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Revista de Folklore número

196



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EL RABEL EN LA RIOJA

ASENSIO GARCIA, Javier

Publicado en el año 1997 en la Revista de Folklore número 196 - sumario >



1. INTRODUCCIÓN

Las mejores informaciones sobre el rabel en La Rioja provienen de los hijos del tío Celestino de Viniegra de Arriba y otros vecinos del pueblo que lo conocieron. Celestino Lázaro fue el último rabelista de entidad que hubo en la provincia. Falleció en 1935.

De sus hijos y antiguos convecinos hemos podido recabar la mayor parte de la información sobre el instrumento, la forma de tañerlo y, sobre todo, los temas que cantaba. Estos datos los completan informantes de localidades próximas a Viniegra de Arriba que conocieron el rabel y algunas citas sobre el particular, que suelen ser muy escuetas.

Baste decir que la única referencia bibliográfica de cierta relevancia es la de Kurt Schindler en su obra Música y Poesía Popular de España y Portugal (1), quien incluye en su repertorio la canción de la Loba Parda, recogida en 1930 de labios del tío Celestino. La mayoría de las alusiones posteriores son citas del músico alemán.

2. REFERENCIAS HISTORICAS

Casi unánime es la opinión de que la cultura islámica introdujo el rabel en España. Durante la edad media un modelo de instrumento de factura refinada fue asumido por las clases nobles. Las ilustraciones del rabel morisco que aparecen en las Cantigas de Alfonso X son buen ejemplo. De su esplendor en el medievo da fe la repetida presencia del mismo en la imaginería románica y gótica. En el altar mayor de la catedral de Santo Domingo de la Calzada encontramos una escultura del Rey David tañendo un rabel, curiosa por cuanto la iconografía habitual de este personaje bíblico es la de músico de arpa.

Ya en el siglo XIV coexistía junto a este modelo de rabel otro de factura más rústica. De esa época son las valiosas tablas de San Millán de la Cogolla, custodiadas en el Museo de La Rioja. Entre varios instrumentos que aparecen en ellas hay dos modelos de cordófonos frotados, uno corresponde al tipo de rabel refinado. El otro modelo es de factura rústica, concretamente tres ejemplares tocados por ángeles músicos, muy similares a los rabeles conservados hasta la actualidad en ambientes pastoriles. En el siglo XIV ya se había implantado en la cultura pastoril ese modelo rústico. Su presencia en las tablas que representan la vida de San Millán se enmarca dentro del paralelismo simbólico pastor de ovejas/pastor de almas, tan frecuente en las hagiografías cristianas. En ellas se representa un pasaje de la vida del Santo cuyo recuerdo se ha conservado en la tradición cristiana durante siglos. En su retiro eremítico San Millán se entretenía tocando un instrumento, hasta que un día, mágicamente dormido por el embrujo de sus notas, tuvo en el sueño la inspiración divina de abandonar aquella vida apartada y dedicarse plenamente a guiar la vida de los demás. San Millán, que había sido pastor de ovejas, se convirtió, así, en pastor de almas.

Esta representación del santo como pastor músico debió forjarse no mucho antes de que fuesen pintadas las tablas de San Millán. De hecho, su biógrafo, el obispo zaragozano San Braulio (siglo VII), quien conoció de primera mano la vida del santo riojano no describe el pasaje del sueño musical en su Vita Santi Aemiliani.

En 1701 Fray Matheo de Anguiano, autor del Compendio Historial de La Rioja, de sus Santos y Milagrosos Santuarios se hace eco del pasaje musical anterior, poniendo el rabel en manos del santo: "Su juventud la gastó guardando ovejas y que para divertirse honestamente el ánimo en la soledad de los montes solía tocar el rabel. Un día entre otros tomó este instrumento y recogido el ánimo con la suavidad del, le sobrevino un dulce sueño, en el qual fue tan ilustrado de Dios, que luego, y sin dilación, trató de darse todo al exercicio de las virtudes y a emprehender la perfección Evangélica, y dexó el oficio de Pastor" (2).

Citas del rabel en la literatura española están presentes a lo largo de los siglos. Circunscribiéndonos al ámbito riojano diremos que Gonzalo de Berceo (1180?-1250) habla de la giga, junto con otros instrumentos, en sus Milagros de Nuestra Señora:

Non serié organista nin serié violero
nin giga nin salterio nin mano de rotero,
nin estrument nin lengua nin tan claro vocero
cuyo canto valiesse con esto un dinero (3).

La giga vuelve a aparecer en El Duelo de la Virgen (4). Giga y rabel son un mismo instrumento. A partir del siglo XIII el nombre de giga cae en desuso y se generaliza el de rabel.

La obra literaria de Fernán López de Yangüas (1487-1552) pertenece al mismo género pastoril que popularizaron Juan del Enzina, Lucas Fernández, etcétera. En la introducción a una de sus obras dice ser de la tierra de la Condesa de Aguilar, antiguo señorío de los Cameros, a caballo entre las actuales provincias de Soria y La Rioja, al que perteneció la villa soriana de Yangüas, localidad que pudo ser la cuna del escritor. En su obra es continua la imagen de bondad, nobleza y humildad inherentes a la actividad pastoril. A López de Yangüas se le considera un pionero en la creación de los autos sacramentales, al traspasar la estructura tradicional de los autos navideños a las nuevas representaciones dramáticas de la fiesta del Corpus. El rabel, junto con otros instrumentos típicamente pastoriles, aparecen citados en sus Égloga de la Natividad, Farsa del Mundo y Moral, etcétera (5).

Coetáneo a López de Yangüas fue el Bachiller de la Pradilla, seudónimo de Fernando del Prado (c.1461-c.1525). Natural de Pancorbo (Burgos), estuvo muy vinculado a La Rioja. Vivió en Santo Domingo de la Calzada, donde enseñaba gramática, poesía y retórica hacia 1518. Alguna de sus obras fue impresa en Logroño y escribió, entre otras, unas Coplas sobre la Elección del Obispo de Calahorra. De sus obras destaca el drama titulado Égloga Real sobre la venida a España del emperador Carlos V, que fue estrenado en Valladolid en 1517. En el preámbulo -después de mencionar un milagro obrado por gracia de Santo Domingo de la Calzada- se presentan cuatro pastores, de los que uno dice:

Yo soy Telefo muy rudo,
el cuñado de Pascual,
y aunque vengo de sayal,
tienenme por gran letrudo
en mi aldea.
Vengo a besar las manos
al mayor qu'en los humanos
hora sea.
Y vienen conmigo tres
zagales en compañía;
el uno con chirimía,
los dos con sendos rabés
a tañer
un gran rato en gasaxado,
a contar su grande estado
y gran poder (6).

Lo que aquí se observa no es sino una constante en la literatura de aquellos siglos, la presencia del rabel en obras de estilo pastoril.

3. LOCALIDADES E INSTRUMENTISTAS

El área geográfica riojana donde se ha tocado el rabel coincide con las sierras montañosas del sudoeste de la provincia, origen de la cañada soriana occidental, por la que durante siglos han discurrido los pastores trashumantes con sus ganados. A estas sierras del sistema ibérico central pertenecen los pueblos del norte de Soria y limítrofes de Burgos, con marcados rasgos históricos y culturales comunes.

La vinculación del rabel con la cultura pastoril en España se evidencia en el hecho de que el instrumento se haya conservado de forma exclusiva en los puertos o sierras de origen de las cañadas de los antiguos reinos de Castilla y León y en las dehesas de invierno meridionales.

