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15-11-2017

Conferencia de Joaquín Díaz, cierre del ciclo dedicado a la vida y obra de José Zorrilla

15 de noviembre de 2017

Organizado por la Fundación Jorge Guillén, la Villa del Libro de Urueña desarrolló durante casi nueve meses un ciclo dedicado a la vida y obra de José Zorrilla. El ciclo terminó con la conferencia de Joaquín Díaz que versó acerca de “Lo satánico contra lo divino en Zorrilla”.



Foto: Marta Valsero



“El bien y el mal, la luz y las tinieblas, los principios que habían sido testigos de la creación del ser humano estaban en la personalidad de Don Juan Tenorio desde su mismo nacimiento. Zorrilla, con acierto innegable, había tomado lo mejor y lo peor de aquella figura para amasar su propio Tenorio al que además, como si fuese un Dios creador y misericordioso había decidido salvar en última instancia para premiar su amor. ¿O no? ¿Acaso Zorrilla había decidido salvar al rebelde para adaptar sus ásperas e incómodas características a una sociedad blanda que empezaba a demandar otros finales menos melodramáticos? Si leemos el Canto del Fénix del poeta vallisoletano, sus propias palabras parecen darnos una clave a manera de mérito, una justificación al hecho de haber salvado al protagonista para obtener un reconocimiento del público:

Y si las tempestades que el porvenir amasa
en mi país me obligan a mendigar mi pan,
no dejes que en él nadie las puertas de su casa
empedernido cierre, o esquivo diga: -Pasa,
al que mató a Don Pedro, al que salvó a Don Juan…




Foto: Marta Valsero


El tema daría para un libro, no para una simple conferencia. Zorrilla, el gran poeta, aclamado por el público y la crítica, reconocido como vate nacional, sufre un complejo de inferioridad, probablemente desde la infancia, y está suplicando que el lector no le cierre las puertas si acaso llegara a ellas mendigando. ¿Podría ser la relación con su padre el origen de este padecimiento? Acaso Zorrilla identifica lo satánico –es decir lo oscuro, lo diabólico- con su propia actitud juvenil desafiante y rebelde ante el padre, representante de lo sagrado, de lo divino. Bien pronto esa postura indómita inicial se enquistará y se convertirá en un temor permanente a no dar la talla”…