fecha posterior al siglo xvi.

Para terminar, sucede con esta investigación lo mismo que con la mayoría de las que se acometen, a mayor o a menor escala, para resolver una determinada conjetura: la obtención de resultados o conclusiones suele ir aparejada a la aparición de nuevas cuestiones a investigar, a veces incluso de mayor calado que las iniciales. En este caso tales cuestiones podrían referirse a quién o quiénes introdujeron en los dances de Sena y Sariñena, con pretensión ornamental, los fragmentos de la novela de Nicolás de Piamonte que hemos analizado, en qué momento lo hicieron, y, no menos relevante, por qué razón estas alusiones a la materia carolingia solo aparecen en estos dos dances de Sena y Sariñena, sin haberse propagado a los demás de grupo – ni a ningún otro de los aragoneses–, siendo tan similares entre sí los dances del grupo monegrino. Queda en pie para futuras investigaciones.




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NOTAS

[1] Existen ediciones recientes de la obra en soporte electrónico, con introducción y notas, por ejemplo la de Olea (2019), o la de Suárez Figaredo (2020), que es la que hemos consultado.

[2] Carlos Gumpert (1987: 74) ha localizado más de 120 ediciones, 12 de ellas en el siglo xvi. Por su parte, Marcelino Canino (2010) recogió versiones en Argentina, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, México, Panamá, Guatemala y Venezuela, y conocía otras en tagalo, la lengua natural de las Filipinas. Y, según testimonios recogidos por Julio I. González Montañés (2009), todavía a mediados del siglo xx era frecuente la existencia de un ejemplar de la Historia de Carlomagno en las casas campesinas gallegas.

[3] Según Maximiano Trapero (2001: 77) «seguramente, ninguna historia ha sido tan reimpresa y tan difundida a través de pliegos de cordel como la historia de Carlomagno y sus Doce Pares de Francia.»

[4] Según la leyenda que relatan el Cantar de Fierabrás y la novela de Piamonte, las tropas comandadas por el rey sarraceno Balán y su hijo el gigante Fierabrás conquistaron Roma y robaron las reliquias de la pasión, entre ellas dos barriles con los restos del bálsamo con el que fue ungido el cuerpo de Jesucristo, que tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía. Las tropas de Carlomagno iban a su encuentro para recuperar las reliquias, cosa que consiguieron tras muchas vicisitudes, entre otras la victoria en combate de Oliveros sobre Fierabrás y la conversión de este al cristianismo.

[5] En el trabajo de Francesc Massip (2021) puede consultarse una muy pormenorizada descripción de las representaciones de Los doce Pares de Francia, en Tlalnepantla (Morelos, México), y del Auto de Floripes de Santo António (São Tomé y Príncipe).

[6] A título de curiosidad, indicaremos que la palabra «fierabrás» sí que aparece en algunos dances aragoneses. No se trata de una alusión directa al personaje de la materia carolingia, sino al sustantivo al que dio pie, hoy en desuso, pero que recoge el diccionario de la RAE: «m. y f. coloq. Persona grande y fuerte, especialmente la fanfarrona y jactanciosa». Aparece, por ejemplo, en una pastorada de Besians de 1799 (Pueyo 1973: 212), y en el dance de Ambel (Gracia y Aragón 2006: 94).

[7] Se utiliza aquí la segunda acepción del diccionario de la RAE para la voz «trampa»: Puerta en el suelo, para poner en comunicación cualquier parte de un edificio con otra inferior.




CUADRO IVa

—¿A dónde estás, Carlo-Magno?

Que hoy un solo caballero

Viene a pedirte campaña:

Envíame aquí a Oliveros

O al valeroso Roldan,

Que yo hasta seis los espero,

Y les mantendré batalla

Hasta que dé fin de ellos.

Viendo que nadie salía,

Determinado y soberbio

Se tendió al pie de un árbol,

Y se desarmó al momento,

Y tendido como estaba

Decía con gritos fieros:

—Carlo-Magno, ya has perdido

Tu fama y honor a un tiempo,

Que hasta agora has ganado,

Pues que a solo un caballero

Que está pidiendo campaña,

No le dais el cumplimiento.

