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Revista de Folklore número

328



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DEL MONO AL HOMBRE ACTUAL

MIRAVALLES, Luis

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 328 - sumario >



1.– LA CLAVE DEL LENGUAJE

La reaparición el 13 de enero de 2007, de Rochom Pngieng, tras estar perdida 18 años en la selva de Camboya, plantea de nuevo toda una serie de interrogantes acerca del ser humano y de su evolución.

Hubo en el pasado muchos otros casos de niños reaparecidos tras largas estancias perdidos en la selva, pero integrarlos en la sociedad familiar no siempre se llevó a cabo con éxito.

La joven camboyana, ahora con 27 años, caminaba a “cuatro patas” y gruñía como una fiera.

Un psicólogo de la Universidad de Oviedo, Héctor Rifá, ha estudiado a la joven y ha tratado de recuperarla para su integración en la vida familiar.

El psicólogo resalta que la escasa adaptación al medio actual es lo que más destaca, porque su olfato y su vista están desarrollados extraordinariamente como sucede entre los animales, impidiendo el desarrollo del pensamiento y del lenguaje humano y porque la readaptación resulta más difícil aún cuando la desaparición fue de niño.

Charles Darwin el famoso teórico de la evolución, insistía en que el cambio evolutivo sólo conseguía una mayor adaptación al medio, pero sin que ello significara un mayor aumento de la capacidad intelectual.

Para Darwin la superioridad de una especie viene determinada por el medio ambiente en el que se vive, pero lo cual no implica una mayor supervivencia en el tiempo, sino más bien todo lo contrario, de modo que la especie tortuga, con un cerebro insignificante puede sobrevivir más de doscientos millones de años.

¿Será por esto que los seres humanos más ignorantes, torpes e insolidarios vivan más tiempo? A veces los refranes aciertan como ese que solemos oír con frecuencia: “los buenos mueren antes”.

Sea como sea, cada vez que surge uno de estos casos, vuelve una vez más el debate sobre el problema eterno del origen del lenguaje humano.

Es cierto que a los chimpancés, para expresar sus deseos y comunicarse entre sí, les es suficiente con los gestos y también los humanos podemos utilizar el lenguaje no verbal (corporal) para expresamos, pero todo ello no resuelve el por qué y el cómo nace el lenguaje hablado.

¿Es tal vez producto de un gen especial o simplemente una necesidad surgida por la aparición de la sociedad?

Para Eduardo Punset, sólo cuando un colectivo ha desarrollado un espíritu de cooperación con los demás… “sólo entonces aparece el lenguaje indispensable para sellar ese tipo de compromiso”, y concluye, afirmando: “sin ese espíritu de cooperación en un colectivo, la existencia del lenguaje no habría podido surgir”.

Sin embargo, actualmente el lenguaje se emplea, en muchas ocasiones, para todo lo contrario a una confianza mutua entre los seres humanos y para la cooperación con sus semejantes.

¿Puede ocurrir, entonces, que el deterioro continuo del lenguaje actual sea producto de una degeneración de los compromisos y pactos sociales que surgieron en el principio del origen del lenguaje?

A pesar de tantos y tantos avances tecnológicos, parece como si mentalmente estuviéramos en un proceso regresivo, una vuelta o ascendencia al chimpancé, todo lo contrario a la teoría de la evolución planteada por Darwin.

Una pequeña, pero significativa muestra de esta teoría la encontramos en la pobreza del lenguaje gutural e ininteligible de muchos jóvenes actuales, así como en su gesticulación a veces tan simiesca, lo cual apoya una vez más que la comunicación no verbal, es decir el puro gesto es el paso previo a la palabra oral.

Los niños muy pequeños, antes de hablar comprenden casi todo lo que oyen y realizan gestos de negación o asentimiento y señalan con las manos lo que desean.

Así mismo los chimpancés para comunicarse entre sí realizan gestos comunes a los de los humanos, como el gesto de pedir algo con la mano.

II.- EL PROBLEMA DE PARTIDA: LENGUAJE Y PENSAMIENTO

Lo expuesto anteriormente nos conduce, por último, al tema central del ser humano: descubrir la interacción de los elementos esenciales: el habla y el pensamiento.

Para unos investigadores el pensamiento es “habla sin sonido”, así los gestos del niño implican necesariamente cierto pensamiento previo.

Para otros estudiosos, pensamiento y habla son independientes entre sí.

