Joaquín Díaz

EDITORIAL


EDITORIAL

Revista de Folklore

Dominguillos y testaferros

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El conocido refrán, "estar hecho un dominguillo", es como decir estar hecho un desastre y se refiere al muñeco o pelele relleno de paja y vestido de rojo que se utilizaba antiguamente en los cosos taurinos para incitar al toro a que embistiese. Cobarruvias lo describe así: "Es cierta figura de soldado desharrapado, hecho de andrajos y embutido en paja, al cual ponen en la plaza con una lancilla o garrocha para que el toro se cebe en él y lo levante en los cuernos peloteándole. Esta invención es muy antigua y la usaban los romanos en la misma forma y con nombre de primipila o pila, que vale tanto como soldado piquero de los que llevaban las lanzas que llamaban pilas, arma propia de romanos. Pues a este soldado de paja le llamaron dominguillo porque le vestían de colorado, color festivo y dominguero, para que el toro le apeteciese con más rabia, que dicen sigue más a los que van vestidos de este color que a los que visten otros".

En el mismo sentido podría hablarse de la palabra "testaferro", con la que se moteja a otro de "hombre de paja", elegido para algo en lo que no interesa que aparezca la personalidad. El término viene del portugués "testa de ferro" y parece derivar de que quien iba a las justas con casco cerrado no mostraba su verdadera identidad hasta que no se lo quitaba.