Viniegra de Arriba

El ya mencionado Celestino Lázaro fue el último rabelista de Viniegra de Arriba, pero aunque el recuerdo de los viniegreses no llega más allá de este músico, en el pueblo se conservan dos rabeles muy antiguos que no fueron de su propiedad. Según palabras de algunos vecinos, recordando lo que decían sus abuelos, "antiguamente todos los pastores tenían su rabel".

Viniegra de Abajo

Los más ancianos del pueblo -desgraciadamente sólo ellos y son pocos los que quedan- se acuerdan de Salvador Espiga y de su mujer la tía Vicenta. Uno tocaba el rabel, la otra cantaba. Por lo que recuerdan debían hacerlo tan bien que dicen "oírlos era una maravilla". Hasta un poeta local se inspiró y les compuso una copla, famosa durante decenios:

Subimos por Malmaterna
bajamos por Erador
y cantaba la Tía Vicenta
al rabel de Salvador (7).

El recuerdo se difumina tanto que, con toda seguridad, en 1930 el instrumento ya no sonaba en Viniegra de Abajo. Parece ser que al morir Vicenta su marido dejó de tocarlo.

Otras localidades de las Siete Villas

Los siguientes pueblos, al igual que las dos Viniegras citadas, pertenecen a lo que fue el antiguo estado de las Cinco Villas y Valle de Canales, especie de confederación o mancomunidad que resolvía asuntos comunes según lo dispuesto en privilegios reales y costumbres antiquísimas. En ellos el recuerdo del rabel es muy difuso. Los ancianos de Villavelayo no tienen constancia de la presencia del rabel en su pueblo, pero los datos de una revista del año 1932 -con fotografía incluida- son inequívocos. Así describe el cronista local cómo salieron a la calle los componentes de una comparsa de carnaval:

unos trabajan gimnasia
otros hacen varietés
otros trabajan el circo
y otros cantan cuplés.
Se tocan los instrumentos
del rabel y las tijeras
y tenemos al servicio
un buen domador de fieras (8).

En Canales de la Sierra recordaba vagamente el instrumento un anciano ya fallecido quien me aseguró se tocaba el instrumento hacia principios de siglo pero pasó al olvido por las mejores cualidades musicales del violín, coincidiendo con la creación de una orquesta que fue muy renombrada (9).

En Brieva de Cameros el recuerdo es también muy impreciso, tanto que el informante no ha podido aportar datos significativos. De todos modos, recuerda y reconoce el instrumento, "aquí ha habido rabel", asegura (10).

En Ventrosa de la Sierra el rabel fue conocido por un vecino al que apodaban "El Pinche" quien camino de Extremadura, junto con una cuadrilla de pastores de Huerta de Arriba (Burgos) que llevaban un rabel, cantaba el romance de la Loba Parda (11).

Valle de Ojacastro

Un tanto alejado de las localidades hasta ahora mencionadas, el valle de Ojacastro se ubica al norte de la sierra de la Demanda. Tenemos noticias de que allí perduró el instrumento hasta finales del siglo pasado. Así se asegura en un libro sobre la vida tradicional de esta comarca riojana:

"Los pastores tocaban en el monte rabel y flauta. El último que tocó estos instrumentos fue el vecino de Amunartia apodado El Remellao hacia 1896" (12).

Neila

Aunque enclavada en la provincia de Burgos, la villa de Neila se encuentra vinculada geográficamente al alto Najerilla riojano. Situada al pie del nacimiento de este río, compartió con ellas la tradición lanera trashumante, y formó parte durante siglos de la mancomunidad de las Cinco Villas y Valle de Canales.

Sobre rabelistas neileros tenemos algunos datos. A principios de siglo hubo dos en el pueblo de nombres Jacinto y Baldomero. Otro un poco más tardío llamado Pedro Peraita (fallecido en 1935). Y un sobrino de éste, Gregorio Sáinz, actual vecino que lo tocó en su juventud. No muy venturoso fue el destino de su rabel. En una romería de los años sesenta, la mujer de un gobernador se encaprichó del instrumento, Goyo se lo regaló y ésto supuso un punto y aparte en la música de rabel en la comarca (13).

Montemediano

La aldea de Montemediano se encuentra situada en el corazón del Camero Nuevo, aguas vertientes del río Iregua, pero no lejos de las villas riojanas citadas anteriormente. También tuvo, como éstas, granjeria lanar trashumante. Pedro de la Hera Sáenz, recuerda sus años mozos de rabelista, instrumento que aprendió a tocar en el ambiente hogareño de su casa. Perteneciente a una de las últimas familias de trashumantes del Camero Nuevo, su padre y abuelo habían tocado el rabel, pero el recuerdo de todo ello es tan lejano que es incapaz de recordar las canciones que interpretaba. Al ser cuestionado reconoce el romance de la Loba Parda, y alguna coplilla rabelera (14).

Ortigosa de Cameros

Un anticuario de Logroño guarda entre sus objetos un rabel procedente de Ortigosa de Cameros. Ha sido imposible obtener datos sobre la persona o familia a la que perteneció, aunque hay constancia plena de que proviene de la citada villa (15). Esta se encuentra cercana a Montemediano.

Localidades vecinas de Burgos

Los límites provinciales no suponen ruptura sino continuidad del instrumento en un área que comparte historia y cultura comunes. La presencia del rabel en las montañas del partido judicial de Salas de los Infantes ya fue recogida por Federico de Olmeda a principios de siglo, en su Folklore de Burgos (16).

Los pueblos de Huerta de Arriba, Tolbaños de Arriba, Tolbaños de Abajo, Barbadillo de Herreros, Barbadillo del Pez y Riocavado de la Sierra conocieron el rabel. También Bezares de Valdelaguna, aldea próxima al límite Burgos-Rioja. Un cronista del año 1933 nos habla del mismo dentro de un ambiente familiar:

En la taberna Girones
pasaron muy bien los días
bebiendo cuatro porrones
del buen vino que tenía.
José tocó la guitarra
y Girones el rabel,
toda la noche de farra,
hasta bailó don Miguel (17).

Localidades limítrofes de Soria

Cesáreo Martín Brieva, gaitero de Derroñadas, tuvo en su poder un rabel de dos cuerdas muy antiguo. Perteneció a su padre, quien lo había heredado del suyo. También recuerda haberlo escuchado en su juventud al tío Timoteo, de El Royo. El mismo informante rememora a un rabelista de Sotillo del Rincón, del que no recuerda el nombre, poco antes de 1930 (18).

4. EL INSTRUMENTO

Se conservan en Viniegra de Arriba dos instrumentos de factura muy antigua. En 1935 el tío Celestino regaló su rabel a una expedición etnográfica compuesta por Blas Taracena, Teógenes Ortego y otros. Ese rabel figura inventariado con el número 5353 en los fondos del Museo del Pueblo Español de Madrid. En la ficha del instrumento consta que fue comprado.

Materiales para su construcción

Una de las coplas rabeleras más conocidas nos dice que el rabel para ser fino ha de ser de raíz de pino, o de verde pino. De ese material son los dos rabeles viniegreses, el conservado en el Museo del Pueblo Español y los que se tocaban en Montemediano. En Neila preferían la raíz gruesa de fresno. En El Royo (Soria), la verruga hueca de un roble e, incluso, medio cráneo de corzo o cerdo para la caja de resonancia. Normalmente caja y mástil son de una sola pieza.

Tan variados como los materiales son las formas del instrumento. En esto no se seguían unos moldes definidos. Por el contrario, sí que había una clara tendencia a cubrir la caja de resonancia con "badana", piel de oveja curtida y bien tensada, muy disponible en el entorno pastoril. Sólo el ejemplar de Ortigosa de Cameros tiene una tapa diferente, concretamente de hojalata.

Las cuerdas del rabel y las del arco estaban hechas con crines de caballo o, preferentemente, mula negra, como dice una canción. En Montemediano las hacían de tripa de oveja siguiendo, al parecer, el uso extremeño y en Ortigosa se conserva con una cuerda metálica. Las clavijas se hacían de maderas duras, a veces boj, en algún caso, incluso, colmillos de jabalí. El arco se hacía con la rama curva de una mimbrera o avellano. Para que el rabel sonase adecuadamente los músicos frotaban el arco en un bloque de pez-resina de pino tratada que adosaban en la caja del rabel.

Sobre el número de cuerdas todos los informantes consultados aseguran haberse tocado el rabel de dos cuerdas, aunque sólo una tiene el procedente de Ortigosa. A pesar de lo anterior, es muy probable que antiguamente los rabeles se tocasen con tres y más cuerdas. Federico de Olmeda nos habla de rabeles de cuatro cuerdas, y pudo haber incluso de cinco y seis, atendiendo al número de agujeros dispuestos para las clavijas en los rabeles más antiguos y a la anchura considerable del mástil.

Un rabel procedente de la provincia de Burgos, expuesto en el Museo Etnográfico de Urueña tiene estas mismas características. Así es, igualmente, uno de los de Viniegra de Arriba. Si alguna vez llegaron a utilizarse todas las cuerdas es una incógnita cuál pudo ser su afinación y la forma de tañerlo. También puede ser que algunas de las clavijas sirviesen como guías de cuerdas que salieran de otras clavijas.

El instrumento se utilizaba básicamente para acompañar al canto, por lo que la cuerda prima se afinaba en función de la voz del cantador y la segunda una cuarta inferior. Esta solía acompañar como nota pedal, aunque al tocar algunas melodías, sobre todo romances, era necesario utilizarla como melódica para llegar a notas más bajas. La posición de tañido era, bien sentado o de pie, con el rabel cogido de la mano izquierda y apoyado sobre el pecho y el mismo brazo, un poco por debajo del hombro.

Estilo interpretativo

El rabel es una reliquia del pasado, todo lo que gira a su alrededor tiene aire arcaico. El entorno de la granjeria trashumante en el que se mantuvo fue esplendoroso durante siglos hasta que en el XIX entró en un declive definitivo, previo a su casi completa extinción actual. Muchas canciones nos hablan de este ambiente pastoril, otros romances nos traen la magia de temas de gran raigambre en el romancero español.

El instrumento se acomoda muy bien al canto melismático y sincopado tan presente en la comarca que nos atañe, si es que éste no está influido de alguna manera por aquél. Se acopla muy bien, igualmente, a las canciones que no sobrepasan los intervalos de cuarta. El ámbito del tetracorde, tan propio del repertorio rabelístico de la zona, tiene los rasgos arcaicos anteriores a los sistemas modales actuales.

En la más común técnica interpretativa cada compás tiende a equivaler a un movimiento de arco. La melodía la producen las varias pulsaciones sobre la cuerda prima, mientras que la segunda acompaña como bordón, remarcándose en ella el ritmo a cada golpe de arco. Este conjunto de particularidades dan al rabel un aire que evoca en el oyente tradiciones musicales antañonas.

5. COPLA MAS COPLA Y BAILE

Varias son las cancioncillas tipo copla o cuarteta octosilábica que recuerdan algunos ancianos como propias del canto con rabel. Por lo que se puede deducir, el canto de estas coplas iba seguido de una melodía alegre que servía de apoyo para el baile. Así nos lo recuerda una hija del tío Celestino de Viniegra de Arriba: "y después de cantar, mi padre se ponía a darle al rabel, una y otra vez y nosotros venga a bailar" (19).

Ocurría en casa de este músico, sobre todo en los trasnochos, veladas familiares de invierno alrededor de la lumbre. Sin duda, la melodía que Vicenta recuerda tuvo que ser bailada en otras ocasiones, como se desprende de la letra de una de las coplas más conocidas.

Este género -coplas más baile- consta de tres partes. La primera es una copla introductoria o entradilla, a modo de estribillo repetitivo, muy conocida en toda la comarca. Las estrofas se repiten una vez cada una:

El rabel para ser fino
ha de ser de raíz de pino
la vihuela de culebra
y el sedal de mula negra.

La segunda es otra copla con la misma música que la anterior y los mismos bises, pero con letra variable. Ponemos en esta ocasión una de las más conocidas:

El galán que lo tocare
ha de tener mulerío
la moza que lo bailare
ha de ser moza soltera (20).

La tercera parte, sin letra, era bailada con arreglo a una melodía muy alegre (21):

Tras este baile el músico comenzaba de nuevo con la primera parte: "El rabel para ser fino... " etcétera. En la segunda parte cambiaba la copla. En la tercera otra vez baile. Y vuelta a empezar. Así indefinidamente.

No dista mucho esta estructura y su ritmo vivo de las canciones "a lo llano" o "a lo ligero" santanderinas, también interpretadas con rabel.

A continuación van una serie de coplas recogidas en la comarca sobre las que tenemos constancia se cantaban en las variaciones de la segunda parte:

Aquel que quiera saber
cómo se cura un catarro
que se trague un gato vivo
y después tire del rabo (22).

Aquel que quiera saber
la mierda que caga un perro
primero caga un tarugo
y después tarugo y medio (23).

Todo el que quiera saber
de qué color es la pena
que se quite la camisa
y se arrime a una colmena (24).

Si te casas en Viniegra
no te fijes en los trajes
fíjate en los aparejos
y en la vida de los padres (25).

Mucho quiero a San Vicente
por ser patrón de Valencia
pero más quiero a mi hija
porque se llama Vicenta (26).

El rabel está borracho
y el que lo toca también
y todos los que acompañan
no se pueden ni tener (27).

Caminito del Hornillo
la Daniela se cayó
y don Carlos le decía
qué te has hecho corazón.

La Daniela monta en coche
don Carlos en bicicleta
y al pobre de Marcelino
le tocan la pandereta (28).

Quienes conocieron a los rabelistas aseguran que el repertorio de coplas era tan extenso como la improvisación e imaginación del músico, amén de los cientos de cuartetas que se han cantado en la comarca del tipo jotillas, cantos de esquileo, rondas, etcétera, que alguna vez, sin duda, hubieron de cantar los rabelistas.

6. CANCIONES

La canción conocida con el nombre de Los Ladrones nos mete de lleno en el ambiente trashumante. El robo del ganado era uno de los mayores peligros y temores de los pastores en su viaje a extremos, lo que queda remarcado en la siguiente canción, sobre todo si antes de escucharla estamos atentos a las explicaciones de Goyo o Miguel, de Viniegra de Arriba:

"Se conoce que una vez unos pastores que iban a Extremadura estaban refugiados en un chozo y en esto fueron unos ladrones a robarles y se ve que los ladrones cogieron una oveja y comenzaron a guisarla en un caldero. La oveja era de un pastor que se llamaba Manuel y éste, casualmente, había ido a un pueblo cercano a comprar. Al volver al chozo, y sin que los ladrones se diesen cuenta, uno de los pastores cogió el rabel y se puso a cantar:

LOS LADRONES

Tú, Manuel, que ibas por vino
tú, Manuel, que ibas por pan
cógete la mula alazana
y vete a dar parte al lugar
que han venido unos ladrones
y nos han querido robar
que tu ovejita cornuda
cociendo en el caldero está (29).