Romances de Carlo-Magno y de los Doce Pares de Francia,

Juan José López

(Durán 1851: 229-230)

¡Oh, doce Pares de Francia!

¿Adónde está nuestro esfuerzo?

¿Adónde está ese Roldán?

¿Adónde está ese Oliveros,

Ricarte de Normandía*

y todos sus compañeros?

Vengan, aquí los aguardo.

¿No me responden, cobardes? […]

Cobardes, aquí os aguardo,

Solo me hallo en este puesto.

Vengan uno, vengan dos

o vengan ciento que os prometo

darles a todos muerte

con este luciente acero;

Moros y cristianos de Teotihuacán, México (Gamio 1922: 351)

“Carlomagno aquí estoy yo

hombre cobarde y traidor,

tú no tienes corazón

ni virtud para tu puesto

Vamos a difinir esto (e)

Cuanto más pronto mejor.

Envíame dos o tres

-le decía Fierabrás-

o cuatro de los mejores,

que desafío tus varones

sin envidia ni revés.

Batalla yo quiero, pues,

ya que estoy en el trayecto

a Roldán y a Olivero presos,

a Fietrí, a Uger de Danoi.

Mira, Carlomagno, estoy

un hombre solo en el puesto.

Eres cobarde en los tuyos

indigno te nombraré

no eres caballero, pues,

para demostrar orgullo.

Hoy los reinos que son tuyos

No los mereces, por cierto,

Dame batalla muy presto

que en este árbol estoy tendido

hasta el yelmo aborrecido

por estar pensando en esto”.

Décimas por Carlomagno.

De la tradición oral en Puerto Rico (Canino 2010: 727-728)

Salga el valiente Roldán

con sus brillantes aceros,

salga también Oliveros

con espada y estandarte,

salga Borgoña y Ricarte,

y ese viejo de Recner!

¿Qué aguardan, por qué no salen?

Ya es tiempo que a Dios aclamen!

¿Qué aguardas tú. viejo Naimes?

¿No es tu valor eficaz?

¿Carlomagno, dónde estás?

¿No eres tú tan valiente?

Historia de Carlomagno de Acatlán, Puebla, México (Beutler 1984: 76)

Carlomagno, ya has perdido

todo tu honor y tu fama

que antes habías ganado,

mas por Mahoma te juro

que he de pregonar a voces

tu cobardía por el mundo.

Carlomagno, Carlomagno,

pues que tan nombrado eres,

¿cómo a salir no te atreves

a pelear con Fierabrás? […]

Salga el ejército todo,

si uno no vos atrevéis,

enviarme aquí a Roldán,

o al valeroso Oliveros,

que deseo el conocerlos.

En aqueste suelo duro

pienso de atar mi caballo.

Aquí quiero descansar

a ver si vien d’ alguno

para conmigo pelear,

que aunque vengan mil cristianos

conmigo los he de llevar.

(Hay una silla y un árbol y se sienta Fierabrás en la silla)

Danza de Carlomagno, La Baña, León

(Casado 1991: 316-317)

¡Oh Carlos Magno!

¡Oh indigno de toda reverencia!

¿A dónde están tus caballeros

que no vienen en presencia?

Ese Roldán de Oliveros,

los doce pares quisiera,

para dar cruda batalla

aunque en el campo muriera;

¿aún no venís?¡ya no vendréis!

¡De agrado me mataría!

si no fuera por el gusto de Mahoma,

aunque desesperado muriera.

A la sombra de este árbol

sentarme quiero,

que vengo muy fatigado,

y en puras llamas me enciendo.

(Se sienta debajo del árbol colocado en la plaza) […]

¿Oh mi alfanje! ¡Qué buen pruebo si fuera,

en la cabeza de estos hombres soberbios!

¡Oh Carlos Magno! ¡hombre cobarde y sin virtud!

si no sales a dar batalla en este día,

he de publicar por el mundo tu cobardía.

Dance de Sena (Gudel 1934a: 13)

* Ricarte (o Recarte) y Borgoña de Normandía, Thierry y Oger de Danois son, igual que Roldán y Oliveros, miembros de Los Doce Pares de Francia. Recner es el padre de Roldán, y Naimes es el anciano consejero de Carlomagno.




CUADRO IVb

[…] ¡Oh emperador Carlo Magno, hombre cobarde y sin ninguna virtud, envía a un hombre solo que espera la batalla dos o tres o cuatro de los mejores de tus barones, sea Roldán y Oliveros, Tierry y Oger de Danois, que te juro a mis dioses de no les volver la cara aunque sean seis! Cata que estoy en el campo solo y muy alejado de los míos; y si esto no faces, por todo el mundo publicaré tu cobardía y de los tuyos, no dignos de ser llamados caballeros. Toviste osadía de acometer la morisma y de ganar reinos y provincias: ten, pues, esfuerzo de dar batalla a un solo caballero.

Esto dicho, ató su caballo a un árbol y se quitó el yelmo y se tendió en el suelo, e dende a poco alzó la cabeza mirando a todas partes si venía alguno, y desque no vido ninguno, dando mayores voces comenzó a decir:

—¡Oh Carlo, no digno de la corona que tienes! ¿Con un solo caballero moro pierdes la honra que en grande multitud de moros muchas veces has ganado? ¡Oh Roldán y Oliveros y tú Oger de Danois y los que vos llamáis Doce Pares, de quien tantas hazañas he oído, ¿cómo no osáis parescer delante un solo caballero? ¿Habéis por aventura olvidado el pelear, o vos face miedo mi lanza? ¡Venid, venid todos los Doce Pares, pues uno a uno no osáis!

Historia del Emperador Carlomagno […] (Suárez Figaredo 2020: 27)




CUADRO V

[Oliveros a Fierabrás:]

Y no dilates más, ca nuestra batalla no se escusa salvo con esta condición: que dejando tus ídolos rescibieses baptismo y tuvieses la creencia que nós los cristianos tenemos; y si esto faces, tendrás por buen amigo al emperador Carlo Magno, y a don Roldán por especial compañero, y yo te prometo de nunca dejar tu compañía.

General cristiano.--

General turco,

si vinieras en acuerdo

y tomaras mis consejos,

¡cuánto mejor que te fuera!

que dejaras a tus dioses

y tus leyes embusteras […]

Si creyeras en Dios Padre,

Criador del Cielo y Tierra,

Y recibieras Bautismo,

¡oh cuanta alegría me dieras!

Te querría como hermano,

como amigo te sirviera;




CUADRO VI

DANCE DE SENA

DANCE DE SARIÑENA

Rabadán.--

Gral. Turco.-

Rabadán.--

En el puente de Almantías

hay cuatro mil caballeros

muy escogidos y armados,

muy valientes y soberbios;

el Almirante manda esto,

que si salís al encuentro,

no matéis al general,

que yo por bueno lo tiengo,

que está bajo de Aguas Mansas

debajo la trampa preso.

Dime, repatán pequeño,

¿a quién sirves contento?

Al Almirante Volante,

que es un noble caballero.

Noble Primero.--

Turco.--

Repatán.--

En el puente de Almantías*

hay doce mil caballeros;

son preferidos y armados,

son armados muy soberbios,

y si salís al encuentro,

no matéis al general,

que yo por bueno lo tengo.

Oye, repatán pequeño:

¿a quién sirves tan contento?

Es al gigante Gallardo,

que es un noble caballero,

que está encima de Aguas Mansas,

cogido en la trampa preso.

Fragmentos del dance de Sena (Arco 1943: 166-167) y de Sariñena (Arco 1943: 210)

* En trascripciones posteriores se cita como Al-Mantible en lugar de Almantías (Trallero 2020: 122).



Carlomagno y los doce pares de Francia en los dances altoaragoneses

CAVERO BARREU, Antonio

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 499.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz