LA ERA DEL BIEN Y DEL MAL

La oración: El Ave María



La distribución de la lámina presenta una escena grande, a la izquierda, y cinco escenas más que la flanquean por la derecha y por la parte inferior. Sin embargo, no es éste el orden de lectura, y es preciso atenerse a las indicaciones de los números.

1. La lámina se refiere al avemaría. Comienza con la anunciación (véase lámina 7, con otra escena similar). Aquí se representa al aire libre —poco frecuente— frente a las ocasiones en que se ha situado en un interior. Se refiere a las primeras palabras, del saludo del ángel: “Alégrate, llena de gracia: el Señor está contigo” (Lc. 1, 28).

2. Escena de la visitación, también presentada en la lámina 7. María destaca por su aureola más intensa respecto a la de su pariente Isabel. Ésta se dirige a ella con las palabras con las que continúa la oración: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” (Lc. 1, 42).

3. El cuadro más grande, enmarcado con un remate gótico, ofrece la imagen sedente, en trono, de María, que tiene en sus rodillas a Jesús niño; está en actitud de bendecir y tiene la clásica bola, conforme a un modelo iconográfico repetidísimo. Al ser el dibujo mayor de toda la lámina, hay que convenir con el dibujante que en esta ocasión quiere resaltar un atributo de María, el de ser Madre de Dios, destacándolo sobre las demás imágenes: “Santa María, Madre de Dios”.

4. Volviendo a los dibujos laterales, aparece María en una actitud de acogida de una persona arrodillada, que besa su mano. Se trata de un pecador, pues el desarrollo del avemaría prosigue: “ruega por nosotros, pecadores”.

5. María aparece junto al lecho de un enfermo, y evoca las últimas palabras de la oración que la lámina desarrolla: “Ahora y en la hora de nuestra muerte”.

6. Una iglesia entre chopos, en un paisaje rural, de por sí no diría nada especial relacionado con la oración del avemaría. Es preciso acudir al pie de la lámina, que para esta ocasión reserva la frase “El toque del Ángelus”. Las campanas de la espadaña son volteadas. La lámina 37 evocaba el Ángelus de Millet, y recogía expresamente el texto.

Luis Resines













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