(Melodía idéntica a la de las coplas del apartado anterior).

Al comienzo, Manuel no entendió el extraño mensaje de aquellas notas que salían del chozo, pero al comprobar que, en efecto, en el caldero estaban guisando su ovejita cornuda se dio cuenta de la situación y rápido "fue a dar parte al lugar". Ni qué decir tiene que los pastores fueron felizmente rescatados y los ladrones apresados.

Canciones similares sobre instrumentos que en momentos de tensión son utilizados para transmitir un mensaje de socorro están presentes en otros lugares de España. Así en El Sahugo (Salamanca) se canta una canción con gaita charra y tambor que parece una versión de la anterior (30). Lo mismo encontramos en Castejón de Monegros y otros pueblos de Aragón (31).


EL GALÁN CARRETERO

El galán carretero
no tiene orejas
que se las ha comido
la comadreja.

Carreterito galán
no salgas de noche de casa
porque te van a matar.

El galán carretero
no tiene culo
y al verano que viene
van a hacerle uno.

Carreterito galán, etc. (32).

Los peligros del camino para los carreteros es asunto presente en el cancionero de la comarca. Desde el siglo XVI hasta el XIX la actividad carretil tuvo gran desarrollo en la vecina comarca soriana y burgalesa de pinares. Durante siglos carreteros y pastores de la comarca compartieron caminos y cañadas en sus continuos viajes norte-sur. También compartieron los mismos temores, lo que se plasmó en canciones del estilo a la anterior.

7. TRES MELODÍAS DE DANZA

En Viniegra de Arriba las tres siguientes melodías que se tocaban con rabel también las interpretaba el tío Tiburcio con su gaita de fuelle. Por descontado, la funcionalidad de las mismas dependía del instrumento con el que eran interpretadas. Con gaita de fuelle sirvieron como soporte de las antiguas danzas de palos del día de la Magdalena. El tío Tiburcio, fallecido en 1932, fue el gaitero del pueblo que las tocaba, hasta su desaparición a principios de siglo. Hoy han sido felizmente recuperadas.

Una de estas melodías de danza, concretamente Cinco Lobitos, con rabel era una canción de cuna. El Rey de España en Campaña, el lírico recuerdo de antiguos hechos guerreros; y Las Hojas en el Arbolé, una versión más de la conocida canción que, por su ritmo, pudo servir como acompañamiento para el baile.

El paralelismo melódico del rabel con la gaita, a veces también con la dulzaina, es algo que se repite en el folklore hispano. Hay un recuerdo similar en El Royo y Sotillo del Rincón (Soria) respecto a las actuales melodías de dulzaina para danzas y baile. Lo mismo ocurre con parte del repertorio rabelístico de Cantabria y Asturias.

LAS HOJAS EN EL ARBOLE

Las hojas en el arbolé
dábanles el aire
meneábanse
meneábanse (33).

EL REY DE ESPAÑA EN CAMPAÑA

El Rey de España en campaña y el de Francia en [su destino la España será de Francia y el lugar de por testigo.
Muera el rey francés fuera el rey francés
por haber dado guerra contra nuestro rey
contra nuestro rey.
Se reunieron los españoles, ingleses y también los portugueses
van a pelear con los franceses.
Ya se pegan, ya se tiran, ya se matan, ya se dan
los portugueses, sangrientos, llorando piden la paz (34).

CINCO LOBITOS

Cinco lobitos parió la loba
blancos y negros debajo la escoba.
Cinco tenía cinco criaba
y a los lobitos los alimentaba (35).
La serranita que va por el monte
no puede andar que la coge la noche (36).

8. ROMANCES

La comarca que nos ocupa guarda en la memoria de sus ancianos substanciosas páginas del romancero hispano. El siguiente repertorio se limita a los que tenemos constancia alguna vez se interpretaron con rabel. Sin embargo, el estilo interpretativo y el ámbito tonal de otros romances cantados y que hemos recogido en la comarca en varias encuestas, llevan el sello inconfundible de este cordófono frotado. No nos cabe duda que distintas versiones de la Doncella Guerrera, La Serrana de la Vera, Santa Quiteria, la Boda Estorbada, etcétera, fueron en algún tiempo cantadas al son del instrumento, aunque no lo hayan conocido los actuales informantes.

La Loba Parda es el prototipo de romance pastoril, no sólo por su temática sino por tratarse de un romance casi exclusivo de las zonas de tradición merinera. En la comarca que nos ocupa la presencia del mismo es tan habitual que conviven versiones distintas y variantes musicales incluso entre vecinos de una misma localidad. Tan presente está en la zona como ausente en los pueblos de las llanuras vitícolas y cerealistas de La Rioja, salvo modernos procesos de refolklorización. Si tanto el rabel como este romance conviven en paralelo con la cultura trashumante, la simbiosis entre ambos es tal que en todas las comarcas rabelísticas de España, por muy distantes que estén entre sí, los músicos se arrancan con naturalidad cantando los sabidos versos de "Estando yo en la mi choza ...".

Como ejemplo de las múltiples versiones que de él se conocen, van a continuación tres de las que tenemos constancia se tocaron antiguamente con rabel:

LA LOBA PARDA

LA LOBA PARDA

Versión de Viniegra de Arriba

Yo estaba un día en mi chozo
pintando mi gayara
y vide venir por el cerro
de lobos una manada.
Ya empezaron a echar suertes
sobre cuál va a mi majada
le tocó a una loba tuerta
patizamba y jorobada
vide venir la primer vuelta
y no pudo sacar nada.
- ¿Dónde vas loba traidora
dónde vas loba villana?
- Vengo a la mejor cordera
que tengas en tu majada.
- No la cogerás, por cierto
no la cogerás por nada
que tengo cinco cachorros
y mi perra trujillana (37)
y mi perro el de los hierros
y eso para mí no es nada.
La loba no se hizo caso
a la vuelta que doblaba
Ya, por fin a la segunda
sacó una cordera blanca
hija de la oveja negra
nieta de la oveja parda
la tenían los pastores
para la mañana de Pascua.
- Arriba cinco cachorros
abajo perra guadiana
si le quitáis la cordera
cenaréis cena doblada
y si no se la quitáis
cenaréis con la gayara.
Ya corrieron siete leguas
siete cerros y montañas
ya corrieron siete leguas
todas siete embarbechadas
al cabo las siete leguas
ya la loba iba cansada.
- Ahí tenéis vuestra cordera
sana y buena como estaba.
- No queremos la cordera
de tu boca baboseada
que queremos tu pellica
p'al pastor una zamarra
la cabeza p'al zurrón
pa' que meta las cucharas
el rabo para un herrero
para que agite la fragua
las tripas para vihuelas
para cuerdas de guitarras
las cuerdas de la guitarra
para que bailen las damas (38).

LA LOBA PARDA

versión de El Royo (Soria)

Estando en la mía choza
pintando la mi agalla
vide venir una loba
derechita a mi manada
¿dónde vas loba traidora
dónde vas loba malvada?
a coger la mejor borrega
que tengas en tu majada
No lo quiera Dios del cielo
ni la Virgen soberana
pues tengo siete cachorros
y una perra torrellana
y te daremos muerte
en la misma majada
y en el árbol de la puerta
quedarás así colgada.
Dio una vuelta a la loma
y no pudo sacar nada
dio vuelta segunda
y sacó la borrega parda
hija de la oveja negra
nieta de la oveja galana.
-Aquí mis siete cachorros
aquí perra torrellana
que te habrán de dar muerte
antes de llegar la llanada.
-Tomad perros la borrega
que está sana y salva.
-No queremos la borrega
de tu boca alobardada (39)
que queremos tu piel
pa'l pastor una zamarra
y el rabo para abanicos
p 'abanicarse las damas (40).

