LA ERA DEL BIEN Y DEL MAL

La Era del Bien y del Mal


Exposición




Las láminas murales que responden al título de La enseñanza del Catecismo, como otras colecciones de la época, constituyeron en el momento de su aparición –1913– una novedad poderosamente llamativa.

Frente a los catecismos tradicionales, con escasos grabados, pequeños y sólo en blanco y negro, unas láminas grandes, claras y luminosas suponían un cambio notable en el empleo de la intuición en la catequesis. Salieron ganando las láminas murales, con una clara victoria. También tuvieron que competir, a principios del siglo XX, con las proyecciones luminosas o diapositivas. Con relación a ellas, la ventaja resultaba decidida a favor de las láminas, por el coste mucho más reducido. De ahí que tuvieron un éxito garantizado al menos durante un cuarto de siglo.

Estas láminas reflejan los gustos, la catequesis, la liturgia y la mentalidad de la época que las vio nacer. Hoy resultan distantes por los cambios de criterio que han tenido lugar, especialmente desde la revisión del Concilio Vaticano II.

Contemplar hoy estas láminas es recrear una época, saborear y examinar sus planteamientos, disfrutar de la emoción estética y religiosa que las láminas trataban de suscitar. A la vez, dan la oportunidad para valorar con serenidad los cambios operados en la catequesis desde hace un siglo.

Pero estas láminas, y la concepción religiosa y teológica que las sustenta, son el terreno sobre el que se ha construido una concepción religiosa nueva. De ahí que valga la pena mirarlas con ternura, con ingenuidad, con añoranza.

Luis Resines