Para el lingüista Vygotsky el niño generaliza primero y llama perro a cualquier animal, es decir, que se refiere a la esencia del significado y por consiguiente el significado es un acto del pensamiento, aunque a la vez el significado es parte integrante de la palabra, porque una palabra sin significado es un sonido vacío y no forma parte del habla humana, como ocurre con los sonidos estentóreos de algunos jóvenes.

Acaso la solución del debate resida en la semántica, porque una comunicación plenamente desarrollada presume el desarrollo del significado de las palabras.

La lingüística tradicional de R. Jakobson y el círculo de Praga (1920), separaba la Fonética (el habla) y los aspectos semánticos del habla. Pero el sonido desvinculado del significado, pierde las características que lo convierten en un sonido del habla humana.

El sonido considerado en sí mismo (Fisiología y Acústica) carente de significado, no puede servir nunca como unidad del HABLA. Una auténtica unidad no es meramente un sonido, sino una pequeña unidad con función significativa (fonema).

Aunque sin extendernos demasiado, ya que no es el tema central de nuestro artículo, queremos apuntar ahora una posible aparición de un primer lenguaje escrito ya en la Prehistoria, que habría que estudiar con mucho detenimiento.

Cuando un hombre prehistórico graba o pinta en las cuevas figuras y signos, algunos de estos signos podrían interpretarse verosímilmente como un “lenguaje” primitivo, algo así como los graffiti de hoy en día.

Detrás de muchos de aquellos signos encontramos sin duda un intento de comunicación de una idea simplificada, de un significado.

De algún modo podría afirmarse que se trata de un “lenguaje escrito” ya que tales signos tienen un claro significado, como es entre otros muchos la representación de signos triangulares grabados en la cueva de La Lluera II (Priorio, Oviedo) con un claro significado sexual por la analogía con el triángulo sexual femenino (el pubis).

III.- LAS RAíCES DEL PENSAMIENTO: LA FORMACIÓN DEL CONCEPTO

Jean Piaget fue el primero en investigar la percepción del niño (1923), determinando que el progreso depende de un avance cualitativo y no cuantitativo, es decir, del desarrollo de la inteligencia (Psicología Evolutiva).

Ya lo había dicho Rouseau: “El niño no es un adulto en miniatura, como su mente tampoco es la mente de un adulto a escala reducida”.

Es posible que el mecanismo del pensamiento infantil funcione de la siguiente manera: comienza por formar imágenes que corresponden a sus necesidades particulares (egocentrismo) y luego a la socialización (en su relación con los demás), por lo que su capacidad mental mejorará con la ejercitación de su fantasía (los cuentos), lo mismo que sus destrezas motrices mejoran con los juegos al aire libre.

Las primeras palabras que pronunciará el niño, serán por lo tanto egocéntricas: “mamá, teta, agua”.

El punto de vista de Vygotsky es totalmente opuesto al de Piaget: el habla primitiva del niño y de nuestros ancestros prehistóricos es esencialmente social, función primaria del lenguaje. Sin duda no se puede negar que también la relación social “consciente” contribuye al desarrollo del habla.

Como casi siempre ocurre, la verdad resulta de la suma de diversas teorías, que no se excluyen entre sí.

IV.- CONSIDERACIÓN FINAL

Las últimas noticias sobre la mujer perdida 18 años en la selva de Camboya nos comunican que el psicólogo de la Universidad ovetense ha conseguido que se vaya adaptando a la sociedad y a la vez que vaya pronunciando algunas palabras. De estos avances puede deducirse que las necesidades tanto individuales como sociales facilitan el desarrollo y progreso del habla.

La adaptación al medio es indispensable, pero si la experiencia individual modela al pensamiento, no es menos cierto que el pensamiento, a su vez, modela la experiencia.

Concluiremos por consiguiente que el pensamiento jamás está desligado de la realidad, ya sea ésta individual o colectiva. Sin embargo el por qué y el cómo adquiere significado el habla, continúan sin resolver.

Se aprende a hablar por entendimiento concreto, no por simple imitación. Un loro se limita a repetir lo que ha oído, pero sin ser consciente de lo que “habla”

Se habla cuando se sabe lo que se quiere decir a los demás, por ello sin relación social humana, el niño quedaría en estado salvaje.

El lenguaje es, pues, una respuesta a las necesidades individuales y sociales y comienza por la exclamación expresiva de los sentimientos y por la imitación de los sonidos de la naturaleza, lo que Iespersen resumió en la teoría del “ja,ja” y del “ay, ay” y la teoría del “guau-guau”.



DEL MONO AL HOMBRE ACTUAL

MIRAVALLES, Luis

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 328.

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