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Revista de Folklore número

009



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Organos portátiles, realejos y positivos

DE LA LAMA, Angel

Publicado en el año 1981 en la Revista de Folklore número 9 - sumario >




Organos Portátiles.

Organo portátil miniatura
(el modelo más antiguo)

Dimensiones aproximadas:
Altura: 45 cm.
Anchura: 30 cm.
Fondo: 10 cm.

Teclado diatónico
Dos hileras de tubos
Fuelle: lo entona el organista con la mano izquierda

Organo portátil medieval
(tamaño intermedio)

Dimensiones aproximadas:
Altura: 0,70 m
Anchura: 0,45 m.
Fondo: 0,15 m.


1ªParte

I. CAPITULO INTRODUCTORIO

Hoy es ya realidad la sensibilización ampliamente compartida respecto al rescate de nuestro inmenso patrimonio cultural. Variadas iniciativas convergen hacia el mismo objetivo, y los ejemplos son suficientemente conocidos. Dentro de este objetivo general, se concretan cada vez más los diversos intentos de rescate de nuestro acervo musical.

Dentro de este campo, se ha iniciado ya el rescate del órgano. Es un acto de justicia con los hombres que han hecho posibles estos instrumentos, aún visibles y audibles en nuestros templos; recientemente algunos de estos órganos han vuelto a sonar tras un obligado mutismo de varios lustros.

Estamos acostumbrados a admirar órganos grandes o, al menos, de cierta envergadura. Pero la historia de este instrumento nos ofrece una increíble variedad de modelos que van desde el tamaño gigantesco (equivalentes a una casa de tres o más pisos) hasta verdaderas miniaturas, organitos de formas graciosas y de todos los tipos imaginables. Ningún otro instrumento musical ha conocido una evolución semejante.

Prescindiremos de los instrumentos grandes para centrarnos en los pequeños, casi del tamaño de un acordeón unos, poco mayores que un piano vertical otros. Estos tipos de órganos pequeños han sido una realidad viviente y siguen siendo una parte de nuestro patrimonio musical y organístico. Otra razón más para conocerlos con mayor detenimiento.

1.-Qué es un órgano pequeño

La misma palabra le opone al "gran órgano", aunque tiene un innegable parecido con él: son el gigante y el simpático enanito de una misma familia. Ambos tienen los mismos componentes esenciales: fuelles, para proporcionar el viento necesario; secreto o caja distribuidora del viento; sobre este secreto se asienta una serie de tubos; finalmente, teclado, para seleccionar a gusto del organista los sonidos de los tubos. La gran diferencia está en el tamaño y en la potencia sonora del grande comparado con las mismas características del organito-miniatura.

Como observamos, el órgano pequeño llena cumplidamente los requisitos necesarios para ser un verdadero y auténtico órgano, instrumento totalmente diferente de las demás familias de instrumentos musicales.

En todas las épocas y etapas de la historia del órgano coexisten simultáneamente tres modelos o tipos genéricos: el portátil, el fijo de reducido tamaño y el gran órgano. Con esta óptica, nos ocuparemos solamente del portátil y del fijo, llamado positivo.

2.-Variedad de vocablos y conceptos

Con sólo pisar el terreno de estos tipos de instrumentos, nos encontramos una selva de palabras y un vocabulario que, fuera de los conceptos más generales, aún no está definitivamente fijado. Las denominaciones son variadas, pintorescas y castizas.

"Ninfale, ninphale, regla, bibelregal, positif, positiv..." con variantes según los países de Europa. "Positivo, cadereta, realexo, realejo, organito, organillo, órgano chino, procesional, órgano de palos o varas, de mano, de cuello, de mesa, de pie..." con nuevas variantes según las regiones españolas.

Resultará difícil caer en la trampa de las fluctuaciones del vocabulario, si partimos de un sencillísimo dato: cada denominación concreta telegráficamente una forma, un detalle, un tamaño, un destino o la estética musical de estos órganos pequeños.

El vocabulario organístico sedimenta en esas palabras con solera de siglos, y, desde diversos ángulos, converge en una misma realidad: el órgano pequeño al que íntentaremos aproximarnos y conocer con más detalle.

3.-Escasos ejemplares supervivientes

A medida que remontamos el correr de los siglos, los ejemplares de organitos cada vez se van haciendo más y más escasos y la segunda mitad del siglo XV hace de brusca muralla. Han atravesado esta barrera los miniaturistas, pintores, escultores y algunos literatos: ellos, con sus imágenes, han salvado del olvido gran cantidad de estos organitos y han rescatado sus graciosos tipos, estilos y formas legándonoslos en sus obras.