LA LOBA PARDA

versión de Viniegra de Abajo

Estando yo en mi chozuelo
remendando mi zamarra
vide venir siete lobos
por unas altas montañas
venían echando suertes
a ver a quién le tocaba
le ha tocado a una lobita
por su suerte desgraciada.
Ha dado vuelta a la rede
no ha podido sacar nada
ha dado otra media vuelta
ha sacado una borrega blanca
hija de la oveja cornuda
prima de la rabicana.
-Aquí mis siete cachorros
aquí mi perra guadiana
si le quitáis la borrega
tenéis la cena doblada
cuatro calderos de leche
y otros cuatro de cuajada
y si no se la quitáis
os daré con mi cayada.
Los perros que oían eso
los dientes se hacían agua
han andado siete leguas
todas ellas barbechadas
a las siete bien cumplidas
la loba ya iba cansada
al subir una cuestita
y al bajar una vaguada
los perros a la loba
por alto la levantaban.
-Por dios te pido pastor
por tu vida y por tu alma
ahí te entrego la borrega
sana y salva como estaba.
-Yo no quiero la borrega
que la tienes maltratada
sólo quiero la pelleja
pa'l pastor una zamarra
los palillos de las piernas
también los quiero pa flautas
las orejas para guantes
para la hija del ama
el rabo para un zurrón
para meter las cucharas
el culo para un hormiguero
para que entren y salgan
y lo que sobre de ella
pa chapiteles y mangas.
-Ay, pobrecita de mí,
que lo vi esta mañana
que con pellejos de lobo
tenía hecha la cama
y esta pobrecita mía
le servirá para almohada (41).

Hasta ahora vamos constatando una presencia de las eternas preocupaciones de los pastores: los ladrones, el lobo. No dista mucho de esta temática la contenida en el siguiente romance: nos narra la repentina muerte de un pastor en plena cañada, y el rápido y curioso testamento que se ve obligado a hacer. No es muy conocido, pero de su estrecha relación con la cultura trashumante da fe su presencia en localidades próximas a la cañada soriana occidental, como Huerta Arriba (Burgos) y Arroyo de la Luz (Cáceres); también la referencia a Malpartida (Cáceres), en el extremo de la cañada.

EL TESTAMENTO DEL SERRANO

Sierra arriba, sierra abajo
un serranito subía,
y al pasar por el arroyo
el serrano se moría.
Llamaron a un cirujano
por ver lo que les decía,
y el cirujano les dice
que el serrano se moría.
Hicieron el testamento
de los bienes que tenía,
lo primero que testó
las ovejas que tenía.
-Ovejas las mis ovejas,
ovejas que yo tenía,
ya tendréis nuevos pastores
que os den la pastoría.
El zurrón de las cucharas
se lo quede mi María
pa' que se acuerde de mí
cuando vaya a hacer las migas.
El potrín y la potrona
se los dejo a mi María
pa' que se acuerde de mí
cuando va cañada arriba.
De los pellejos de burro
que tenía en Malpartida
que los tasen y los vendan
para responsos y misas (42).

El siguiente es, de nuevo, un romance de ambientación pastoril. Su comienzo responde a la estructura típica de los pliegos de cordel, en los que el narrador, antes de contar la historia, invoca a un santo o virgen. En este caso es la Virgen de la Peña de Francia, cuyo santuario no se sitúa cerca de Viniegra de Arriba, de donde traemos la versión, sino en una comarca salmantina confín de dos rutas trashumantes: la cañada soriana occidental y la ruta de la plata. Conocemos la presencia de este romance en puntos concretos de las provincias de Soria, Salamanca, Badajoz y Cantabria.

TERESA Y FRANCISCO

Válgame la Virgen pura (43),
la de la Peña de Francia
el Cristo del buen poder
que me conceda su gracia
para contar una historia
de una niña desposada.
Ella se llama Teresa,
él Francisco se llamaba,
éste tal era vaquero
que va y viene entre semana.
Ha tardado quince días
lo que nunca acostumbraba.
-Madre, Francisco no viene,
madre, Francisco ya tarda.
-Calla, calla, Teresita
no seas disparatada
que es tiempo de sementera
y anda la gente ocupada
de noche aguzar la reja
y de mañana a la arada.
Se ha metido en su cuarto
donde cosía y bordaba,
se ha asomado a una ventana
la que mira a la montaña,
vido venir un vaquero
con una yegua lozana.
-¿Qué noticias traes vaquero?
-No son buenas que son malas,
que tu querido Francisco,
que tu querido del alma
el día del herradero
el buey le dio una cornada,
y si lo quieres ver vivo
ven conmigo a las voladas (44),
y si lo quieres ver muerto
aguárdate a la mañana.
-Tome madre estas llaves
y abra usted esta carta,
sáqueme usted la chinela (45)
la de las cintas moradas,
que con gusto fueron hechas
y con tristeza estrenadas,
sáqueme usted el caballo
donde mi amante montaba
sáqueme las capillas
las de luto y no de gala.
Al entrar en el lugar
las campanas revolteaban,
el cura de aquel lugar
ha salido a consolarla.
-Calla, calla Teresita
que te deja bien mirada:
una piarita de ovejas,
otra piarita de cabras,
el buey de la vaca roja
y el caballo que él montaba,
y cien fanegas de trigo
y otras tantas de cebada (46).

EL CRIMEN DE TRUJILLO

Un padre tenía un hijo
un hijo pa su regalo (47)
el padre que ha ser cura
el hijo que ha de ser casado
el padre como buen hombre
ha ido a pagar lo que debía
y a cobrar lo que ha pesado.
El hijo como traidor
le ha ido siguiendo los pasos
y en los campos de Trujillo
ambos se han encontrado.
-¿Dónde vienes hijo mío?
¿Dónde vienes mi regalo?
-A matarle vengo padre
corazón endemoniado.
-No me mates hijo mío
que tú has de ser el casado.
Estas palabras que ha dicho
la cabeza le ha cortado
ha ido a lavar el cuchillo
al arroyo escarlatado
y cuanto más lo lavaba
estaba más ensangrentado.
Ha pasado donde su madre
le saca de merendar
le saca manteles blancos
manchados de sangre están.
-Merienda, tú, hijo mío
merienda, tú, mi regalo.
-Yo no quiero merendar
que ya vengo merendado
que en el campo de Trujillo
dejo a mi padre matado.
-¿Qué me dices hijo mío?
¿Qué me dices mi regalo?
-La verdad le digo madre
como estoy aquí sentado
si en esta hora muriese
no me entierren en sagrado
ni toquen campanas por mí
ni hadme lutos ni llantos
donde a mi me han de enterrar
ha de ser en un verde prado
donde no entren las ovejas
ni otro ningún ganado
y en la cabecera pongan
un librito colorado
con un letrero que diga:
aquí ha muerto el malogrado
no ha muerto de calenturas
ni de punta de costado
que ha muerto del mal de amores
que es un mal desesperado (48).

Nos encontramos de nuevo con una referencia geográfica extremeña, en este caso Trujillo, en la provincia de Cáceres. Al margen de éstas, en el cancionero de la comarca de las Siete Villas son frecuentes las citas de lugares por los que pasa la cañada soriana occidental o próximos a las dehesas de invierno.

