Joaquín Díaz

EL CAMPAMENTO DEL CID


EL CAMPAMENTO DEL CID

Leyenda tradicional

22-02-2000



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Ramón Menéndez Pidal en La España del Cid confiere a esta leyenda
una fecha tardia: "Hacía sus jornadas por aquellos confines el
Campeador, rodeado de pueblos hostiles a los tres reinos, de
Zaragoza, Aragón y Castilla. Una mañana, después de mandar recoger
las tiendas para mover el campo, y mientras le obedecían, oyendo
él acaso conversar a algunos que la mujer de su cocinero había
dado a luz aquella noche, preguntó a los que hablaban: “Las señoras
castellanas,¿cuánto tiempo suelen convalecer en el lecho después
del parto?'; y cuando le respondieron,añadió: “Pues tantos días
permanecerán aquí nuestras tiendas plantadas'. Y como señor cortés
y animoso ordenó volver a armar las tiendas ya recogidas, sin
reparar en el peligro de los enemigos, hasta que la buena mujer
restableció cómodamente sus fuerzas según las costumbres
señoriales. Así, aquel pobre niño, nacido en tierra hostil, fue
agasajado por el héroe".

Una leyenda similar sobre don Jaime el Conquistador refiere
que el rey no recogió su tienda hasta que una golondrina que
habia hecho su nido sobre ella hubiese echado a volar sus crías.
Pidal indica que la anécdota cidiana está recogida en el siglo
XIII, "pero es de notar que responde bien al hábito, atestiguado
por la Historia Roderici, de mantener el Cid su campamento en los
lugares más comprometidos; puede pues tener algo de auténtico y
mostrarnos la especial ideología del héroe, a quien emocionaba la
fervorosa devoción de los que habían decidido seguirle en el
destierro".



EL CAMPAMENTO DEL CID

—Catad, mi señor, que no habéis razón alguna para quedaros más
tiempo en este lugar. Y que cada día que pasa lo hace en vuestra
contra pues el enemigo acecha. ¿Qué importa que esté parida la
dueña de vuestro cocinero?.No han de sufrir el infante ni ella
si decides partir. O dejad una pequeña guarnición en su auxilio
si han de retrasar vuestro paso. Ved señor el campamento levantado
ya y vuestros hombres, los más a pie y algunos de a caballo
esperando vuestra señal. Partamos antes de que sea tarde…
—Callad. ¿No sabéis que es costumbre entre las damas de Castilla
gue mujer que ha parido no se mueva del lecho en los cuarenta
días?..¿Por qué no hemos de dar el mismo trato a quien todas las
jornadas nos sustenta? Ordenad que se monten de nuevo las tiendas
pues nos hemos de quedar otros tantos días en este lugar. Ni se ha de decir de mi que huí de algún encuentro por temor,ni menos
aún que dejé de honrar a quien me honra a cada instante con su esfuerzo.
A ti, Señor Padre, que estás en lo alto, encomiendo mi vida y la
de los mios. El Criador nos valga con sus virtudes santas y haga
crecer al n1no esforzado y sin daño.