La causa más general de la desaparición de los organitos-miniatura es la misma fragilidad de sus componentes: madera, plomo, estaño y badana. Otra causa es la misma evolución del instrumento: modelos que desaparecen, otros que tienden a desaparecer, otros nuevos que surgen...

La marejada de desapariciones ha dejado, sin embargo, algunos islotes, preciosos ejemplares, imponderablemente valiosos histórica y artísticamente, en varias de nuestras Catedrales y Museos.

Las imágenes de organitos legadas por los artistas, los escasísimos ejemplares desde el siglo XV y XVI, y algunos más de los siglos siguientes han logrado restablecer los eslabones rotos: maestros organeros actuales y prestigiosos como Blancafort, De Graaf, Grenzing y otros han reanudado la construcción de estos organitos y nos han hecho volver a palpar la belleza de su sonido y timbres que, afortunadamente, no se han perdido.

4.-Clave y elementos de diferenciación

El terreno del órgano pequeño precisa claridad, porque es nebuloso aún, y también evitar perdernos en el vocabulario y en discusiones. Con esta finalidad estableceremos una división general según los tamaños de los instrumentos; dentro de la misma seguiremos el orden cronológico e insertaremos el vocabulario básico.

· Organo portátil miniatura:

El organista lo pulsa con una mano y da al fuelle con la otra.
El único fuelle está incorporado al secreto.
Los tubos, como una flauta de Pan, están al descubierto.
El organista mismo transporta el instrumento.

Vocabulario:

En Europa: "Ninphale y de mano".
En España: "Organo de cuello y de coll".

· Organo portátil de tamaño intermedio:

El organista tañe a dos manos y necesita la ayuda de un entonador.
Tiene dos fuelles y están incorporados al secreto.
Los tubos van dentro de una artística caja o armario.
Para el transporte se necesitan de 2 a 4 personas.

Vocabulario:

En Europa: "Regal, bibelrregal, de pie, de mesa", "Procesional".
En España: "Realexo, realejo, procesional", "Organo" sin más.
"Organito, organillo, órgano chico, de palos, de varas, de mano".

· Organo ,pequeño fijo o positivo:

El organista tañe a dos manos, pero necesita un entonador.
Los fuelles están separados y distantes del secreto.
Los tubos están dentro de una caja (mayor que la del modelo anterior) y un grupo de ellos está colocado simétricamente en la fachada.
Ya no es transportable, sino que se asienta fijo.

Vocabulario:

En Europa: "Positif, positiv, positivo de coro...".
En España: "Cadereta, órgano menor, órgano bajo...", si va unido al gran órgano.
"Organo" sin más, si es independiente.
"Realexo" con el mismo sentido.

II. ORGANITOS PORTATILES MINIATURA

Ya no existen ejemplares de este tipo de instrumentos. Para conocerlos necesitamos acudir a la artes plásticas que nos los han conservado en imagen y también a las contadísimas reproducciones cantantes y sonantes modernas que han hecho algunos organeros partiendo de las imágenes legadas por el arte. Sólo de este último modo podemos aproximarnos a su aguda sonoridad y a sus timbres de voz.

Las miniaturas de las Cantigas; frescos de la catedral vieja de Salamanca; relieves de portadas de catedrales como Burgos, Sasamón, Burgo de Osma; cuadros de Giotto, Van Eyck y numerosos artistas anónimos...salvan del olvido estos graciosos organitos.

Su forma exterior es la de una flauta de Pan y sus tubos están dispuestos en una o en dos hileras de 7 cañitas (octava diatónica), 13 (octava cromática), 15, llegando hasta los 30, con lo que alcanza finalmente algo más de dos octavas cromáticas. La hilera o hileras de tubos están flanqueadas por los costados por una especie de torres escastilladas, más o menos trabajadas, entre las que cruza diagonalmente un listón de madera para fijar los pequeños tubos. La fachada y la espalda tienen como única decoración los tubos escalonados, por así decir, doble fachada cantante.

El secreto o caja distribuidora del viento es una cajita minúscula de forma rectangular, sobre la que están plantados los caños. Su anchura y longitud es únicamente la que dictan los diámetros de la tubería.

El organito portátil, a tenor de la iconografía, se lleva y tañe colgado en bandolera mediante una correa o, también, apoyado sobre las rodillas del organista. El organista tañedor pulsa el teclado con la mano derecha (también se ven organistas zurdos), y simultáneamente entona (acciona el único fuelle) con la izquierda.
Puede tocar este instrumento incluso andando.

Los teclados más antiguos de los organitos son diatónicos y, en la época del gótico, incorporan sostenidos; la forma de estos teclados cromáticos es sumamente curiosa: las teclas naturales forman una hilera en la parte inferior, y los sostenidos se alinean en otra hilera superior, como si formaran dos teclados en dos planos. Ya en el siglo XV tienen teclas blancas y negras, semejantes a las actuales y en un mismo plano o bastidor.

Los primeros fuelles son iguales a los de cocina, pero enseguida se perfeccionan haciéndose rectangulares con los pliegues en abanico. Hemos de notar que estos organitos sólo tienen un fuelle, lo que dificultaría mucho la pulsación, ya que hay momentos en que el viento intermitente entrecorta la melodía. Los organistas medievales se adaptaban en el ritmo y en la medida a la duración del "resuello" del único fuelle, cosa que hoy nos parece poco menos que inimaginable y peregrina. Todos los fuellecitos están adosados a la espalda del instrumento.

La dulce monodia inicial (a veces con notas-pedales) de los organitos se dejaba oír en los templos, en salones, en casas particulares, concertándose muchas veces con otros instrumentos; y los juglares la llevaron por las cortes medievales de los reinos españoles, por las casas nobles y por los castillos, acercándola simultáneamente al pueblo.

A comienzos del siglo XVI se observa una progresiva y masiva desaparición del organito-miniatura, con su graciosa forma de flauta de Pan, y deja de llevarse colgado en bandolera y ya no se tañe apoyado en las rodillas...Nuevos tipos de órganos pequeños le arrinconan en el olvido. Pero las artes plásticas nos han transmitido su imagen y actuaciones, lo mismo que su tamaño y un conjunto de datos técnicos elementales.

Ahora nos explicamos el significado de palabras como "órgano de mano" (en Europa) por tañerse o por entonarse con una sola mano; "de coll, de cuello" (en España) por llevarse colgado del cuello en bandolera, o, sencillamente "órgano" por cumplir en miniatura la definición y concepto de un verdadero órgano.

III. ORGANITOS PORTATILES CON PIE

Un segundo modelo de organito portátil aparece, se desarrolla y fenece contemporáneo del que hemos tratado y apodado "miniatura". Es de doble y triple tamaño, una o dos octavas más graves, con mayor número de tubos y notas. Su forma es muy semejante, casi diríamos que la única diferencia está en el tamaño, pero ya se advierten otras características musicales.

Su teclado y su fuelle (generalmente único) siguen una evolución paralela al anterior, por lo que no repetiremos estos conceptos.

El organista lo tañe con sus dos manos, pero necesita el concurso del entonador que mueve el fuelle proporcionando el viento necesario. El hecho de tocar ya a dos manos es un dato importantísimo, porque supone una música más rica que toma los rumbos de la naciente polifonía, a la que siempre estuvo unida la evolución del órgano: sugiere con claridad una música de órgano que ha dejado de ser monódica convirtiéndose en polifónica. Llegamos a la misma conclusión por otro camino: por el mayor número de hileras y tubos, por la mayor gravedad y por los registros que muestran algunos ejemplares en los costados, con lo que la música interpretada en él va ganando calidad, potencia sonora y variedad de timbres.

Este segundo modelo de organito sigue siendo portátil, pero necesita dos personas para su funcionamiento y tal vez para su transporte, puesto que la flauta de Pan que dibuja su cañutería y forma la fachada y la espalda tiene más peso, más volumen y más amplitud. Resultaría incomodísimo de llevar en bandolera o de sostener sobre las rodillas.

Se advierte en él un pie o incipiente pedestal, como indica claramente la iconografía, inmediatamente bajo el secreto y el teclado; sugiere la forma de una banqueta bajita, pero primorosamente calada y labrada con formas que recuerdan el estilo gótico florido. Vemos organistas que lo pulsan sentados en un taburete de la misma altura que el pie, y otros, más tardíos, que lo colocan sobre una mesa.

Los numerosos grabados, miniaturas, esculturas relieves y pinturas que lo han inmortalizado, han sugerido a algunos organeros actuales la reproducción exacta de las formas, diapasón de los tubos y demás características. No hay tampoco ejemplares supervivientes. Sus seculares servicios musicales han quedado plasmados en la preciosa figura de piedra, lo mismo que su forma, en la portada principal de la Catedral de León.

Los primeros órganos portátiles de este tipo aparecen a comienzos del siglo XIII y desaparecen cuando comienza el XVI, dando así el relevo a otros organitos más evolucionados.



Organos portátiles, realejos y positivos

DE LA LAMA, Angel

Publicado en el año 1981 en la Revista de Folklore número 9.

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