Para la interpretación de este romance es necesaria la utilización de las dos cuerdas como melódicas. La melodía tan peculiar de este romance y la presencia de un tema tan recurrente y antiguo
en el romancero español como es el de "No me entierren en sagrado" confieren al mismo un abolengo patente.

A continuación va una versión del conocido y extendido romance de Gerineldo que, antiguamente, cantaba el tio Celestino en Viniegra de Arriba
acompañándose con el rabel.

GERINELDO

- Gerineldo, Gerineldo
Gerineldito pulido
¡ay quién pudiera esta noche
pasar dos horas contigo!
y después de las dos horas
hasta que hubea amanecido.
Llevaba zapato blanco
con calcetín de hilo fino
para cuando vaya a palacio
que no sea conocido.
A eso de la media noche
Gerineldo ya se ha ido
a visitar a la princesa
por ser su amor preferido.
Tres vueltas le dio al palacio
y otras tres a los pasillos
y a las seis vueltas primeras
la princesa le ha salido.
- Buenas noches, Gerineldo
buenas noches mi cariño
andaremos despacito
pa' no meter mucho ruido.
Lo ha agarrado de la mano
y al aposento se han ido:
- Esta noche dormiremos
como mujer y marido.
A eso de la medianoche
el Rey que ha salido
con zapatillas de seda
y su batita blanca
a buscar a la princesa
a su aposento se ha ido.
¡Cuál sería su emoción
cuál sería su sorpresa!
a los dos ve juntos
en la camita unidos
agarrados de la mano
como mujer y marido
y puso su espada en medio
pa' que sirviera de testigo.
A eso del amanecer
la princesa ha despertado
y le da cuenta que su padre
en la habitación ha estado.
- Levántate, Gerineldo
que ya somos conocidos
que la espada de mi padre
entre los dos ha dormido,
vete por esos jardines
cogiendo rosas y lirios
y una azucenita blanca
el color se la ha comido.
Tres vueltas dio a los salones
y otras tres a los pasillos
y al cabo de las seis vueltas
el Rey que le ha salido:
- Buenos días, Gerineldo
Gerineldito pulido
no lo niegues, Gerineldo
tú con la infanta has dormido.
- Si he dormido, señor Rey
como lo tiene sabido
he dormido con su hija
como mujer y querido.
- Te lo ruego, Gerineldo
te lo digo y te lo pido
mañana por la mañana
seréis mujer y marido.
- Le digo yo, señor Rey
le digo yo, señor mío,
que tengo hecho testamento
con el Cristo de la Estrella
de no casarme con dama
que haya dormido con ella (49).

Y, por último, otro de los romances típicamente rabeleros, recogido, igualmente, en Viniegra de Arriba.
Ç
LA MALA SUEGRA

Polidora se pasea
toda una sala adelante
con dolores de parir
que da lástima escucharle.
Se ha asomado a la ventana
y ha visto un oscuro valle
-¡Oh mi Dios! ¡Oh quien tuviera
una casa en aquel valle,
sin que nadie lo supiera
sino Dios y la mi madre!
Y la picara la suegra
que escuchándolo estuviera
-Vete, vete, Polidora
a parir a casa tus padres
que si don Bueso viniere
yo le daré de cenar
cebada para la mula,
cebo para el gavilán.
Polidora trasponer
y don Bueso asomar
ya que ha llegado a la puerta
ha empezado a preguntar:
-¿Dónde está mi Polidora
que no me baja abrazar?,
o ella está recién parida
o tiene algún otro mal.
-Por el camino que ha ido
va diciendo mucho mal,
que eres hijo de mal padre,
e hijo de una madre tal.
Hincó la espada en el suelo,
al cielo hizo retemblar.
-Que si de esta no me muero
bien me las va a pagar.
Ha cogido su caballo
y se la ha ido a buscar
ya que ha llegado a la puerta,
ha subido sin llamar,
en medio de la escalera
una criada encontrar:
-Albricias te doy, don Bueso,
ya me las podía dar (50)
que tu mujer Polidora
parida un infante está
que el infante no se goce
ni la madre se levante
que la madre con el niño
no se puede levantar.
-¿Quien es ese caballero
que de mí habla tan mal?
-Tu esposo es Polidora
el que te viene a matar.
-Levántate, Polidora
si te quieres levantar
que si otra vez te lo mando
ya verás cómo te va.
-¿No esperarás tú, don Bueso,
que se repose mi sangre?,
mujer de una hora parida
no es razón que se levante.
-Levántate, Polidora,
si te quieres levantar
que si otra vez te lo mando
ha de ser con un puñal.
-¿No esperarás tú, don Bueso,
que viniese la mi madre?,
que está a partirle un vestido
a nuestro niño infante
-Levántate, Polidora,
si te quieres levantar
que si otra vez te lo mando
ha de ser con un puñal.
Ya tanto lo ha porfiado
que la ha hecho levantar,
las amas que la vestían
se deshacen a llorar,
las damas que la calzaban
en gemir y suspirar.
-Triste de tí Polidora
dónde te querrá llevar.
Ya la pilla, ya la monta,
ya la monta, ya se va.
A la mitad del camino
volvió la vista pa' tras:
-¿Qué son esos tus colores,
qué es de tu lindo mirar?,
si dejas nuevos amores
ya los puedes olvidar.
-Lo que miro son los arroyos
que llenos de sangre van,
las ancas de tu caballo
que parecen azafrán,
si quisieras tu, don Bueso,
que en este campo florido
que apaciente tu caballo
y yo le dé el pecho al niño.
Mama niño, mama rosa,
mama rosa del rosal
que los pechos de tu madre
no volverás a mamar.
Buscarás un confesor
que me quiero confesar.
Se vistió de confesor
y se puso a confesar
y en las confesiones vio
que no había dicho tal.
-¿Qué te parece Polidora
que matemos a mi madre?
-Ya que yo muero por otro
que por mí no muera nadie (51).

VILLANCICOS

Desde hace siglos la iconografía cristiana ha presentado a los pastores en la Natividad de Cristo. Los pastores han gozado siempre de la fama de nobleza y hombría de bien. Las referencias literarias sobre el particular son tan antiguas que ya se hace eco de ellas el primer poeta castellano de nombre conocido, Gonzalo de Berceo:

De pastores leemos
muchas buenas raçones
que salieron prudientes
e muy sanctos varones
esto bien lo trobamos
en muchas de lectiones
que trae est oficio
buenas terminaciones (52).

¿Distan mucho estas palabras de la creencia que nos trasmite un conocido villancico de nuestras sierras?

Los pastores no son hombres
que son ángeles del cielo
que para adorar al Niño
ellos fueron los primeros.

El villancico como género musical propio de la Navidad ha sido muy cultivado en ambientes merineros. La continúa presencia de pastores en los Autos Navideños, género dramático de honda tradición en la literatura española; las pastoradas, representaciones dramáticas de carácter popular en las que aquellos derivaron; y la continua referencia a los pastores y a su modo de vida en los villancicos enmarcan perfectamente este género dentro del folklore pastoril. El rabel, en consecuencia, ha estado muy presente en la interpretación de los villancicos. Alguno de ellos se hace eco de ello, aunque el siguiente no es propiamente rabelero:

VAMOS PASTORCITOS

¡Vamos pastorcitos!
¡vamos a Belén!
a ver aquel Niño
que acaba de nacer.
Cantemos alegres,
bailemos también,
suenen los tambores,
flautas y rabel
flautas y rabel (53).

Durante las fechas navideñas los trashumantes se encontraban en las dehesas extremeñas, lejos de su pueblo y familias. La unión reinaba en la majada, congregados alrededor del caldero. Al son de zambombas, calderos, flautas y otras rústicas percusiones, se arrancaban con los villancicos de siempre. También el rabel estaba presente en ese ambiente navideño de las majadas meridionales.

Bien pudieron haber tenido su origen ciertas manifestaciones rabelísticas de pueblos cacereños y toledanos, como Lagartera, Oropesa, Valle del Jerte, Garganta de la Olla, etcétera, en estas celebraciones navideñas de los pastores serranos, y también de las montañas de Santander, Asturias y León quienes, igualmente, bajaban con sus ganados a Extremadura.

Ausentes los hombres de sus localidades de origen, en las celebraciones navideñas de los pueblos serranos los niños eran los protagonistas de las pastoradas, representaciones dramáticas de la Natividad. En Viniegra de Abajo, desde el mes de Noviembre los niños iban haciendo acopio de leña con la que levantaban un humilde chozo, a modo de portal de Belén. Disfrazados, componían dentro de él la escena de la Natividad. Hasta preparaban una hoguera en la que calentaban los pañales del Niño. Otros, vestidos de pastores, llevaban al chozo corderos como ofrenda al recién nacido. Y en esta adoración se entonaban villancicos muy característicos del pueblo, hoy camino del olvido. Esta pastorada de Viniegra de Abajo ofrece mucha similitud con los antiguos autos navideños.

El citado López de Yangüas fue uno de los exponentes de este género de teatro popular. Al comienzo de su Égloga de la Natividad, la escena representa a cuatro pastores avisados por los ángeles de que Cristo había nacido. Acuden al portal a ofrecerle sus dones y uno de ellos tocando una gaita dice:

"Las gaitas, guitarras, rabas repiquemos
y las churumbelas muy huerto tangamos" (54).

Otro pastor, tocando un rabel, va a avisar a los demás que han preparado una fiesta alrededor del portal.

Al igual que en este Auto Navideño de comienzos del siglo XVI no faltaba el rabel en Viniegra de Abajo. De ello tenemos un testimonio de gran valor en una revista que se editaba en la comarca a principios de siglo. Así nos describe el cronista de Viniegra de Abajo cómo se celebraron las Navidades del año 1920:

"... este año se ha celebrado la misa del gallo que hacía muchos años no se celebraba, habiendo reinado mucho orden; durante la cual nos sorprendieron las suaves notas de un instrumento ... y llevados de la curiosidad llegamos debajo del coro y allí encontramos patriarcalmente sentado a un venerable anciano a cuyo lado se encontraba un histórico sombrero de grandes alas cuyo anciano parecía por su blanca y limpia cabeza y el rabel instrumento que tocaba, un patriarca bíblico: llegado el momento de la adoración, el coro de las Hijas de María, acompañados de ellos, entonaron alegres villancicos a la vez que zarandeaban de lo lindo panderas, tambores, castañuelas y zambombas" (55).

Al año siguiente el mismo cronista nos desvela el nombre del rabelista, ya citado antes:

"los jóvenes cantaron los consabidos villancicos, al son de las armoniosas coberteras y almireces, habiendo faltado el rabel del tío Salvador, que no lo ha tocado por motivo de que, con tanta humedad lo tenía flojo; otro año será" (56).

En Viniegra de Arriba el tío Celestino también tocaba el rabel para acompañar los villancicos. Una hija suya recuerda la anécdota de lo que ocurrió un año durante la misa del gallo. Por lo visto, el tío Celestino se metió sigilosamente en un confesionario y cuando llegó el momento de cantar los villancicos se oía en toda la Iglesia el sonido del rabel, sin que nadie supiera dónde estaba el músico.

Como vemos, en esta comarca de tradición pastoril se han mantenido hasta nuestro siglo claras muestras de un género antiguo y en el que, al igual que hace siglos, el rabel acompañaba a los pastores en el canto de los villancicos. Sin embargo, a pesar de que en la memoria de los habitantes de la comarca persiste el recuerdo de muchos villancicos, ha sido muy difícil rescatar aquellos de los que hay constancia plena se tocaron con rabel. A ellos nos ceñimos. Traemos aquí dos que se cantaban en Neila y en Viniegra de Arriba.

UN RUSTICO TECHO

Un rústico techo
y abrigo le dan
por cuna un pesebre
por templo un portal
un lecho de pajas
desnudito está
¿quién ve las estrellas
quien ve las estrellas?
a sus pies dirán
Hermoso lucero
le vino a anunciar
y magos de oriente
a adorar le van
incienso oro y mirra
tributo le dan... (57).

LOS PASTORES NO SON HOMBRES

Los pastores no son hombres
que son ángeles del cielo
que para adorar al niño
ellos fueron los primeros (58). (Rabel)

Noche magnífica, noche de paz
bella es la noche de Navidad
que nació el Niño angelical
rey de los reyes y rey de paz.
Suenen las panderetas la flauta y rabel
pastores y zagalas vamos a Belén
a ver aquel Niño de sumo placer
que es nuestro Dios, Dios de Israel
que es nuestro Dios, Dios de Israel

(Estribillo con percusiones varias)

Los pastores que supieron
que el Niño estaba en Belén
abandonaron sus ganados
y se echaron a correr (Rabel)

Noche magnífica... (estribillo)

CONCLUSIÓN

Desde que en el siglo X el Conde Fernán González concediese a los habitantes de la Comarca de las Cinco Villas y Valle de Canales, en el alto Najerilla riojano, el privilegio de ir repoblando con sus hombres y sus ganados las tierras que hacia el sur iban conquistando a los moros, esta comarca ha estado estrechamente unida al devenir histórico de la franja castellana comprendida entre el Duero y el sistema central hasta la actual Extremadura.

Sus habitantes fueron soldados reconquistadores, fundadores de poblaciones que en muchos casos llevaban el nombre de sus pueblos de origen; fueron también pastores trashumantes, conductores de sus ganados por una ruta donde posteriormente se consolidaría la cañada soriana occidental; y, a la vez, fueron gentes de hidalga condición que conservaron durante siglos los privilegios y libertades que un día pactasen con Fernán González.

En ese discurrir hacia el suroeste no sólo viajaban las personas y sus ganados sino también su bagaje religioso y cultural, expandiendo hacia el sur sus modos de vida. Procesos paralelos ocurrían en otras sierras de los incipientes reinos de Castilla y León, de tal forma que el sur de Castilla y Extremadura fue lugar de encuentro de esas culturas serranas norteñas, en el confín de un complejo entramado de cañadas, cordeles y veredas.

En la edad media, el rabel, que había sido introducido en España por los árabes, se incorporó a la cultura pastoril, especialmente en las sierras norteñas. No es nada descabellado pensar que pastores de origen beréber se hubieran incorporado a las cuadrillas mesteñas, lo que explicaría la abundancia de palabras árabes en la terminología pastoril y la introducción del instrumento en ese ambiente.

Expulsados los musulmanes de España, el rabel fue perdiendo vigencia en las clases cultas, siendo sustituido por el violín, más avanzado técnicamente. Desde entonces quedó circunscrito a los ambientes pastoriles. En el siglo XX, en plena decadencia del instrumento, sólo se ha conocido en algunas sierras norteñas, en la de Gredos y en las dehesas de invierno cacereñas y toledanas.

La tupida red de cañadas que jalonan nuestra geografía ha constituido durante siglos un importante elemento unificador de las distintas culturas pastoriles dispersas por España. Por ello, hablando de un instrumento tan típicamente pastoril, no es de extrañar la coincidencia de letras y estilos interpretativos en lugares tan dispersos geográficamente, lo que no es óbice para conocer y valorar cada manifestación concreta de un instrumento que nos trae aires de estilos musicales arcaicos y evocaciones de nuestra propia historia.

____________

NOTAS

(1) Ediciones de la Diputación de Salamanca. 1991. la Edición en Nueva York, año 1941. Tema 462.

(2) Edición facsímil del Gobierno de La Rioja. Logroño. 1985. Folio 476.

(3) BERCEO, Gonzalo de: Obra Completa. Edición del Gobierno de La Rioja-Espasa Calpe. Madrid. 1992. Página 563. Estrofa 9.

(4) BERCEO, Gonzalo de: Obra Completa. Página 849. Estrofa 176.

(5) LÓPEZ DE YANGÜAS, Fernán: Obras Dramáticas. Editorial Espasa Calpe. Colección Clásicos Castellanos. Madrid. 1967.

(6) KOHLER, Eugen: Sieben Spanische Dramatiscbe Eklogen. Dresde. 1911. Pág. 210.

(7) Inf.: Fidela García Serrano (n.:24-4-1910), de Viniegra de Abajo, el 8-4-1993.

(8) El Najerilla. Mansilla de la Sierra. No 153. Febrero de 1932. La cita del domador de fieras se refiere a una antigua escena de carnaval, la pantomima del oso y el domador.

(9) Inf.: Teodoro Velasco Martínez "Tejita" (n.:9-l 1-1911), de Canales de la Sierra, el 11-5-93.

(10) Inf.: José López Muñoz "Chalequillo" (n.: 18-8-1903), de Brieva de Cameros, el 6-6-92.

(11) Inf.: Anselmo García Blázquez "El Pinche" (n.: 18-111909), de Ventrosa de la Sierra, el 16-8-1994.

(12) MERINO URRUTIA, José J. Bautista: El Folklore en el Valle de Ojacastro. Instituto de Estudios Riojanos. Logroño. 1949. Pág. 37.

(13) Inf.: Gregorio Sáinz Sáinz (n.:24-5-1922), de Neila, el 2911-1992.

(14) Inf.: Pedro de la Hera Sáenz (n.:26-l1-1907), de Montemediano, el 7-7-1996.

(15) Inf.: Enrique Martínez Glera. Antigüedades La Plazuela de Barriocepo. Logroño.

(16) OLMEDA, Federico de: Folklore de Burgos. Edición de la Diputación Provincial. Sevilla. 1903.

(17) El Najerilla. Mansilla de la Sierra. No 164. Enero. 1933.

(18) Inf.: Cesáreo Martín Brieva (n.:3-6-1917), de Derroñadas (Soria), el 15-8-1996.

(19) Inf.: Vicenta Lázaro de Miguel (n.:l6-10-1915), de Viniegra de Arriba, el 1-4-1994.

(20) Cantaron Gregorio (n.:3-3-1919) y Miguel Lázaro Sánchez (n.:22-7-1922), de Viniegra de Arriba, el 15-10-1989.

(21) Cantó Vicenta Lázaro de Miguel, el 1-4-1994.

(22) Cantó Vicenta Lázaro de Miguel, el 15-4-1993.

(23) Cantó Florentino Lázaro de Miguel (n.:9-2-19l4), de Viniegra de Arriba, el 12-9-1992.

(24) Cantó Marino Herrero Ballestero (n.: 18-6-1930), de Villavelayo, el 12-8-1995.

(25) Cantó Vicenta Lázaro de Miguel, el 4-9-1996.

(26) Cantó Vicenta Lázaro de Miguel, el 4-9-1996.

(27) Cantaron Alejandra López Fernández (n.: 14-5-1905), Concepción Fernández González y Margarita López Fernández, de unos 70 años, de Neila, el 20-8-1994.

(28) Cantó las dos cuartetas Bonifacio García de la Torre (n.: 14-5-1906), de Huerta de Arriba (Burgos), el 12-8-1995.

(29) Cantado por Gregorio y Miguel Lázaro Sánchez, el 15-8-1989.

(30) CID CEBRIAN, J. Ramón y JAMBRINA LEAL, Alberto: La Gaita y el Tamboril. Centro de Cultura Tradicional. Diputación de Salamanca. 1989. Pág. 43.

(31) VERGARA MIRAVETE, Ángel: Instrumentos y Tañedores. Música de Tradición Popular en Aragón. Ediziones de L'Astral. Zaragoza. 1994. Página 183.

(32) Cantó Florentino Lázaro de Miguel, el 25-8-1993.

(33) Cantó Vicenta Lázaro de Miguel, el 15-4-1993.

(34) Cantó Florentino Lázaro de Miguel, el 25-8-1993.

(35) Cantó Florentino Lázaro de Miguel, el 25-8-1993.

(36) SCHINDLER, Kurt: Música y Poesía Popular de España y Portugal. Ediciones de la Diputación de Salamanca. 1991. la Edición en Nueva York, año 1941. Nota sobre el tema 467.

(37) Trujillana: Perra de Trujillo (Cáceres), muy apreciadas por los pastores.

(38) Cantó Narcisa Matute Martínez (n.:31-10-1909), de Viniegra de Arriba, el 14-8-1994. Esta versión es muy similar a la recogida por Israel J. Katz (junto con Samuel G. Armistead y lacob M. Hassán) el 12-8-1972, a la famosa tía Pía de Viniegra de Arriba. Agradezco al eminente doctor neoyorquino el envío de aquellas notas de campo.

(39) Alobardada: Mordida por la loba.

(40) Cantó Cesáreo Martín Brieva, el 15-8-1996.

(41) Cantó Fidela García Serrano, el 8-4-1993.

(42) Cantó Florentino Lázaro de Miguel, el 12-9-1992.

(43) Cada hemistiquio se repite una vez (44) A las voladas: Locución adverbial equivalente a "Al vuelo", rápidamente, presto. Un tanto arcaico.

(45) Chinela: Especie de zueco que usaban las mujeres en los lodazares.

(46) Cantaron Gregorio y Miguel Lázaro Sánchez, el 15-10-1989.

(47) Se repiten los segundos hemistiquios de cada verso. Excepto en el tercer verso.

(48) Cantó Alejandra López Fernández, de Neila, el 20-8-1994.

(49) Cantó Narcisa Matute Martínez, el 14-8-1994.

(50) Dar las albricias: Ser el primero en dar una buena nueva al interesado. Algo arcaico.

(51) Cantó Gregorio Lázaro Sánchez, el 25-8-1993.

(52) BERCEO, Gonzalo de: Vida de Santo Domingo de Silos. Obra Completa. Página 265. Estrofa 28.

(53) Cantó Sebastián Zorzano Parra (n.:15-6-1912), de Viniegra de Arriba, el 14-9-1991.

(54) LÓPEZ DE YANGÜAS, Fernán: Op. cit. Pág. 3.

(55) El Najerilla. Mansilla de la Sierra. No 8. Enero. 1920.

(56) El Najerilla. Mansilla de la Sierra. No 20. Enero. 1921.

(57) Cantó Alejandra López Fernández, el 20-8-1994.

(58) Cantaron Goyo y Miguel Lázaro Sánchez, el 23-10-1994.



EL RABEL EN LA RIOJA

ASENSIO GARCIA, Javier

Publicado en el año 1997 en la Revista de Folklore número 196.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz