Joaquín Díaz

Editorial


Editorial

Parpalacio

El párroco de Urueña

30-12-1997



-.-

Desde la época de las Partidas se reconoce ya al párroco como administrador de los bienes de la Iglesia en el templo o templos que estuvieran a su cargo. Para dejar constancia escrita de su correcta gestión tenía el libro de cuentas de fábrica, al que solía añadirse el libro de inventarios con los bienes parroquiales convenientemente enumerados y descritos. En el de fábrica, en concreto, solía anotar entre otras cosas todas las partidas de ingresos y gastos que se generaban en su jurisdicción ya fuese por los diezmos, primicias, donaciones y capellanías, ya fuese por obras o mejoras en el edificio sagrado. Además registraba por escrito todas aquellas observaciones que tenían que ver con las fiestas a lo largo del año, particularmente las patronales, y añadía algunos comentarios sobre costumbres acerca de las cuales se hubiese pronunciado el Sr.Obispo en su visita anual, etc.
Traemos hoy a las páginas centrales de este Boletín un extracto de noticias curiosas recopiladas entre las muchas que llenan los folios de uno de los libros de fábrica de la Parroquia de Santa María del Azogue en la Villa de Urueña.